SEGUNDA PARTE DE EDUARDO
Publicado en Jun 09, 2020
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SEGUNDA PARTE DE EDUARDO
Han pasado meses, en pandemia, todo va cambiando. Permanecer en un apartamento encerrados es cosa de paciencia, de inventar formas de distracción. Aquí todo permanece en orden, los closets con ropa quieta, los cajones ordenados, los joyeros con joyas. Sólo uso tres vestidos y Eduardo dos pijamas. La mesita cerca de la puerta, antes permanecía adornada de porcelanas, nadie la podía desordenar, ya no, está llena de llaves, recibos, dinero, guantes. A la entrada los zapatos de salir, una mesa auxiliar para recibir domicilios, alcohol, desinfectantes, esponja enjabonada para limpiar el mercado.
Eduardo pregunta que porqué me corto el pelo, se preocupa de que quede mal, pues no, me tinturo, me peino y me corto yo misma el pelo. ¡Increíble! Madrecita, te veo mejor que cuando un estilista te arregla y ahora, “mejor”, viendo que haces ejercicio que antes no hacías. En tanto que tú, hijo, sólo te cambias de pijama cada dos días, andas en chanclas, escuchas música que a mí no me gusta. Recibes los domicilios y sales a ciertas diligencias, hablas mucho con tus amigos por celular, gracias a tu teletrabajo has ganado buen dinero.
Me gusta ver noticias en televisión, conocer presentadores de otros países, no me pierdo de las excelentes entrevistas de MARCELO LONGOBARDI, veo diferentes actitudes de países, conciertos musicales, “El siguiente programa en cuarentena de Colombia”, veo programas de otros países. Me preocupa la desobediencia de la gente, me gusta que la alcaldesa Claudia se preocupe por la salud. Ya me estoy aburriendo de tener que cocinar. Paso buen tiempo mirando el celular, tejiendo, escuchando la radio y ver por la ventana carros y gente, como si no se guardara rigor en la cuarentena.
Eduardo me mira y escribe: “El abandono que sufrió mi madre, la importancia de las abuelas y sus enfermedades”, respira profundo, no mueve sus ojos, ¿qué pensará? Cinco minutos así y me vuelve a mirar fijamente y escribe: “Hambre y soledad, ayuda y desgracia, abuso, violación y amenazas vividas en silencio”. No para de escribir ni de detenerse en momentos a pensar y dice: El camino recorrido en la vida de mi madre será la búsqueda de soluciones, puesto que tus sucesos son recurrentes en muchos casos y las soluciones aplican para el común de la gente, pero… no, ya no es hora de pensar solo en mi madre, esta pandemia es problema de todo el planeta tierra, con graves efectos dolorosos. Hay que pensar en soluciones.
 Mi madre me invita a descansar a que mire en tv. gente con hambre pidiendo ayuda, otros van sufriendo en las calles sin tener donde vivir, sufriendo la enfermedad del virus, sin comida, sin medicamentos, sin ayudas, sin amor, agonizando y muriendo en algunos lugares donde los pobres son los más sufridos, los ricos están cómodos, unos ayudando con sus dineros, otros criticando, otros deseando que dejen morir a los ancianos, para dejar de pagar pensiones, otros deseando que termine pronto la pandemia para seguir gozando. Los desempleados no pueden alimentar sus familias, unos quedan en la miseria, otros buscan la forma de trabajar en lo que sea y superar sus estados económicos
 Cumplir con los protocolos es amar la vida, amar a nuestros semejantes.
Los artistas quieren distraernos para tranquilizar, para cambiar la tristeza por alegría. Algunos presentan conciertos por Internet que se cobran para reunir dineros y comprar mercados a repartir. Muy bien, pero, vuelve el hambre, sólo las ayudas en dinero mensual sirven más, pero es imposible, no alcanza para todo el mundo, luego la desesperación del hambre sigue igual que la enfermedad. -Son pensamientos de Eduardo que comenta con Pepita.
Mientras Eduardo sigue escribiendo y pensando, me canso de preguntar a mi hijo algunas de mis inquietudes, pero Eduardo nada me responde.
-¿La infección de la enfermedad virus está en todo el cuerpo?
-¿Las manos también estarán infectadas?
-¿Causa duda que la enfermedad virus sea producto de un error de laboratorio, en la China, sin mala intención?
-¿La enfermedad continuará por tiempo indefinido?
El virus ataca ¿por descuidos o por bajas defensas?
Tú que tanto hablas de que el virus es una molécula o partícula que no se ve ni en un microscopio, sólo en microscopio electrónico, dices que mucha gente se equivoca diciendo que el virus es vivo y que con jabón muere, pero, según tu investigación el virus no es vivo por lo tanto no muere, sólo deja de ser activo. ¿Cómo es?
-Es verdad que no hay nada mejor que el jabón, que sea capaz de desactivar al virus?
Eduardo, ¿por qué no me respondes? Te noto muy pensativo, además pasas mucho tiempo hablando por teléfono, como escondido, como queriendo que yo no escuche. Regálame diez minutos para saber qué es lo que te pasa ¿No me oyes? Sin secretos responde hijo.
La verdad madrecita el estudio avanzado ha cambiado mis convicciones y no van con tus creencias, ni con lo que proyectas. No sabía cómo decirte que mis sueños de niño y los tuyos de que fuera presidente se han desvanecido, lo único que permanece en mi es lo que sufriste y mi deseo de conocer al desgraciado que te violó para denunciarlo, que no quede impune esa maldad. De acuerdo, ese individuo merece prisión, pero no sé dónde vive, no recuerdo direcciones, no se sabe si aún vive.
Hijo hoy quiero que nos digamos la verdad. Yo creía que serías feliz como presidente, pero me daba miedo, por aquello de que “el poder corrompe”, pero te apoyaba, creyendo que era tu felicidad. Entonces ¿qué quieres ser? Bueno madrecita me gusta ser investigador, científico.
