Anoche se jugó en Cali, el primer partido de la final del futbol profesional colombiano entre el américa de Cali y el independiente santa fe de la capital del país.  Partido que ganó el equipo local por 3 – 0.  Esto desató una euforia colectiva que se hizo sentir en toda la ciudad;  en medio de toque de queda, ley seca y restricciones de movilidad, caravanas multitudinarias y aglomeraciones irracionales, como en los buenos tiempos, y eso que queda faltando el partido de vuelta, donde se define el campeón.  Ni pensar la locura del próximo domingo, cualquiera que sea el ganador, porque esta estupidez se repite por todo el país.
Y el dichoso virus desintegrándose,   pero de la risa al ver como unos estúpidos desadaptados lo desafían poniendo en riesgo, no solo a ellos y a sus familias sino al resto de la sociedad.
No sé qué es lo que algunos no han entendido.  Esto no es cuestión de autoridad ni de gobierno alguno, ya es un asunto de consciencia individual.  La vaina se salió de madre.  La pandemia es una realidad, no es la fantasía de los que la niegan ni de los que dicen que es un simple negocio. 
Tampoco es demasiado lo que nos exige la situación: distanciamiento social, uso correcto y permanente del tapabocas y lavado frecuente de manos; no es algo del otro mundo, es algo que está al alcance de todos.   Solo se necesita concienciación y voluntad.  ATERRICEMOS LAS EMOCIONES.