DOS ENSAYOS DE INTERPRETACIÓN POÉTICA
Publicado en Mar 17, 2009
Juan Carlos Dido Universidad Nacional de La Matanza I.-UN POEMA DOMÉSTICO DE JOSÉ PEDRONI Lo cotidiano es el universo poético de Pedroni. Los seres y los objetos familiares que desfilan por su obra, cálidos, concretos en espíritu, resumen el mundo de siempre. Porque ocurre que el universo, o la concepción de él se tiene, escapa de los laberintos filosóficos, pero vive inexorablemente en todas las situaciones cotidianas. En el poema "Tijeras", un tema hogareño de llana simplicidad resalta la trascendencia de hechos habituales. Dice el poema: Cuatro hijos tuviste. Una para la lana, Cuatro tijeras tienes. Otra para la seda. Para ponerte triste, No vuelve la mañana, Es que pasan los trenes. Sólo la paz nos queda. Una para el bordado, También quedan las flores, Otra para el zurcido. Son pocas pero bellas, El trigo está cortado, de tres, cuatro colores. Las palomas se han ido. Voy a cortarte de ellas. Y quedan las estrellas De los afiladores. "Cuatro hijos tuviste./Cuatro tijeras tienes": Es la tesis del poema que luego Pedroni demostrará líricamente; es el eje conceptual, el hecho exterior que se impone. El segundo verso es la reiteración del primero, lo necesariamente distinto como para dar el salto imperceptible hacia el mundo interior. "Cuatro hijos tuviste": el "tuviste" cae como un martillazo, y el cambio inmediato de tiempo verbal revela que el pretérito indefinido del primer verso obliga a pensar en el acto biológico de dar a luz y nada más. Después de esto los hijos dejaron de pertenecer al ser maternal de quien, paulatinamente, irán perdiendo dependencia. El dar a luz, el solo hecho de haber tenido cuatro hijos, provoca la aparición simultánea de cuatro tijeras, porque tuviste cuatro hijos, ahora tienes, no ya hijos, sino tijeras. "Cuatro tijeras tienes": se reconoce en "tijeras" la imagen clave de todo el poema, que mantiene unidos como anverso y reverso el mundo objetivo y el subjetivo. Tijeras es una imagen que sugiere corte, separación, limitación, fin y principio, alejamiento. Las personas de los hijos son las tijeras que van terminando y comenzando los distintos tramos de esa tan entretejida tela que es la existencia. Una vez introducida la imagen "tijeras", todo el poema depende de ella y todas las otras imágenes se convierten en referencias. Si se pierde de vista el sentido poético de la imagen fundamental, lo demás carece de valor, es una expresión vacía de significado pese a la profundidad de algunos versos. Es que "tijeras" ha sido pronunciada con tanta oportunidad que no se puede concebir la vida de la persona si no es como un conjunto de retazos, unos cuantos remiendos mal unidos. Esta visión irregular de la vida la acentúan y la renuevan los terceros y cuartos versos de las tres primeras estrofas y las últimas dos íntegras: el poeta entresaca imágenes que, además de valor metafórico, significan mucho en el poema por el cambio ambiental que expresan, comunicando un sentimiento de impotencia al presentar, categóricamente separados, trozos de realidad zurcidos desordenadamente.. Así aparecen los núcleos significativos de esos versos: de trenes salta a trigo, de aquí a palomas, a mañana, a paz, a flores y a estrellas. En el poema se distinguen tres partes: a)Una enunciación real y categórica (el primer verso). b)Un plano simbólico formado por el segundo verso de la primera estrofa y por los dos primeros versos de la segunda y la tercera estrofas. c)Un plano emotivo expresado por medio de imágenes naturales (los versos restantes). La trabazón entre estos diferentes planos expresivos contribuye a realzar la belleza de la composición. No obstante, estos planos son, en cierto modo, independientes, y se pueden desglosar, formando dos poemas, cada cual con su sentido particular. 