EROS VIAJANDO EN EL METRO
Publicado en Jun 09, 2009
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EROS VIAJANDO EN EL METRO
José de Cádiz
 
Son las dos de la tarde y es una de las llamadas horas pico en El Metro.  El calor es insoportable y todos vamos atiborrados como sardinas.  Rostros cansados carcomidos por la rutina; miradas pícaras que se aprovechan de la situación.
A través de la ventanilla veo pasar impávido las diferentes estaciones: Viaducto, Chabacano, Hidalgo, Bellas artes, Alameda, de la ciudad de México.  Las puertas se abren y se cierran en forma intermitente.
Oleadas de gente salen y otra muchedumbre entra.  En Viaducto, aprovecho el desalojo momentáneo para refugiarme en un rincón del vagón.  Me recargo de espaldas sobre el andamiaje, para no sentir el peso de aquella humanidad.
Cierro los ojos y me imagino por un momento viajando en un cohete espacial a velocidades supersónicas.  Me sumerjo en el tiempo.  De pronto, siento una deliciosa sensación en la entrepierna.  La presión de aquel promontorio voluptuoso es cada vez más insistente.
Abro los ojos y descubro a una chica de espaldas frente a mí.  Tiene unos 17 años y usa falda corta con una blusita apretada sin tirantes.  El pelo suelto a la altura del hombro le brinda un aire sensual.  Porta botas hasta las rodillas y me acuerdo que así visten las "teiboleras" de la Avenida Insurgentes, ¿será ésta una de ellas?
De todos modos a esas alturas mi erección es total.  No puedo sustraerme al encanto de aquella sensualidad y recargo toda mi humanidad con lascivia.  La chica no se mueve y antes bien creo que coopera levantando el trasero a la altura de mi miembro que amenaza con romper el pantalón.
Así permanecemos durante breves intervalos.  Finjo desorientación  y acerco mi aliento a la altura de su cuello que exhala un perfume selvático casi desconocido para mí.  Siento como se estremece y un rubor enciende su mejilla derecha. 
Nunca me alegro tanto que aquel medio de transporte esté tan apretado.  En cada estación temo que se desaloje lo suficiente como para terminar con aquella subyugante sensación... que aquella chica salga corriendo.
Otra oleada de gente nos apretuja y aprovecho para acercar mis labios a su cuello en un audaz arrebato de pasión.  Siento el estremecimiento total de los dos y le paso mis manos por su cintura.  Ya no cabe duda, la chica está cooperando o sintiendo lo mismo que yo.
Mis manos estrujan con fruición aquella breve cintura de piel tersa.  Suben con sigilo hasta sus pechos y acarician lentamente sus pezones.  Esto la pone fuera de control y súbitamente se voltea hacia mí.  Yo espero una cachetada pero en lugar de eso me mira un momento y me besa con frenesí.  Ahora somos una pareja más de las muchas que recorren diariamente El Metro, sólo que un poco más cachonda, más desenfrenada.
La gente ni se mueve o finge no darse cuenta.  En un arrebato de lujuria la chica busca ansiosa el ziper de mi pantalón.  Mete la mano y estruja deliciosamente mi miembro en toda su longitud.  Gotas de lava ardiente escurren por sus manos.
Hay algo que nos pone a los hombres a mil por hora: que nos agarren el miembro.  Siento que estoy a punto de venirme cuando en el colmo de la intrepidez saca mi pene y me recarga fuertemente contra la pared del vagón.  Esto fue suficiente para que meta mi mano en sus piernas hasta encontrar una vellosidad singular.  Hurgo ansioso en su pequeña vulva y la encuentro palpitante y mojada.
Apenas una diminuta tanga cubre la entrada de su vagina que sin más ni más hago a un lado dispuesto a penetrarla y de ser posible atravesarla.  Nuestra respiración es agitada y profunda, sin embargo tratamos de "controlarnos".
Apunto mi miembro en su vulba y en medio de aquella multitud que nos rodea y la zambullida es inédita y total.  Hicimos un esfuerzo sobrehumano para ahogar un quejido lastimero...
El vaivén vertiginoso de aquel tren parece confabularse con nuestra lujuria.  No sé cuánto tiempo pasa, 5, 10, 30 minutos... quién sabe, sólo que cuando reaccionamos estamos solos en la última estación del Metro.
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Foto del autor José de Cádiz Molina
Textos Publicados: 4
Miembro desde: Jun 06, 2009
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Descripción

Palabras Clave: Un cuento erótico de lo que sucede en el Metro. Te invito a viajar en el y veas de cerca escenas que te dejarán marcado para siempre...

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Derechos de Autor: josedecadiz

Enlace: www.lacasadeasterion.net


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