EL PROTECTOR
Publicado en May 29, 2010
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En la última semana, varias veces lo había visto cruzarse en su camino. Algunas, se plantaba frente a él tranquilo y jadeando. Otras veces sentado sobre sus patas traseras, con la mirada fija y el hocico ligeramente levantado. Antonio David, se sintió intrigado y el temor comenzó a crecer enérgicamente, como crecen los ríos y quebradas en medio de un vendaval de gotas de lluvia que golpean la tierra, llevándola consigo en un abrasador y erosivo  movimiento cinético montaña abajo. El animal se convirtió en una visión fugaz, como la sombra del águila que planea en lo alto, siguiendo las corrientes del aire. Aparecía y desaparecía como la luz intermitente de las luciérnagas. Quizás esperando algo. La zozobra lo consumió hasta despertar con horribles pesadillas, provocándole insomnio las dos postreras noches.
-Y aquí estoy don Modesto, sin saber qué hacer, como me lo quitó de encima. ¿Esto es real o es mi imaginación que me traiciona?
El viejo lo miró. Sonrió, apareciendo decenas de arrugas profundas en su rostro. En cuclillas, arreglaba un tabaco, con las hojas que el mismo había puesto a secar y luego a madurar en el cuartico.  Aquel con una pequeña ventana azul, a medio cerrar, dispuesta así para que ocurriera el intercambio de aire necesario. Allí permanecían las hojas de tabaco el tiempo justo, para que secaran y maduraran, adquiriendo un excelente aroma y sabor.
_ ¿Ud. lo invoco? le espetó.
_ ¡Como se le ocurre don Modesto! ¡Yo soy católico! voy a misa los domingos. Creo en dios. Soy temeroso de esas cosas, le respondió.
_ ¡Uujuu! _ lo desestimó _ yo he visto muertos cargando basura, dijo.
_ ¿Mando hacer el trabajo con alguien? indagó nuevamente.
_ ¡Le repito que no estoy dado a esas cosas! se quejó.
_ ¿me dijo que era negro como esta piedra de azabache? le señaló.
_ ¡si así es!
_ Ese perro es un protector, le reveló con voz calmada.
_ ¡Cómo!
_ Así como escuchó, ese perro es un protector. Son seres que cohabitan con nosotros. Como los animales son de almas simples, los pueden utilizar como medio para comunicarse con las personas. Los hay buenos ¡y también malos! Existen los aliados y los protectores. Este es de buen augurio. Alguien te lo envió, o él te escogió para protegerte dado que encontró en ti mucha fe y nobleza.
_ ¿Pero no es brujería o hechicería?
_ ¡no no!
_ ¿Los animales negros no son símbolos del mal, del diablo?
_ ¡no no no! mi amigo. Nada de eso es cierto. En realidad solo existe el bien y el mal; sin distingo de raza, religión, color, sexo y cualquier otra cosa. Mire mijo, yo no he visto al diablo pero le aseguro que puede ser tan catire y ojos azules, como el musiú de la tienda.
Antonio David rio a carcajadas, quizás los nervios lo estaban atacando involuntariamente. Se sobresaltó de pronto al ver salir una mujer del cuarto. De  pelo blanco y desgreñado,  y cuerpo encorvado por los años. En silencio se escabulló entre las cortinas de la cocina como si ambos no existieran. El viejo ni se inmuto y continúo la plática. Ella se acercó al fogón y comenzó atizar la leña. Entre soplidos y soplidos reavivaba la llama, haciendo hervir a borbotones un cocimiento de plantas medicinales, que impregnaban el rancho, de olorosas esencias volátiles. Aromas  de flores y plantas del lugar.
Hurgando entre los traste, tomó una jarrita de peltre y se sirvió un tarro de café, bebió un sorbo del oloroso líquido negro y luego con el tarro en la mano cruzo nuevamente la sala, a pasos lentos y silenciosos, hasta perderse a través de las cortinas del cuarto.
