A San Expedito
Eras un jovencito luchador,
y con emprendimiento defendiste 
a Roma de todos tus enemigos, 
hasta que el señor Dios
te llamó una mañana cuando descansaba
y un cuervo te tentaba a seguir creyendo
en Dioses paganos, pero
te pusiste firme y elegiste seguir 
al Padre, al  Hijo y al Espíritu Santo,
sin importarte más el bienestar
de tu imperio y tus ambisiones
sino que elegiste amar al projimo
y ayudarlo en el nombre de Dios.
Esto provocó que los reyes y
los funcionarios te ejecutarán
pero tú decidiste morir con la
frente  alta por tu amigo,
nuestro Dios, y ésto el 
Señor no lo olvido, ya que te
Hizo descansar en un hermoso lugar
y ganar montones de fieles
que te brindan cariño de verdad,
ya que todos podemos ver que
pese a los Siglos sigue 
luchando por nuestro bienestar
desde el más alla y por
eso todos te queremos.