LA PATASOLA
Publicado en Jun 16, 2009
LA PATASOLA
Con la Madremonte, mi colega, soy uno de los mitos más temibles que tiene el territorio criollo. Como mi nombre lo indica, camino veloz en una pata, terminada en pezuña de bovino o cualquier otro rumiante, puesta al revés para despiste de pesados y astutos seguidores. Amiga de animales montaraces, los defiendo feliz de los intrusos, porque poco me gustan los humanos (leñadores, mineros, pescadores, caminantes, cazadores y colonos) que se adentran en la selva dañando lo que encuentran a su paso. Cambio de forma cuando quiero y me vuelvo mujer de un solo seno, ojos desorbitados, boca inmensa, cabellera greñuda, labios abultados, nariz ganchuda, colmillos de felino y muslos que acaban en mi pata sola. Soy engañadora de los hombres que conduzco a mitad de la espesura para desorientarlos y reírme de ellos por lo estúpidos que siempre han sido. Los atraigo para hacerles el amor, y cuando están en pleno éxtasis les arranco la carne de los huesos, antes de esparcirlos con mi furia por diferentes lugares del entorno. Me convierto en perra grande y negra, de orejas largas, sucias y muy feas, o en vaca igualmente aterradora, que descuaja los árboles frutales, rompe cercas y destruye techos, además de otros males silenciosos que realizo con mi pata demoníaca. Me fastidian los sembrados de maíz, yuntas de bueyes y recuas de arriería. Bebo sangre de los niños que secuestro, antes de botarlos sobre la hojarasca, y despisto los perros en las tardes cuando borro las huellas de sus presas. Tengo detractores y enemigos desde la noche en que maté a mi hijo y desnuda camino en despoblado dejando huellas de mi pata sola. Imaginan que fui mujer hermosa, pretendida por jóvenes y viejos, aunque perversa, libertina y cruel. Dejé pronto a mi marido solo, y él fue quien me cortó la pierna de un simple y certero machetazo, al enterarse que me fui a vivir con el patrón de la hacienda. Desde ese día mi espíritu, penando, deambula perdido entre matojos dando gritos en busca de consuelo. Detesto a los cristianos por hipócritas y me ofuscan sus modales retorcidos, sus herramientas y demás haberes como el hacha, la garlopa, el azadón, el machete, la tusa y la candela. Los campesinos de todas las regiones, para aliviar sus tristezas y sus males buscan la Uña de la gran bestia, que es apenas un trozo de pezuña de mi pata monstruosa y caminante. Importante y genial soy como mito, igualando a los aztecas y los mayas, los africanos, los griegos, los hindúes, los nórdicos, los incas y australianos, y diosa de la furia contra el hombre que ciego intenta destruir la tierra.
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MAVAL
lo que es un ser sin descanso y que nos hace ver
todos los males que se anidan en el ser humano...
lo que no se perdona ni asimismo ...
para tenerlo en cuenta ...!!!
saludos
Maval.-