1) Con las partes a) y b): Cuatro hijos tuviste. Cuatro tijeras tienes. Una para el bordado, Otra para el zurcido. Una para la lana, Otra para la seda. 2) Con la parte c): Para ponerte triste Es que pasan los trenes. El trigo está cortado, Las palomas se han ido. No vuelve la mañana. Sólo la paz nos queda. También quedan las flores. Son pocas pero bellas, De tres, cuatro colores. Voy a cortarte de ellas. Y quedan las estrellas De los afiladores. El primero de estos subpoemas es de un simbolismo objetivo. En el segundo hay una vuelta al mundo interior. El uso de imágenes "bordado, zurcido, lana, seda" otorga una suave continuidad que contrarresta la brusquedad propia del contenido de esas expresiones y del sentido total del poema. Y esa continuidad, unida a la agridulce emoción del segundo subpoema, provoca una profunda ternura. Lo que Pedroni dice es que los hijos, pese a que son parte de la misma vida de la madre, no existen sino para la muerte. Los hijos son para la vida, que los comienza a arrebatar con el primer respiro; con el bordado (la infancia, el trigo) se los nutre, se les hace crecer, que es una manera de ir alejándose. En el zurcido (la juventud, las palomas) los hijos se hacen jóvenes y adultos, se valen por sí. La metáfora es maravillosa: el zurcido evoca los golpes y reveses que deben afrontar y resolver como personas libres. La lana (la vejez) representa el invierno de la vida, que se alimenta ahora de recuerdos ("no vuelve la mañana"). La seda (la muerte, la paz) es el sudario, es fin de la vida, la meta absoluta: los hijos son para la muerte. El hombre es para la nada (Sartre). Todo esto si el poema terminara en el verso "sólo la paz nos queda". Y, efectivamente, termina allí, pero para recomenzar con la vida. ¿Dónde está la vida? En unas pocas flores y en las estrellas de los afiladores, no en las del cielo. O sea que la vida está en lo efímero: flores que se abren y caen; estrellas que saltan y mueren. La vida nace y muere a cada momento. Pedroni nos invitó a un paseo doméstico para mostrarnos que tenía encerrado el universo. -------------------------------------------------------------------------------------------------------------- II-IDA Y VUELTA AL MISTERIO CON ANTONIO MACHADO La poesía nunca ha dejado de ser un misterio. Ninguna teoría literario, ningún erudito investigador ha podido quitarle el velo para descubrir su rostro. Por esencia, la poesía está enlazada al misterio, al que trata de darle vida vistiéndolo con ropajes expresivos y al que trata de matar cuando le apunta con su rayo revelador. El poeta es un buceador del misterio. Busca en su ámbito a sabiendas de que sólo encontrará... misterio. La virtud del profeta y de vate que se le reconoce, viene de esa comunión. Pero bien sabe el poeta que él no resuelve el misterio. Tan sólo conoce el camino para llegar allí: la poesía; y fabrica el sendero para volver: el poema. El poema simple, limpio, profundo, es la senda desbrozada que retorna del misterio. El viajero viene con las alforjas vacías. Trae un mapa y tiene la marca del tesoro: el tesoro está al pie del arco iris. Ese mundo apenas arañado por los garfios artísticos tiene en Antonio Machado un incansable peregrino. Su derrotero es una larga galería de soledad. Dice en uno de sus poemas: ¿Mi corazón se ha dormido? Colmenares de mis sueños ¿ya no labráis[1]? ¿Está seca la noria del pensamiento, los cangilones vacíos, girando, de sombra llenos? No, mi corazón no duerme. Está despierto, despierto. Ni duerme ni sueña, mira, los claros ojos abiertos, señas lejanas y escucha a orillas del gran silencio. El poeta ha llegado al borde del misterio total. En un momento, todo ha quedado suspendido de la eternidad. Dos actitudes aparecen contrapuestas. Surge primero el mundo rutinario: movimiento interminable y sin sentido porque no trasciende, no sale de su propia esfera de movimiento. La imagen de la noria, detallada después hasta los cangilones, resume esa actitud, que