Negra noche de calor y silencio ennegrecido,
suspira entre las hojas caducas el viento rancio.
Más allá de la luna y el sol se ubica la vida.
En el patio de atrás se arremolina un desafío...
Creo en hacer lo que hago, porque otra cosa no sé...
Tomo un poco de agua y le atribuyo nuevas formas,
tomo el viento que pasa raudo sobre mi cabeza,
le adhiero tristeza, melancolía y otras cosas.
Ahora va tomando forma este murmullo nuevo,
este susurro que desde el cielo hoy, no ha nacido.
Este abismo de escritores ciegos y noches frías,
este palimpsesto que, ver nada tiene conmigo.
Construyo lento con castañeos erráticos
con lágrimas mojando, labios grotescos y ansiosos.
Creo, y no por imitación o genio o locura,
creo de crear, por necesidad, por taciturno.
Ya esta lista mi obra y la lanzaré al infinito,
desde allí morará, reinará si Dios así quiere...
Vivirá para siempre, pero por tres cortos meses,
dormirá, reposará, para renacer más fuerte.
Aquí está, mi hechura consumada y lista en mis manos.
Vivirá, me sobrevivirá al correr de los años.
Aquí está el invierno en sus ropas de niño huérfano,
neonato justificando ante Él, el amor y el fuego...