¿Qué es lo tuyo que no va con mis creencias?  Te lo digo si no sufres, DIME…No creo en Dios, creo que el hombre creó a Dios. ¡Qué bárbaro escucharte decir eso! Existe un ser supremo que es Dios. La creación explica día a día lo que Dios hizo, los milagros. Dios es todo, es luz, es esperanza, es ilusión, es solución, debemos cumplir los mandamientos de la ley de Dios las obras de misericordia, todos los días hay que orar y rezar el rosario. La biblia hay que leerla, pues madrecita para mí la biblia es ficción. ¿Cómo así hijo? La biblia es la palabra de Dios. No te debería gustar la biblia, porque habla muy mal de la mujer, aunque claro que es interesante leer diferentes biblias, tienen diferencias, pero es interesante, recordarás que en una época era prohibido leerla. Sí, pero hoy día todos debemos leerla, algún día la leeré. Hijo, ¿eres ateo?  la gente que habla contigo por teléfono también es atea? Sí, madre, todos son pensantes, correctos y buenas personas. ¡Ay! pero se van a condenar por no creer en Dios y no quiero ser como tú, estás equivocado, ¿por qué no crees en la biblia? Porque nada es verdad, dame un ejemplo, te diré uno muy elemental o mejor te hago una pregunta, si Dios creó a Adán y a Eva y tuvieron dos hijos Caín y Abel. Caín mató a Abel, luego Caín fue desterrado del paraíso se aisló, se casó y tuvo muchos hijos ¿con cuál mujer se casó si la única era Eva? Te responderé después de que yo lea la biblia, tal vez tú no entiendes la biblia. Jajaja. Está bien madrecita, respetaré tus creencias, no tocaré ese tema y sigue tú con lo que quieras creer. Sí, me tienes que respetar y permaneceré orando para que te conviertas en católico y que de nada te sirva haber leído seis biblias, que Dios te perdone. Madrecita, también debes respetar mis creencias.
Madrecita, déjame ver en tv. Las explicaciones de astronomía que tanto te disgusta que yo vea y yo no criticaré los programas ni la música que a ti te guste. Quiero que entiendas que no has perdido un hijo, por el contrario, procuraré ser el mejor hijo y ciudadano. Y que te sientas orgullosa de mi. ¡Cómo crees que me sienta orgullosa de tener un hijo ateo! Madrecita, olvida mis creencias y observa mis comportamientos honestos y correctos en todo y con todos.
Qué tristeza, un hijo ateo, no puedo dormir, qué desilusión, es como si fuese otra persona mas no mi hijo. Pasan horas y horas, empieza a amanecer sin dormir ni un minuto. Me sorprende Eduardo, hizo el desayuno, lo trae en una bandeja de plata, me saluda cariñosamente, le pido que deje el desayuno en la mesita de noche, no doy gracias, siento que es un desayuno endemoniado, me levanto hago un café para mí y le digo al hijo que, no quiero, que se tome el desayuno.
Madrecita, te suplico que no seas fanática, no cambies el amor a tu hijo que tanto te quiere, sólo por no ser católico. Si nos vamos a respetar mutuamente, no habrá problema.
Por favor, déjame sola en mi habitación.
Lamento haber confesado mi verdad a mi madre, creí, que como siempre fui apoyado por ella, esta vez también me apoyaría. Día a día las relaciones de madre e hijo desmejoran. No sé que más hacer para que mi madre cambie. Cocino, arreglo el apartamento, soy cariñoso busco que se distraiga con juegos de mesa, aunque se agote mi trabajo diario.
Anoche le serví whisky, puse música del gusto de ella…bueno, ella no tardó en pararse a bailar, pedía más licor, quierooo más chicha-ron, quierooo mmmás coca-cola,, quiero más calle-tas, quierooo pan-de-yuca, querooo nada, me fastidia tu sabi-du-ría, ya no te quiero sii, nooo. Madrecita no bebas más, estás entonadita, nooo borracha, adiós, lárgate, eres un demonio, hice un buen hijo, pero se volvió demonio. Vomitó y luego se acostó quejándose.
No sé qué hacer, mi madre me odia, yo la amo con todo mi corazón, pensaré lo que debo hacer.
Al día siguiente mi madre en sano juicio me dice que le fastidia todo lo que hago, que me largue…eso duele mucho. Pienso que lo mejor es irme a donde algún amigo, creo que cuando esté ausente mi madre cambiará, se arrepentirá de haberme sacado del apartamento. Permaneceré un buen tiempo ausente, porque si regreso pronto me vuelve a odiar, será mejor esperar que ella se desespere sin mí. Cuando vuelva habrá valorado mis comportamientos y me sentirá ese cariño de madre que es eterno, creo que lo de ella es temporal, cuando esté sola debe sentirse sin ayuda, sin quien haga diligencias, sin que la consienta, ya superado este episodio y que también se supere el problema de la pandemia, volveremos a ser felices.  
No me queda más remedio que llamar a mi amigo Clímaco. Aló, hola amigo ¿cómo vas?, sí esta pandemia es un problema. ¿Recuerdas lo que te conté del disgusto de mi madre? Si, imagínate que no me quiere ver, insiste en que la deje sola, entonces como tú me ofreciste una posada, puedo ayudar con dinero en lo que se ofrezca, Gracias hermano, ¿me invita a que vaya a su casa y me quede el tiempo que quiera?, ¿ya mismo?, listo, gracias, mañana te llego, -ya, de una-, no te preocupes por la hora, te espero.
Salgo del apartamento a oscuras, mientras duerme mi madre. Son las once de la noche, no se ve ni un alma en la calle, sigo a la casa del amigo, todo está oscuro no abren la puerta de la casa, llamo al amigo desde el celular, pero está apagado, no hay celadores ni policías, veo que viene un auto, alguien baja del auto, un hombre fornido, con careta y sombrero, ilumina con una linterna, me pregunta que qué hago a esta hora en la calle, me dice que suba al auto, le digo que no, estoy esperando que abran la puerta de la casa, siento miedo, me obliga a que suba al carro…
Al día siguiente Clímaco llama a Eduardo, extraña que no responda, no sabe la dirección del apartamento de Pepita, lo llama varias veces, no contesta.
Esa noche, la madre del Clímaco vio desde la ventana de su habitación el auto, al hombre que bajó del auto, vio que alumbraba con una linterna, hablaban, luego subieron al auto y se marcharon, pero eso le contó a Clímaco, hasta el día siguiente, lo cual causó disgusto al hijo. Madre, ha debido decirme inmediatamente, se trata de mi amigo Eduardo, quedó de venir hoy, a… pero le dije que viniera ya, talvez me hizo caso y vino anoche, pensé que era tarde, no le insistí que viniera, él tenía razón, era mejor que viniera hoy por la mañana yo me acosté, apagué mi celular y a dormir, creyendo que vendría hoy, lo llamo, no responde.
Pepita, cree que Eduardo salió a pagar servicios, pero ha pasado todo el día sin que regrese ya empieza a preocuparse.   
Continuará…
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Foto del autor Lucy Reyes
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Descripción

