¡Adoro su infantil retozo,
sobre las impávidas hojas! 
o cuando besan,inocentemente
a los capullos  incipientes;
¡En el umbral de los días;
En el morir de las noches!
 
¡Amo verlas juntarse
en cálido abrazo
y formar pequeñas corrientes,
hasta saciar la perenne sed
de mis jardines!
 
¡Alevines juguetones
que juegan a ser lagrimas.
pero les falta la pena!
¡Que juegan a ser estrellas
en el arácnido firmamento 
en donde cuelgan! 
 
 
¡No tengo, en mi pobreza,  
mas que,mis pies descalzos;
Que mis manos anhelantes
para que os acaricien,
antes que llegue,
el cruel calor de la mañana
y... os beba!