Nicté. 
Disculpe señora, ¿podría regresar? Me gustaría que juegue con mi cabello una vez más, deseo que me platique pequeños detalles de su vida y me cepille con sutileza. ¿Por qué se va? Por favor, no parta al más allá, prefiero seguir visitando su hogar. ¿Es necesario que usted tome el tren de las cuatro estaciones? Extrañaré que me lea de nuevo ese cuento con su dulce voz.
Aunque no tenga certeza de volver a verla la buscaré entre los relatos para niños, la veré en una madre arropando a sus hijos, ¿a usted le gustaría que la recuerde? Pues yo guardaré como un tesoro mis pequeñas vivencias.
Puedo verme sentada frente a su fuente de nuevo, ¿cómo puedo dejarla ir cuando estuvo pequeños instantes en mi vida?, por favor vuelva. ¿Podrá jugar conmigo esta tarde? Hoy no quiero que practiquemos el escondite, le suplico que salga de ese rincón. ¿Estos recuerdos son falsos o en realidad pasaron? Debí aprovechar en amontonar muchas experiencias para el día en que usted caminó al atardecer yo no sufriera por no valorar el tiempo.
22 de Abril, vuele y siga su travesía en paz, diríjase a la eternidad, recorra los senderos del paraíso con su alma gemela, sea parte de la tranquilidad acompañando el lugar con su bello canto; estaré aquí recordándola, así podrá proseguir en alma a una realidad de felicidad. Florezca como lo amerita su nombre, cautive al mundo con su belleza.
-Briana Farrera.