Las Posesiones Demoniacas.
 
Cuando realizamos una actividad, se hace presente la participación de Dios en nuestras palabras y acciones, ésta nos da la opción de decidir, si caemos o no en la tentación, que también está presente, en cada actividad y seguidamente llega una nueva actividad, hasta el fin de un evento.
La Gracia de Dios, nos deja saber si favoreció, a la actividad o no, por lo tanto, si ésta no fue favorecida, por dicha Gracia, se convierte en una posesión demoniaca, puesto que, en algo de la actividad pasada, hay una tentación, en la que la persona ha caído, por lo que debe corregir ese malestar, sin dejarlo para después, hasta que la Gracia de Dios vuelva a avanzar en la persona.