no es despectiva sino valiosa; el poeta la presenta como la única geografía donde se manifiesta la vida. El movimiento repetido de la noria es el único que permite y reclama el sueño, porque es una realidad que exige alejamiento. Es en la vida habitual, repetida, donde se puede soñar. La imagen de la noria, al mismo tiempo, le permite a Machado expresar, junto con su metáfora de la vida, una apretada doctrina poética. La poesía de Machado pertenece al corazón y al pensamiento, buscando el inestable equilibrio de sentimiento y razón, y renovando líricamente los polos romanticismo-clasicismo. Los cangilones vienen del corazón. Allí se han cargado de agua rumorosa, ágil, libre, que empieza a encajonarse en su camino ascendente. Llega arriba, indomada aún; algunas lenguas transparentes saltan y regresan al origen inviolado. Pero mucha ya está sometida y el sueño libre se hace pensamiento ordenado. Mas esta vida y esta poesía parecen extinguirse. El poeta pregunta si su corazón se ha dormido, dormido de muerte. Los cangilones no traen ya el agua jugosa. Ahora suben llenos de sombra. Y la sombra misma es la respuesta a la inquietud. El corazón no duerme. "Está despierto, despierto", dice Machado. Con la repetición crea un mundo. Está despierto: con esto sabemos que nada se alteró: apenas una falsa alarma. Pero inmediatamente repite: despierto. Y todo cambia. Porque este despertar es el que abre los ojos al misterior; es el despertar definitivo. Es la vigilia que responde a aquel llamado: "despierte el alma dormida". ¿Y qué ve el poeta asomado a la realidad final? Lo tenemos a punto de interpretar la escritura de Dios. ‘¿Y qué oye? Lo tenemos asomado a la música de las esferas. ¿Y qué ve y qué oye el poeta? No ve, mira. No oye, escucha. Mira señas lejanas y escucha a orillas del gran silencio. Es lo que decíamos: hemos vuelto del misterio sin haberlo develado. [1] Dice "habráis" en la edición que se encuentra en Poesía de Antonio Machado, editada por Losada, forma verbal inexistente. En Las galerías secretas de Antonio Machado, Ricardo Gullón transcribe "labráis", más coherente con el contenido del poema.
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MAVAL
Quiero decir que este ensayo me parece muy interesante y claro en cuanto al análisis que ofrece de los escritores ...por lo general muchas veces encuentro otros documentos que abruman con tanta explicación y citas de todos lados (aunque siempre es importante tener referencias) , pero si se hace un trabajo a conciencia no se necesita tantas reafirmaciones, eso es parte del poder de la palabra no? ...por otra parte su análisis me hace relacionarlo con análisis que he leido de la significancia de las palabras usadas en la adivinanza popular , en cuya los elementos que se usan son de cotidiano uso y a su vez representan especiales mensajes de vida para el hombre local lo cual también se transforma en universal..
.también hay algo que a mi en lo personal se me hace difícill entender en muchos casos ,como es la lectura de la metáfora , no se, pero hay algunos poetas que la usan en forma tan rebuscada que por más vueltas que le doy no logro comprender su mensaje ...y otros se me es de fácil comprensión...y eso que creo soy bastante buena en la inferencia , jeje...
Por lo que digo antes en Neruda (poeta recurrente ) o Gabriela Mistral , comprendo sus contenidos , pero como es Huidobro ,aunque se me hace la asonancia del lenguaje maravillosa , en mucho se enrreda mi comprensión (será por lo creacionismo...qué es eso realmente?) ...
siendo una persona que escribe desde la sola autodicdáctica no es mucho lo que en ello
( crítica literaria) podría hacer de un poema ,a parte de los recursos o nociones que pueda tener , por ello encuentro este ensayo comprensible a mi conocimiento en el tema....y lo guardaré para tenerlo muy en cuenta...
gracias por dejarlo a nuestra disposición...Maval.-