“He pisado tierra extraña…al comienzo estaba solo, y al tiempo feliz “Roa Bastos

Te puedo hablar de las sensaciones del exilio elegido como en tu caso o el Asilo Político por casi una década como el mío. La sensación es extraña, pero a su vez reconfortante por todo lo que uno ve como novedad y lento, porque las amistades a elegir en un país extraño son muy especiales y siempre con mucho cuidado. Ante la soledad, el recuerdo; ante la nostalgia el saber que es una experiencia que en poco tiempo más será alegría. Ante la nada tienes el todo para ver, escuchar y escribir y como bien dices es un pedacito de la vida pero tienes una gran ventaja Sabes que puedes volver a tu elección, diferente al ASILADO que debe esperar se desmorone el régimen militar. Pero bueno Una experiencia válida; importante y de crecimiento
Felicitaciones Maria Fernanda

A mi entender, la soledad es buena compañera, pero solamente cuando se dispone de una adecuada fertilidad mental que permita restaurar las cicatrices del alma y, a la vez, nos envuelva con sueños, proyectos y fantasías. Pienso que, una vez desarrollados estos matices en nuestro interior, podemos salir armados desde nuestra soledad y trazar ricas sendas de amistad con otras personas, quienes ocuparán nuestro espacio de abandono.
Evidentemente no es una fórmula perfecta el rodearse de gran cantidad de amigos, puesto que la calidad no es exactamente la cantidad, pero cuando uno/a logra estructurar un mundo de hermosos sueños es fácil encantar al resto con ello y de aquellos encantados escoger una selecta compañía.
Es esta una humilde opinión que pretende --con la misma humildad-- ser la correcta.
Un abrazo, María Fernanda.