Per en bsqueda del cambio
Publicado en Oct 21, 2021
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                               PERÚ:  EN  BÚSQUEDA  DEL  CAMBIO
                                             
          La nación peruana aguarda -con lánguido entusiasmo democrático- los próximos comicios para designar a los representantes de la administración del período 2011-2016; y, por tanto, expuesta y obligada, nuevamente, a presenciar el manido escenario de buenas intenciones, juramentos y promesas de convertir a esta nación en el jardín del edén, conforme declaman los aspirantes a la presidencia de la República.
 
          Si bien es verdad que el fragor de las justas electorales y la permanente presión psicológica han enervado las conductas de los políticos, también lo es que se ha rebajado el idioma con excesos de demagogia corruptora, como el empleo de dicharachos, groserías de lenguaje, actitudes populacheras y, lo lamentable, la recurrente voluntad difamatoria contra el contendor; lo que nos hace recordar el consejo de uno de los grandes civilizadores de todos los tiempos, profesor Domingo Faustino Sarmiento, concepto que es precepto fundamental de gobierno: Educad al soberano.
 
          El idioma, como exteriorización de ideas y de sentimientos debe tener decoro. Cuando gobiernan ciudadanos que son hombres guiones, porque su cultura, sabiduría y decoro son prendas de educación del pueblo, éste se eleva; cuando ocurre lo contrario y el que pretende gobernar se allana a la inferioridad, ese pueblo en lugar de elevarse desciende y se degrada.
 
          Claro está que no es solo el idioma lo que decide esta cuestión política, pero tiene gran influencia, como la tienen todas las actitudes trascendentes de las clases superiores. A tanto llegaba este ciudadano en la Roma antigua que Tiberio -emperador de los más absolutos- creyó necesario pedir venia al senado para emplear la palabra monopolio, por ser griega, y otra vez mandó borrar de un decreto de ese mismo senado la palabra emblema, también por ser griega, no obstante ser el griego el idioma culto que todo romano iniciado seriamente en las letras aprendía, como luego se aprendió el latín en las universidades de casi toda Europa. El emperador Claudio destituyó a un gobernador, personaje distinguido de la provincia de Grecia, porque no conocía bien la lengua del Lacio, y otro funcionario proconsular fue destituido por no saber ortografía. 
 
          Aunque no existe conductor infalible, un partido político con una  plataforma bien elaborada y colaboradores intachables y capaces -como es natural- siempre dará prestigio a la sabiduría; y de ninguna manera estará fundado en el teatro de los aplausos de masas enardecidas de odio, o por promesas irrealizables.
 
          La Política es una ciencia. Jamás puede estar en manos de diletantes o profanos, de osados que creen que con solo ser viejos o tener facilidad para pronunciar discursos, ya se puede conducir a los hombres hacia la paz y el bienestar. Es tiempo ya de que se deje de considerar a la Política como un negocio de grupo de audaces, como el arte de mantenerse en el Poder, o como un seguro refugio de impunidades. Ahora más que nunca, los peruanos podremos responder a Maquiavelo, que los hombres que mandan no deben ser solamente amados y temidos, sino respetados simplemente.   
 
          Desde siempre, el hecho político ha venido causando desilusión y desconcierto en las masas y en los dirigentes, y ha llegado al extremo que amenaza con hundir la civilización en un mar de barbarie y de incertidumbre: permanentes escándalos por actos de corrupción, repentinos enriquecimientos, investigaciones por lavado de activos, y transfuguismo oportunista, entre otros repulsivos males. 
 
           Es un lugar común que la audacia de las organizaciones criminales, ha demostrado que el poder fáctico del dinero logra corromper a los partidos; compra caudillos para darle a la política un cariz antropomorfo; se abre paso en las instituciones tutelares de la nación y, lo peor, dentro de la misma estructura orgánica del Estado, donde opera como una cuasi institución, viciando el entendimiento de la autoridad; haciéndola olvidar que el poder es un público servicio a la causa del bien común; motivando la atención de instituciones internacionales que confrontan una guerra permanente contra el crimen organizado. Aberradas operaciones, extienden además sus tentáculos a los medios de comunicación de masas, monopolios y oligopolios.    
          
          Conservadores y liberales reconocen que el Perú es tierra de contrastes: sin continuidad geográfica, ni racial ni cultural; con valles incrustados o aislados entre montañas y nieves, selvas impenetrables, y razas primitivas diferenciadas por el medio físico, con diversidad dialectal, sin unidad ni integración. La administración estatal resulta ineficiente en el control social de sectores y grupos humanos marginados; habiendo casos en que no cuentan con la presencia de Estado, quien poco o nada ha hecho por brindarles su asistencia obligatoria. 
 
          A la sombra del optimismo baladí, tan trillado en el actual escenario político, se anuncia cada día la ansiada prosperidad de la familia peruana, lo que equivale a demagogia, toda vez que si bien es cierto que la recuperación económica ha motivado al empresario extranjero para invertir sus operaciones bursátiles, y la demanda del producto nacional se siente reactivada, no cabe revocar a duda que estamos pagando las consecuencias del desgobierno con los precios embalsados. Y es la familia en extrema pobreza -quien vive en condiciones incompatibles con la vida- la que padece más, sin comprender hasta hoy, el rol del Estado en el cumplimiento de la norma constitucional. 
 
