Libertad para tu pelo;
Que puedan lucir salvajes
sus reflejos azabache
enamorados del viento.
 
Bailando libres tus pies,
corriendo siempre ligeros;
Yo los comería a besos
y me sabrían a miel.
 
Destrozando corazones,
en libertad tus caderas,
son música verdadera
y hasta sobran las canciones.
 
Como una caricia, suaves,
dos libres cintas garbosas
son tus piernas, que provocan
silbidos desde los bares.
 
Tu cuerpo por siempre libre,
tu alma libre también,
que lo transpire tu  piel
y que de mí no te olvides.
 
Yo ya no puedo volar;
Mis alas ya se fundieron;
Fue por bajar al infierno,
al Sol no intente llegar.
 
Si me encuentro en punto muerto
es porque toca pagar
lo que acordé con Satán,
pues mentir más ya no quiero.
 
Mi adorada libertad,
que con ardor defendí,
por ser esclavo de ti
la quisiera regalar.
 
En dique seco yo quedo,
huérfano de tu calor;
Vuela libre tú, mi amor;
Vuela tú, que yo no puedo.
 
 
(No quiero mensajes de Dios, sólo los quiero de ELLA)
 
 
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