Mi propio hombreYa es tiempo de empuñar el coraje, mirar al miedo de frente y gritar. Desde dentro. Por ti y por mí. Por todos quienes han guardado silencio.Quizá no los voy a exhumar de sus pecados y tragedias, porque me rompo y armo por mí, por el amor que me merezco.De frente, contemplo el muro que retuvo un vasto caudal de sentimientos, de llanto. Y por qué me hice el fuerte cuando lo único que quería era explotar. Volar en pedazos. Aunque tal vez no era lo que quería, sino, más bien, lo que necesitaba.Y lo voy derrumbando, bloque por bloque, aunque me duelan las manos. Pero ahora siento que hay más manos que me acompañan. Porque no estoy solo. Ya me puedo desmoronar.De repente, el mar comienza a subir por mi garganta y se van deshilachando todos los nudos que me tenían ahogado. Las enredaderas fluyeron y, a borbotones por mis ojos, florecieron en alegría. Por los días que van a venir.Al fin el mar pudo lavar las heridas y mantener sana la cicatriz. Que ya estoy listo pa’ dejarme ir.Pude haber estado en ruinas, quebrado ante la crueldad del tiempo, pero el soplo de mi respiración impulsa con fuerza hacia futuros días. Y una sonrisa me colorea el rostro, y el resto de mis días.