CABELLO
III
Fueron telarañas de metal oxidado por la ira,
por el apareamiento hardcore con el viento
ante el aliento de verdugos que decapitan la existencia de un alma
pues tan solo con la apariencia les basta para fusilar una ánima sin rumbo fijo.
Para un racimo de espinas como el mío
seria un deleite ser lanzado al firmamento como danza lucífera
al ritmo del péndulo concupiscente que me predique un torniquete tan certero como lo son tus piernas
o como mascara para cubrir el llanto de tus dudas.
Seria increíble para este,
tomarte como escenario y postrarme encima
revoloteando como un misil fuera de orbita
blandiendo su filo a todos los flancos huecos de tu humanidad.
Servirte como una pantalla impenetrable
no dejar pasar ni un halo mínimo del sol coqueto
ni dejar que se redescubran las ojeras que te deja el sueño
el ansia o la hostil nube tenebra de los que nos señalan
por drogarnos tras las catedrales entre los baldíos,
en medio de sus corrosivas atmosferas donde las plantas se suicidan por una moneda.
Que mi sucio cabello sea artífice del fungir de la lluvia sideral de tus manos que embriagan
en el sortilegio de tu contoneo
sobre el artilugio de mis latidos al fondo de tus montes...-seria un honor.
Que su extensión llegara a curar lo lugares
en donde la incertidumbre se hace perspicaz cuando te reptan una queja,
que sea tu magna vestimenta
armadura de hierro cálido
de tus blanquecinos repliegues donde destilo ambrosia
sin necesidad de rudeza y falta de tacto
tan solo con la fuerza necesaria de cómo quien arranca una flor...-seria una alegría
así...de sutil abriría tus piernas
para engancharme y ser molino de viento lleno de fuego...-eso seria cosmogónica multiorgasmia.
Pero...mujer...carecen de puntos certeros...
dan capullos de veneno
porque esta maldita anormalidad no me los castra de la herejía
que tiene el llevarlo al vacio y sin ataduras.
Para un cabello como el mío seria toda una bella odisea
que salieran del radar en el espacio
y en el momento fijo en que me incruste a ti con perdición y sin mesura
o ser también el muro sin salida
para servirte de escudo ante el escupitajo de las miradas
que enardecen con sus reglas e insatisfacciones
porque no estas aquí para darle gusto a nadie
mucho menos a mí...pero mujer..lamentablemente
la anormalidad de estos me impiden el placer...
Y es que mi cabello no se hizo para bailar en las envestidas 
ni como cobijo a tus perspicuas impurezas fantasmales 
sino tan solo para servirte de soga solo a ti
y seas la única que suba a mi balcón
a resctarme de esta celda
del maldito calabozo que puede ser a veces mi cabeza...
este cabello mujer...más que telaraña
es la enredadera de las torres de mi castillo
para que subas y te encarnes
y en mi mente
así como en cuerpo
tenerte siempre
como mi vicio preferido.