Deseando la muerte...de otros
Publicado en Jan 26, 2023
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Desear la muerte de un igual, bueno, hasta de una mascota, en mis tiempos de niño y adolescente, en el siglo XX, era condenable en extremo, más cuando eres egresado de un familia católica donde siquiera imaginar mujeres desnudas era pecado y Dios podría castigarte. 
Esa situación ya pertenece a mi pasado remoto, pero pensar en la muerte de otro, incluso desearla o alegrarse porque ha ocurrido, ya no me es tan condenable o criticable. En estos tiempos hay cada hijo de puta, que no merece sólo perecer y desaparecer de la faz de la Tierra, sino incluso una agonía prolongada.
Esta nueva visión debe ser resultado de mis últimas experiencias de vida, las del siglo XXI, que en tan sólo veintitrés años me ha dado más  información, opinión, amenaza y odio descarado, que todos mis años anteriores, llevando a confirmar que el hombre es malo por naturaleza y que no tiene remedio. Ninguna promoción religiosa, terapia o intervención lo cambiará, repito, es esencia humana y estas, son tatuajes existenciales permanentes.
Hoy califico como los hipócritas más repulsivos a quienes sin el mínimo asomo de recato destruyen y lapidan condiciones humanas en pos de un falso bien común. Una falacia cínica que sólo busca aprovechar la desesperación de la gran mayoría, más de setenta por ciento de los seres humanos a nivel global, para consolidar su poder egocentrista, un negocio, una religión o una visión personalizada.
Hoy sucede en mi país, México y en todo el mundo. Surgen improvisados. Personajes implacables que no les importa mentir sin recato con tal de conseguir voluntades. Seres que acusan sin pruebas y actúan basados en lo que opinan. Basta su opinión improbable para juzgar, sentenciar, condenar e incluso declarar una guerra. Por lo anterior son detestados y desean su desaparición.
A los que deseamos su fin y el de sus secuaces, nos llaman miserables. Desde luego, no nos ofende. Nos parte más el daño irreparable que están haciendo en los países que confiaron en ellos y que hoy sólo pueden recuperarse con su desaparición.
No hay más. Si mueren los López Obrador, los Maduro, los Putin me alegraré, porque la probabilidad de recuperación de países se eleva una vez que estén libres de estos ególatras.
Surgiría la gran oportunidad de volver a empezar, pero esta vez considerando, seriamente, no volver a repetir la vivencia de la pesadilla.
¡Mueran mil veces los autoritarios del mundo!
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Foto del autor Juan Carlos Maldonado Garca
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Descripción

Ensayo sobre dicotoma entre la condena al deseo de la muerte al prjimo y la justificacin de esta en algn momento,

Palabras Clave: condena muerte autoritarismo hipocresa

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Sociedad



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