Caminando por una ciudad cualquiera,
 entre sus  calles gastadas e indiferentes,
con la cabeza baja, mirando sin mirar,
a duras penas callado, sostenido en el olvido,
palpitando con el anhelo escondido
entre las manos guardadas en sucios y gastados bolsillos.
Amargado por lo que pudo haber sido y no fue...
Frustrado, dolido , cansado... cansado.
De tanto mirar mi sombra proyectada
sobre la misma pared gastada del recorrido,
me perturbé en una conjetura sin sentido:
¿ se encorva a causa de la superficie gastada?
Hasta que  no hubo más pared,
y un día de desconsuelo 
en mi propia sombra me convertí.
Creí ser lo que nunca fui,
lástima que el polvo que vuela a mi alrededor
no contiene las voces de otros que como yo
un día  creyeron  ser y ahora no son.
Todo lo mire en blanco y negro,
en mi mente nunca entró el tecnicolor.
 Como un fantasma, aún engañado...
me aferro a las anclas del pasado
en un extraño fenómeno me repito
como polvo viejo, mudo y asustado.