          Para llegar al poder, el político se encamina hacia la captación de la voluntad de los ciudadanos. Para este efecto, esgrime argumentos, apela a sentimientos, despierta apetencias. Sus discursos constituyen, en el segundo supuesto, música hablada, vale decir yuxtaposiciones gramaticales correctas de palabras con cargas emocionales, pero sin sentido verificable. El demagogo capta la voluntad ajena mediante engaños, juicios de valor equivocados, falacias atractivas, o falsas profecías, que aunque pueden infringir en el ámbito de la ética la obligación de veracidad que grava sobre el político, en la esfera moral tendrían que tropezar con la insobornable madurez intelectual de los ciudadanos, la que constituye uno de los pivotes de toda democracia.
 
          Conforme a los estudios estadísticos de las encuestas, los principales aspirantes presentan similares bases ideológicas y programáticas muy conocidas por la sociedad como vanos refritos con los que se pretende seducir nuevamente a las masas, habida cuenta además, que su entorno se ve deslustrado, de una u otra forma, por actos que los vinculan con la corrupción organizada. 
 
          Con menor expectativa, se vislumbra al candidato con aséptica nómina de postulantes al Congreso de la República, quien propugna una posición firme contra el tráfico criminal de sustancias estupefacientes y contra la corrupción fiscal o utilización de las funciones y medios de la organización pública, en provecho económico de sus gestores; lacras que la nación peruana ya cansada las padece, sin atisbo de solución. 
 
          En el espectro político electoral se ubica un contestatario de la dictadura -postulante Ollanta Humala Tasso [1963]- quien vuelve reencauchado de su anterior postulación a la presidencia, aunque ensombrecido por la sentencia condenatoria que purga su hermano. Anuncia su verdadera vocación autónoma de conjurar la extrema pobreza, desterrar la corrupción y combatir el crimen organizado, que son, entre otras, las disfunciones sociales de cronicidad mórbida en la sociedad peruana. Se presenta libre de la mano negra del narcotráfico, credencial suficiente que lo ubica como político idóneo, y más aun cuando acredita estudios de post-grado en Ciencias Políticas y en Derecho Internacional.
 
           El Plan de Gobierno 2011-2016 contempla las ineludibles exigencias que la futura gestión satisfará en primer momento, como la restauración de la Constitución Peruana de Haya de la Torre, del 12 de julio de 1979, en cumplimiento irrestricto al artículo 307 de la misma. 
 
          Se debe priorizar también:
 
a.        Creación del Ministerio de Bienestar de la Familia. 
 
b.        Derogatoria de la Ley Orgánica Nº 27779 del 11 de julio del año 2002, que crea el Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social; cuyas atribuciones y facultades en lo sucesivo las asumirá el Ministerio de Bienestar de la Familia, en la Dirección Nacional correspondiente.
 
c.         Auditoría permanente en las instituciones de Estado y en los órganos descentralizados; y constante evaluación de idoneidad del servidor público y de sus signos exteriores de riqueza.
 
d.        Control social inmediato del Estado, en los aberrados contenidos de los programas televisivos y del internet, que son, entre otros, los factores etiológicos más determinantes en la existencia de la familia disfuncional, y la comisión de eventos antisociales.
 
e.         Captación masiva de profesionales, especializados en la conducta humana: psicopedagogos, sociólogos, psicólogos y antropólogos, para hacer ya posible la reeducación social del recluso y del liberado.
 
          Al momento de elegir a la máxima magistratura de la nación, el Perú continúa su peregrinaje político sin poder encontrar aun el dogma ni los dirigentes que han de llenar sus aspiraciones; padece dolores indecibles a fuerza del espejismo político de sus grandes esperanzas de ventura; y  nunca satisfecho y nunca vencido siempre caminó impertérrito por la vorágine de los siglos, porque la naturaleza inquieta y perfectible del hombre jamás le ha permitido estacionarse en ninguna posición de equilibrio, a no ser que llegue el día en el que la sabiduría, tornándose generosa, le revele el arcano de la paz y la felicidad humana.
 
        Una atingencia: los esfuerzos que la próxima gestión haga para gobernar a los hombres únicamente conforme a los cánones de la razón y nada más, constituye un error. A pesar de la premisa universal de que todos los hombres son racionales, no todos los hombres viven del uso de la razón. Hay racionales -la inmensa mayoría- que no ejercitan la razón y se sustentan en la fe. 
 
          Esa es la realidad y la causa de los resultados: también se puede tener fe en la búsqueda del cambio. 
 
Trujillo-Perú, marzo 20.2011 
         
Dr. Alejandro Cruzado Balcázar
                CALL 4372
                  CAL 437 
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Categoría: Artculos

Subcategoría: Poltica



Comentarios (1)add comment
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juan carlos reyes cruz

Muy probablemente mi nivel educativo e intelectual sea demasiado atrevido e insuficiente para opinar sobre este amplio y docto artículo suyo, para intentar realizar una comparación entre las aspiraciones de su nación con las de otras latitudes en las cuales se manifiestan masivamente anhelos muy confusos, insustentables, exageradamente pretenciosos y, hasta, irracionales.
Lo leí con bastante detenimiento y con el máximo de tolerancia dentro de mis limitaciones y concluí que su discurso tiene tanto analgésico como el que usted mismo critica en parte de su planteamiento.
Los comunes y corrienters del mundo necesitamos soluciones palpables y -- sobre todo -- decencia y coherencia en quienes lideran.
La poesía, la retórica y el diccionario son elementos precisos para ésta página, pero para los dilemas del mundo se necesita más que palabras.
Atentamente mis saludos.
JCRC.
Responder
October 23, 2021
 

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