Elisa (Parte 1)
Publicado en Nov 29, 2021
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1.
Un abrazo puede sanar el alma, así como la persona indicada puede salvar ciertas vidas. Viví las peores semanas de mi vida tras un dramático esguince en la rodilla izquierda. El momento fue desagradable, pero un dolor que pude soportar. Lo peor vino después, en mi casa, encerrado en mi habitación sufriendo para levantarme. Me sentí inútil, mermado al estado más insignificante del ser humano. Dependía de otros y no podría ser una persona normal por un tiempo. En esta etapa tuve mis primeros ataques de pánico, conocí la ansiedad, conocí la verdadera depresión y la adopté como propia.
Ni siquiera estaba enamorado y eso me quitaba fuerzas, no había motivo para regresar a la escuela ni tampoco para quedarme en casa. Bailaba entre el limbo de existir o desaparecer, sin querer recuperé esa idea aterradora de que la muerte existe. Volví a escribir, esta vez mi inspiración fue la historia de un chico encerrado, necesitado, que es visitado por una chica de su clase que estaba secretamente enamorado de él. Su misión seria traerlo de vuelta al mundo real y darle un motivo para vivir. Una muestra desesperada por mi parte, ya que es todo lo que quería que me pasara.
Soñé durante infinitas noches que alguien venía a rescatarme. Un ángel, una mujer, quien sea. La persona que más se repitió fue Elisa, una compañera de clase con la que había tenido una amistad reciente. Antes de volver a la normalidad, Elisa me habló para preguntar por mi estado. No le mentí, me sentía mucho mejor físicamente, pero lo del alma… lo de adentro estaba realmente destruido. Ella intentó con distintos mensajes motivacionales que me recompusiera, yo fui terco. Cansada de mi negatividad, me dijo que no sabía ya que hacer para ayudarme. Casi sin pensar, le confesé que necesitaba un abrazo, era lo único que podría ayudar a sanar la herida. Elisa aceptó, advirtiendo que no era la indicada para esas cosas. Lo de ser cariñosa nunca formó parte de su personalidad.
El primer día de clases después de mi lesión, me preparé y fui ansioso. No quería ilusionarme, pero inconscientemente lo haría de todas formas. Ese abrazo sería lo mejor que me habría pasado en años. El día pasó volando y Elisa no me dirigió la palabra. La esperanza iba muriendo poco a poco, pensé que se había olvidado y no la culparía por ello. Es una mujer cruel, esperó a la última oportunidad, cuando ya miraba cabizbajo a mis compañeros felices yendo a jugar un partido de futbol en clase de gimnasia. Yo los miraría triste, trataría de olvidar ese día como fuera. De repente, Elisa volteó para verme. Cruzamos una mirada violenta, ella sonrió como diciendo “está bien, te daré lo que quieres”. Corrió hacia mí y me abrazó tan fuerte que aplastó mis males. Me sacó por completo de este mundo, porque un abrazo sana el alma mejor que cualquier otra cosa. Fue la persona indicada en el mejor momento, como si el destino nos hubiera unido para siempre.
A decir verdad, me enamoré de ella ese día, en aquel momento perfecto. Lo nuestro nunca murió, así como nunca empezó.
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Foto del autor Santiago Armella
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Descripción

Un abrazo puede sanar el alma, as como la persona indicada puede salvar ciertas vidas.

Palabras Clave: Historia real melancola romance juventud

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Personales



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