Soy quien te llevó
de la mano
a ese lugar que te ha hecho daño,
que la espalda te ha arañado
y los senos herido con la punta
de un cuchillo,
yo te traje hasta la casa de mi amor
por la ruta que la noche extiende
para los seres extraños, los cuervos blancos,
los demediados y los hombres sin cabeza,
mientras sus rugidos escuchábamos.
Tuviste miedo de entrar,
querías regresar,
pero hice cuanto mi señor me ordenó:  
esa bella pantera negra
de unos ojos verdes que atraviesan
la voluntad...