Marzo 09 de 2020
 
Entre mis hechos cotidianos se presentaba la oportunidad se salir hacia los cerros, pedido que acepté sin mucho entusiasmo..Tenía la necesidad de sentarme a escribir algo, paro no sabía qué era todavía porque , el tema es que debo sentir internamente lo que cuento y por lo consiguiente mi mente y mis sentimientos  pareciera estaban de vacaciones todavía!!.
Sin deseos pero cumpliendo con el pedido familiar, emprendí el viaje mirando para un lado y para  el otro . El paisaje era el acostumbrado en la ciudad: casas, edificios, ruta, etc.Al cabo de  una hora de viaje comencé a notar el camino serpenteado y cada vez más estrecho, y de pronto ya estaba subiendo a los cerros.
Desde la distancia observaba el caudal de riquezas naturales que estaba frente a mis ojos. Un conjunto de árboles se veían como un espeso y alto monte hasta que de repente, aquella casita que apenas se mostraba como una pintita pequeña, como una ventanita blanca, ya estaba de gran tamaño frente a mis ojos..¡y más arriba todavía, al levantar la mirada había árboles y más árboles escalonados, pero nuevamente muy de repente  ya me encontarba junto a mi hermano y sobrino en medio de esos caminos serpenteados en forma de espiral . 
Cada momento de ascenso permitía observar lo que abajo quedaba y todo cuanto arriba había entre espesa vegetación de verde brillante  y flores autóctonas del lugar nunca vistas en el llano. Y era más la sensación que yo tenía de que, el solo hecho de estirar mis manos podría atrapar un pedacito de cerro...Y también que a medida que me encontraba más arriba, sentía que a lo mejor lo encontraba a Dios.
Al descender en el lugar, más alto que el Dique El cadillal ,se podía ver las construcciones de  cabañas muy bonitas :una arriba, otra más allá, otras má arriba de las cuales solo se escuchaban voces que el viento traía hacia mí. Esas cabañas se están construyendo en terrenos que compran quienes tienen la posibilidad de hacerlo, ¿porqué tantas compras de terrenos y cabañas empezándose a construir..?,PORQUE MÁS ARRIBA EN UN CLARO IMPORTANTE ENTRE CERROS SE ESTÁ CONSTRUYENDO UN ESTADIO ÚNICO Y MUNDIAL PARA DEPORTES y la gente quiere tener el privilegio de estar lo más cerca posible para alquilarlas o tal vez solo para habitarlas.
Al llegar a una de esas cabañas a tomar unos mates y recorrer el lugar, comencé a percibir algo que me llevó inmediatamente a mi feliz vida de infancia y me quedé allí, extaciada, porque percibía el aroma de pasto seco que estaban quemando precisamente al limpiar un terreno, desmalezándolo para comenzar cimientos y esas cosas que necesitan para poder construir ..Y era ese mismo olor a pasto quemado el autor de mis recuerdos a los que viví en mi memoria y los  que nunca dejé partir porque me hacen felices, porque me devuelven el deseo de revivirlos, porque formaban parte de mi mundo, de ese mundo de pobre pero feliz infancia al ver a mi madre barriendo el gran fondo de casa, acomodando las plantas de hortaliza, regando las plantas del jardín y quemando todas las veces ese pasto que siempre crecía y era ella la que lo arrancaba y ya seco  lo acomodaba con la escoba a eso de las cinco de la tarde y lo quemaba con sumo cuidado de que no quede nada prendido en esa calle de tierra en mi pueblo natal.
Al percibir esa aroma supe que tenía que contarle algo a mi vida presente porque de alguna manera , este presente me permitió saber que , aun en las alturas hay un poco de lo que mí me hace feliz: la AÑORANZA de  haber visto a mi madre construír en el pasado el más preciado recuerdo en el que  ella estuvo , allá en los cerros, junto a mí...
                                            Raquel Zurita.