LA CANDILEJA
Publicado en Jun 16, 2009
LA CANDILEJA
Oriunda del Tolima y de Los Llanos donde me conocen desde antiguo como mito folclórico y estable, me llaman también la Luz viajera por mi lumbre de rápidos chispazos, y ruidosa como tiesto roto. Luzco brazos de pulpo y llama trífida porque fui una abuela condenada a purgar por numerosos siglos una pena singular y desmedida, debido a mi blandura con los nietos cuando estuve de paso por la vida. Al cantar los gallos en la madrugada ruedo como bola de fuego, sobre alambradas, estacones y barrancos que no faltan en ningún potrero. Cruzo muros de cualquier formato lo mismo que las puertas de las casas como gráciles capullos de algodón. Me agradan las montañas solitarias donde trepo a la copa de los árboles en la orilla de trochas y lagunas, caminos silenciosos y quebradas. Me fascinan los ríos en creciente, las casas ruinosas y abandonadas, los sitios donde duermen los tesoros, playas remotas y llanuras despobladas que se juntan con laderas y peñascos. Cuando desean atraerme, las personas deben rezar con devoción sincera la mejor oración de que se acuerden; si quieren ahuyentarme, únicamente lanzar insultos y decirme groserías. Hay lugares remotos en los Llanos donde voy como mujer hermosa seduciendo vaqueros que cabalgan sobre bestias veloces y resueltas. A los enamorados mentirosos, borrachos, perjuros y masones los insulto y acoso como un tábano. De pronto me convierto en una bola encendida y voraz por todas partes, pero huyo al escuchar obscenidades o recibir machetazos furibundos como en varias montañas del Tolima. En mí ven una mujer desventurada por arder indefensa entre mi rancho, sin que nadie acudiera a rescatarme, y espanto por eso a los viajeros cuando cruzan caminos solitarios. Otros juran que fui ultrajada en vida por no pocos vaqueros criminales, que llegaron incluso a destrozarme a través de humillantes sodomías y otras formas de amor inconfesables. Es por eso que me tomo la revancha sobre las ancas de sus cabalgaduras, cogiendo a los hombres por detrás para chuparles la sangre y masturbarlos hasta que caigan inertes sobre el piso desde el lomo de sus caballerías. El Farol de las Nieves soy en Tunja y parto de una casa junto a la catedral para cruzar silenciosa en línea recta hasta la plaza llamada de Las Nieves. Luego sigo al Sagrado Corazón, colegio señorial donde me pierdo sin dejar huella alguna de mis pies. Son mis ancestros del antiguo Lacio, con la diosa Ceres, madre de la Tierra, y en Grecia igualmente con Deméter, diosa y madre de la agricultura. Como ven, no soy ninguna espuria sino un mito respetable en el presente, valioso y legendario en el futuro, aunque pague castigo por mis nietos.
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MAVAL
por decir algo de la Candileja
mucho trabajo a de tener para castigar a los malandros del mundo
y no creo que sea sola ...quizás??
Bueno este no lo conocía , pero me parece muy especial...
me lo llevo con los demás...gracias por darlo a conocer.
Maval
Verano Brisas
Elvira Domnguez Saavedra