Tengo horas pensando en cómo iniciar esto, y aún no tengo muy claro cómo se supone que debería comenzar a hablar del mejor amor que ha llegado a mi corta vida…
Muy probablemente deba comenzar de la misma manera en la que comenzamos tú y yo, con un simple y normal “Hola, ¿Cómo estás?” Sería mentirte que no me extrañó total y completamente, agregando también que me heló el cuerpo recibir un mensaje tuyo además de que jamás, ni en mis sueños más locos, me habría imaginado la realidad en la que estamos ahora… Nunca me habría imaginado una vida en la que exista un “nosotros” en ella.
Te lo dije muchas veces y te lo repito, amo demasiado la conexión que tuvimos desde el día 1, el cómo podía hablar contigo tan libremente, cómo podía sentirme y ser tan yo con tu presencia cerca y cómo podía olvidar el resto del mundo si estábamos juntos.
Jamás imaginé que esas miradas secretas, esas ganas de hablarnos y de iniciar o tener cualquier tipo de acercamiento por más insignificante que sea fueran mutuas… Jamás imaginé que ese chico con el que nunca entablé ninguna conversación estaría imaginando un “nosotros” y, para qué mentirte, me encanta.
Me encanta, me encantas tú, me encanta todo. Cada te quiero que nos hemos dado a lo largo de nuestro corto, y al mismo tiempo largo tiempo juntos, cada te amo lleno de cariño y reciprocidad, cada abrazo, cada beso, cada toque, cada momento…
Gracias por existir, gracias por existir conmigo, gracias por volverme a dar esta inspiración para volver a escribir… Gracias mi amor.