Todo fue uno
Publicado en Nov 02, 2020
Prev
Next
Image
TODO FUE UNO
 
Aquel anochecer, en su último recorrido del día, el metro de la gran ciudad donde me resguardo en el anonimato, transcurría su viaje en calma. Solo el parloteo de dos niños que junto a su madre disputaban por no sé qué cosa, alentados por la indiferencia de la mujer que observaba abstraída las sombras y claroscuros del túnel por donde se deslizaba el vagón donde viajábamos. Los otros pasajeros, solo unos cuantos, parecían ignorar la trifulca infantil, casi todos con los ojos entornados o cabeceando, presa de la somnolencia natural después de una extenuante jornada laboral.
 
Yo mismo me dejé llevar, cerré el diario que intentaba leer y me acomodé mejor en el asiento del vehículo. Después de todo faltaban algunas estaciones más para llegar a la de mi destino, ubicada ésta a unas cuantas calles de mi domicilio. Intente dormitar, pero “algo” me lo impedía, no eran los niños con su bullicio, era otra cosa, era como un presentimiento desagradable que me alteraba el ánimo.
 
Decidí entonces mantenerme alerta. Para estar lúcido froté mis parpados con tanta vehemencia, que dos lágrimas escurrieron por mis mejillas. Estaba visto, ¡era un viaje desagradable! Por fortuna el final estaba próximo. En la siguiente parada que hizo el vagón, un hombre de aspecto anodino se puso en pie lentamente con la intención manifiesta de abandonar el vehículo. Lo mismo hizo la señora con sus dos críos, que intensificaron su griterío. Al pasar junto al asiento que ocupaba el sujeto anodino quien ya estaba en el andén, el niño se desprendió de la mano de su madre y regresó a recoger un bolso que presumiblemente olvidó el sujeto, al que vi desde la ventanilla correr rumbo a la salida de la estación.
 
Enseguida los acontecimientos parecieron estratificarse en uno solo: El grito imperioso de la madre advirtiendo al chamaco que no tocara aquel bolso que no era suyo. Mi mirada sobre el diario que mostraba en uno de sus dobleces aquella noticia.
 
“ATENTADO NAVIDEÑO EN EL METRO DE LA GRAN CIUDAD” Luego se leía un cintillo macabro, “Decenas de muertos y heridos, el saldo fatal”
 
Todo fue uno. El grito, la madre y los niños bajando de prisa del vagón, tras la advertencia del sistema de que el tren se pondría en movimiento, mi loca carrera para ganar la salida de la estación, el estruendo, la oscuridad, los lamentos, el caos de la mano de la muerte.
 
No supe como gané la salida, al estar fuera seguí corriendo enloquecido con uno de mis brazos como un colgandejo. Tenía sangre en mi cara, había perdido un zapato, pero seguía corriendo, huyendo de todo y de nada, pues  dicen que “el loco lo ha perdido todo, salvo la razón”. Finalmente en mi loca huida llegué a un parque cercano a mi domicilio. Extenuado me dejé caer en una de sus bancas, fue entonces que me di cuenta, que llevaba aferrado en mi mano sana aquel diario que leía en el vagón, estaba blandengue, cubierto de sangre, ¿mía o de quién?
 
Empezaba a desdoblar con mucho cuidado las hojas del diario aquel para leer, si era posible, la noticia del atentado. Cuando de pronto veo venir muy sonriente al individuo anodino del vagón del metro. Ahora no se le apreciaba prisa alguna, acompasaba su paso junto a una mujer extremadamente delgada que vestía pantalón color negro, pollera con capucha, guantes, bufanda del mismo tono y lentes oscuros, que desentonaban con lo avanzado de la noche.
 
Resultaba repulsivo ver al hombre sonreír, mientras no muy lejos, el ulular de las sirenas de los vehículos de la policía, carros de bomberos, ambulancias y demás configuraba un escenario dantesco. Aquella desagradable pareja continuo su marcha hasta perderse tras de un enorme pino artificial de Navidad, que las autoridades de la ciudad colocaron con motivo de las fiestas decembrinas.
 
