Amor, ¿alguna vez te conté sobre el cuento del hombre mitad de corazón?Había una vez, un hombrecito que vagaba iracundo por el borde del mundo. Quizá no sabía a ciencia cierta del motivo de su ira, pero cuando ésta lo poseía, sus grandes ojos se hinchaban de dolor y no hacía más que gritar y maldecir a la profundidad del cielo. Hasta que un día, se encontró con una pequeña nubecita que simpatizó con ese pequeño diablillo y le pidió ayuda para cruzar al otro lado del río. Y como el hombre mitad de corazón sabía sobre cada rincón de ese universo, como las venas de su cuerpo, casi, pero casi la ayudó.Te preguntarás qué detuvo al hombrecito y, es que de muy pocas pulgas su vida se encontraba, pero mirando a la nubecita, ésta le recordó un dulce anhelo que le rompió la mitad de su corazón. Así que, sin más preámbulo, decidió ayudarla.El cauce del río soplaba con violencia y parecía que no llegarían del otro lado, así que la nubecita se agarró del hombro del iracundo, porque su vida dependía de aquello. Sin embargo, una vez del otro lado, la nubecita le concedió un deseo, y sin que el hombrecito lo pidiera, su corazón se encontraba completo otra vez.Sé que estás impaciente por conocer el final de esta historia y su moraleja, pero, solo por esta noche, colorín colorado, este cuento se ha terminado.Ojalá que mi arrullo abrigue tus sueños, donde quiera que estés. (Continuará...)