Circunstancias ocurridas dentro de la cuarentena, entre Pepita y Eduardo.

Palabras Clave: madrecita Dios calle autos pandemia.

Categoría: Cuentos & Historias

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Comentarios (4)add comment
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Mara Vallejo D.-

Sin duda amiga Lucy, describes bien tus historias y mantienes al lector en alerta, esperarè su continuaciòn y lo que hasta ahora he leìdo, me parece bien.
Abrazos
Marìa
Responder
June 12, 2020
 

Lucy Reyes

Gracias María, me alegra tu comentario y me impulsas a seguir con la tercera parte de Eduardo.
Cordial abrazo querida amiga
Lucy
Responder
June 12, 2020

Enrique Gonzlez Matas

Una historia intrigante en su final... Ya veremos que ocurre.
Lo anterior es una diatriba de ideas y opiniones que, desde mi punto de vista, no justifica que Eduardo sea expulsado de su casa: hay que ser más tolerante con la libertad de pensamiento.
Como siempre te digo, amiga Lucy, tus escritos rebosan realismo, y están muy bien trabados.
Enhorabuena con mi abrazo reiterado.
Responder
June 09, 2020
 

Lucy Reyes

Muy agradecida Enrique por tu comentario, tienes razón, es una historia basada en justicias e injusticias. Mi temor al escribir novelas es integrar conflictos fuertes, pero despiertan interés.en la historia.. Ya verás en próximos capítulos lo bueno lo malo y lo feo.
Cordial abrazo querido y admirado amigo virtual.
Lucy.
Responder
June 10, 2020

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