Por fin logré mi cometido, encontré el doblez del periódico que consignaba la noticia del atentado en el cual como víctima estuve involucrado. Iba a empezar a leerlo cuando escuché el llanto lastimero de unos niños, venían de prisa, abrazados… ¡Eran los niños escandalosos del vagón! Pasaron de largo, pero distinguí sus caritas cuajadas de drama y tristeza. Los vi perderse entre la arboleda del parque. La luz tenue del amanecer me permitió distinguir mejor el paisaje. Todo parecía indiferente a la tragedia que acababa de suceder, los cristales de las ventanas cubiertos de escarcha y los tejados orlados de estalactitas... La vida continuaba pese a todo.
 
Volví a leer el encabezado y el cintillo del diario, antes de continuar dirigí la mirada a la parte superior de la página del periódico para saber de su fecha. “Veinticinco  de Diciembre de dos mil dieciseises”. ¡El diario era del día de mañana!
 
Todo volvió a ser uno. Mi alarido de terror, la ausencia de la mayor parte de mi brazo izquierdo, la sangre, mi sangre y la de tantos otros, el clamor de las sirenas cual berridos de una víctima condenada a muerte y los recuerdos, reminiscencias de algunas lecturas de antaño, ¿de qué autor? ¿Ossendovski, Bradbury, Fulcanelli, Plotino, Chesterton, Bergier? no recordé donde leí aquello: “Después de caos todo es uno. El tiempo, el espacio, arriba, abajo, la vida y la muerte. Todos son con todos. Malos y buenos, el día y la noche, los muertos y los vivos”.
 
De no sé donde llegó la madre que acompañaba a los niños peleoneros del vagón del metro antes del atentado. Con el rostro desencajado se detuvo frente de mí. Balbuceó algo ininteligible y terminó por sentarse en la banca a mi lado.
 
—Aquí voy a esperar a que vuelvan a pasar mis hijos. Dijo la mujer.
 
—Porque todo es cíclico. ¿Lo sabe, verdad? Agregó llorosa.
 
Contesté lo primero que se me ocurrió. Ella no dio muestras de haberme escuchado. Me le quedé mirando fijamente y le grité casi al oído. Tampoco me escuchó, entonces comprendí que lo que había leído alguna vez, no era verdad: Después del caos, ya nada es igual. Ella y yo no compartíamos el mismo plano, solo el estigma de la tragedia, ahora lo importante era saber en cuál de los planos nos desempeñamos cada quien.
 
  
 
 
 
Página 1 / 1
Foto del autor kalutavon
Textos Publicados: 224
Miembro desde: Jun 19, 2012
11 Comentarios 731 Lecturas Favorito 3 veces
Descripción

Un relato

Palabras Clave: nios muerte atentado

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (11)add comment
menos espacio | mas espacio
 1 2 > 

Pamela

Aunque mi opinión no es de experta ni mucho menos, a mi me parece un excelente relato de inicio a fin... sobre todo el final abierto que deja pensando por momentos y hace volar la imaginación.
Responder
November 08, 2020
 

kalutavon

En este sitio por desgracia no hay expertos en cuestiones literarias Pamela, ni genios ni magos que hagan magia con las letras. He dicho “por desgracia”, porque si los y las hubiera, el nivel de calidad en la página fuera meritorio para llamarla justificadamente “literaria”. En fin, es lo que hay. Respecto de los comentarios, si todos aportáramos en ello un poco de lo que conocemos en cuestiones de bien escribir, todos saldríamos ganando en conocimientos sobre el tema. Desafortunadamente se pierde la gran oportunidad de avanzar, porque prevalece la mala costumbre al comentar con el halago exagerado y pernicioso solo con el propósito de que nos lean y comenten en el mismo sentido o bien se comenta por “amiguismo”, dando lugar a que emerjan grupúsculos que están dañando al sitio. Si tan solo hubiera sinceridad en los comentarios, como en los tuyos, otra cosa distinta sería. Gracias por comentar y te saludo con agradecido afecto.
Responder
November 08, 2020

