a veces es mejor probar con cosas que no me agradan, 
probar sabores que me disgustan, 
conversar con personas que no me caen; solo porque
uno busca salir de alguna rutina pasada de moda...
pero a mi, a mi lo que me gusta es escuchar conversacion ajenas,
autenticas novelas postmodernas con temas viejos y gastados,
reproches de ajenos a sus conocidos,
me encanta ser el espectador, mas no de un televisor,
ni delante de la hoja amarillenta con olor a mis dedos, sino mas bien, 
a lado de la hilarante comedia que en ese momento se trabaja, siendo yo quien se rie 
o se sorprende,
siendo yo, quien transcribe ese lenguaje coloquial lleno de amores ortograficos, 
para este cerebro ecologico sumamente reciclador,
un cesto vacio donde todo cabe solo porque no se con que mas llenar.
a mi me gusta una de esas vulgaridades con muy poca afinidad al bienestar social,
y no sé, si darme ese gusto sean tan dañino como dicen,
no lo sé, pero esta noche, escuchar a las dos mujeres, clase media por su apariencia, 
contando su aterradora  fiesta cumpleañera en el quirofano, 
reventando intestinos (literal) como globos, es un morbo exquisito; 
asi como esta hamburguesa grasosa, doble queso y sin verduras (a menos que 
el ajo en polvo cuente como una). 
 
en fin; escuchar conversaciones ajenas me encanta, o como yo le digo, 
cine independiente para cuentas premium, lo malo es que, alli, si son inevitables los comerciales.  
  
 
 
                                                       fild