_Veo que tiene una camioneta último modelo_ indagó don modesto_ usted tiene dinero.
_ No, solo que los negocios me comenzaron a marchar muy bien y me compre una casa nueva y esta camioneta y estamos mucho mejor ahora.
_ ¡Ahí está el diente que le faltaba a la peineta! si usted no está preparado para el éxito y la fortuna, el rendimiento del negocio y su vida comenzaran a decaer sin encontrar razón alguna. A mucha gente buena le pasan muchas cosas  malas, por no estar preparados.
_ ¿Qué hago entonces? le pregunto.
_ ¿Cuantas veces se le ha aparecido?
_ ¿quién?
_ ¡El perro, hombre!
_ jajaja _ sonrió_   ¡No sé! durante toda esta semana me ha estado persiguiendo.
_Caray ya lo deben de estar trabajando, por eso el apremio del perro. Él le va aparecer cinco veces nada más para que usted lo acepte. De lo contrario desaparecerá y luego otros caminos debe buscar, que aquí no va encontrar. Es una bendición que él lo haya escogido para protegerlo, ojala no la haya perdido.
El viejo tomo los fósforos y encendió el tabaco. Esparció tres bocanadas de humo, creando una espesa neblina entre ambos. La bruma se dispersó con el viento, impregnando el lugar del aroma fuerte. El hombre aspiro el humo, de pronto sintió un ligero mareo, que lo obligó a pararse y a respirar profundamente. El viejo sonrió y levantándose le dijo:
_ Ya no tenemos más que hablar amigo, si ocurre el encuentro solo mírelo fijamente, y luego hágale cariño. Si responde es que lo aceptó. Luego trátelo como un amigo. Bueno señor  es todo en cuanto puedo ayudarle, es suya la decisión.
_ ¿Cuánto le debo Don Modesto?  Inquirió, sacando la cartera.
_Nada, esto me lo da la divina providencia para que lo reparta.
Se despidieron, y Antonio David le dejo un billete sobre la mesa en agradecimiento." Para el café" le indicó.
_Hasta luego amigo, muchas gracias, le dijo el viejo.
Salió al patio sus sentidos estaban agudizados, el aroma de las plantas en cocimiento lo seguían como un manto de energía misteriosa que reavivaba su conciencia, le despertaba la memoria. Su visión amplia y nítida se sumergía en la noche preñada de estrellas. La oscuridad se tragaba el rancho de caña, barro y techo de palma.  Uno que otro cucullo aparecía de pronto con su luz intermitente.  La luna escondida en el horizonte esperaba la madrugada para salir. En la profundidad de la noche un perro aulló, lejos, poniéndolo un poco nervioso. Sacudió la cabeza  disipando los temores y se encamino a su camioneta. Allí lo encontró junto a la puerta. Acuclillado, viéndolo fijamente. Lo visitaba por quinta vez. Quizás el último encuentro.
El hombre encendió la camioneta y dio la vuelta para marcharse a su casa. Al otro lado del asiento, un hermoso perro color negro sacaba la cabeza por la ventana. Su mirada era poderosa, y lúcida. El hocico apuntaba ligeramente hacia arriba.
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Foto del autor florencio
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Descripción

UN PERRO MISTERIOSO, COLOR NEGRO AZABACHE, ENTRA DE IMPROVISTO EN LA VIDA DE ANTONIO DAVID. APARTIR DE ALLI TODO CAMBIARA PARA EL.

Palabras Clave: PROTECTOR

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: FLORENCIO MALPICA

Derechos de Autor: FLORENCIO MALPICA


Comentarios (1)add comment
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Daniel Florentino Lpez

Bellísimo relato!
Buena trama con
toques de poesía
y suspenso.
Compartimos el amor
y la admiración por los perros
Te invito a que leas
mi poema Perro
Saludos, amigo!
Daniel
Responder
May 29, 2010
 

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