Elvia Gonzalez

Un relato que afortunadamente solo se tejió en la mente del soñador , terrible si hubiera sido real, evidentemente el protagonista vive muy estresado y esta experiencia sensorial le esta indicando que debe hacer un alto en su diario vivir o tendrá complicaciones mentales y físicas. Un relato intenso, mantiene el interés de principio a fin,, permitiendo que nuestras emociones se aceleren por momentos siguiendo las secuencias de la historia. felicitaciones, grato leerte.
Responder
November 07, 2020
 

kalutavon

Como siempre Elvia, tus comentarios son un valor agregado de cualquier texto, por ello me siento halado por este tuyo. Gracias por tu paso por estas letras. Afectuoso saludo.
Responder
November 07, 2020

Liaazhny

Intenso relato que lleva al lector a continuar leyendo, siento al personaje que relata demasiado estresado, que se queda dormido y sueña toda esa trama.
Siempre un placer leer y aprender de ti estimado amigo.Gracias por compartir.
Responder
November 06, 2020
 

kalutavon

Gracias estimada Elizabeth por leer y comentar, siempre me es grato recibir tu apreciable visita por este espacio.
Responder
November 06, 2020

kalutavon

En la cotidianidad, en el trato con la otredad encontramos monstruosidades estimada amiga. Y aunque ellas cambien de apariencia y aparenten cosas que no son, terminan por evidenciar la pobredumbre y podredumbre que hay en su alma. Al final todo es uno estimada Magnolia pues el bien y el mal aunque opuestos, pueden coexistir en este mundo. (Te envíe un mensaje) y por aca te mando mis afectuosos saludos.
Responder
November 03, 2020
 

Magnolia Stella Correa Martinez

Este personaje entendió que si la realidad que vivimos fuera la VERDAD, la vida no tendría sentido... por fortuna y aunque no lo entendamos, no conocemos la razón de ser de la cotidianidad.
Fantástico relato, Kalutavon. Saludos, amigo.
Responder
November 03, 2020
 

Raquel

Intuyo un viaje que comenzó cuando el protagonista de esta intensa y afligida historia ,se hacía realidad adentro de un profundo sueño, en el que él se "desplomó" debido al gran cansancio en largas, estructuradas horas que implica las acciones laborales.
El estrés es sumamente perjudicial para la salud corporal y mental (en el caso del protagonista de la historia de ese viaje en el metro)
En lo ocurrido allí en la psiquis de quien lo vive al estrés, "TODO FUE UNO" : terror, sangre, ulular de sirenas, llanto, peleas de niños, corridas, explosiones , fecha del atentado que aparecía en un diario y que era del día siguiente sangre y dentro de esa misma vorágine de situaciones, los protagonistas se dejan ver sonrientes, relucientes, enteros como una broma macabra del destino , también los niños que molestaban en el metro pasaban frente a él mientras el ulular de las sirenas de la policía se dejaban escuchar.
He escuchado en mi ámbito de trabajo el tema del estrés ..Es de sumo cuidado y hay que tenerlo en cuenta a la hora de tomarse un descanso y volver a las tareas, pero siempre serán con más cuidados por cuanto ya saben las consecuencias..
Dentro de la vida de cada persona, hay historias que se quedan allí.. Todos leemos día a día hechos fatídicos en cuanto a atentados, violencia de género, dificultades propias geo-política-económica-cultural dentro de una sociedad que tiene todos los condimentos de complicaciones ..Entonces ,cuando el cansancio vence ¡hay una alerta con luz roja y hay que frenar!!!
Tu relato muestra una gran realidad en vidas actuales...Cordiales saludos..Rq
Responder
November 02, 2020
 

kalutavon

Agradezco el comentario Raquel, me resulta interesante la interpretación que le das. La subjetividad de la lectura se presta para ello, el autor/a cree proponer un camino cuando escribe un texto, luego el lector desde su propia perspectiva bifurca otros senderos que le dan un valor agregado a lo que han leído. Correspondo el cordial saludo.
Responder
November 03, 2020

sine nomine

es maravilloso :3
Responder
November 02, 2020
 

kalutavon

Gracias por comentar.
Responder
November 03, 2020
 1 2 > 

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy