para Aneliese Michel - Baviera, 1952-1976

(...decían que estaba poseída...)


I don't belong here
(como podrias)

treintaidos años la ultima vez que percibi el falso aroma a pan fresco
mientras fundia moleculas urbanas con humores campesinos
postes alcoholizados
cohetes feriales
ostias en procesion sin altar a la vista
solo las calles afirmadas comprendian la fina deformación que ahora era su sello

tus gritos infames tus interminables alaridos tus chillidos electricos filosos turbios como cuchillos apaches
tu magnifica voz duplicada acerada punzante aborto celeste desde aquella epiglotis fracturada
las madrugadas escleroticas en tu alcoba ruinosa

la mezcla despellejaba culpas comunes en el vecindario
igual al pintor cuando arranca capas viejas de las paredes en las iglesias caducas pobladas de
agnosticos insufribles
incredulos oceanicos
inocentes apostatas
vampiros hermeticos
nadie nada ninguno
se atrevia a plantear una escena de razon y fuego
de ensayos freneticos
de frases combustibles
de historia infecta
para hacer posible el entendimiento funcional de la docta mayoria

sin despejar las temibles ecuaciones siderales
trajeron la culpa a casa
comoda se instalo fresca ludica babeante
royo acaros en los sofas
sorbio sudores masivos
escaneo paredes arcanas
proceso polvos perifericos en la sala muerta
mientras tu alma terca temible corazon indomable
acosado cerebro
piel escalfada
mirada invertida
espectral lejana
piadosa en el mismo instante
devolvia agravios como cicatrices insepultas

nada fueron entonces los envilecidos inquilinos de tus conjuras
nada tus amados padres ignorantes
nada los medicos esculpidos en rascacielos de hielo
nada los obispos devorados por las superficies plasticas

que fue del juramento de los horacios
que del rinoceronte-centauro-minotauro
que de los ratones endocraneales
que de las muescas en las pildoras molidas

no tenias temblores en el alma
no te acechaba el ladron de recuerdos
no carcomian tus nervios las arañas encefalicas
no conocio la peste el fondo de tus ojos prestados

entonces entregaste lucida a vlad el empalador
tu carne tus sesos tus ansias fueron a parar a los arquitectos del inframundo
a los murcielagos aterciopelados
a los dispersores del mal
a los capataces del olvido
al mejor postor en la isla de los niños perdidos hallados nunca perdidos encontrados perdidos

todos bebemos hoy el jarabe salvifico de tu confesion sincera
no escuches por tanto mis acordes impios
principe capitan general
guardalos sellados lacrados encofrados
principe capitan general
señor labrador del espacio profundo
maestro panoptico del imperio desolado
senior augustus pater imperatorum et caesarum
dime como el eclesiastes
lo que deba ser sera
solo hasta cuando me una a la expedicion sin retorno

(erosiona mi dique pronto y con ternura
destripame)