19 de enero, 2019 (Final)25 Fueron los minutos que estuviste fuera de casa. Golpeaste con tanta fuerza la puerta que pensé se vendría abajo. Sentí cómo tus manos resoplaron, embistieron con total agresividad contra mi hogar, y aunque estaba del otro lado de la puerta, los golpes se sintieron igual.Todo se encontraba silencioso aquella noche. Entre las sombras, decidí verte a través de las cortinas y ahí yacías varado, sin ninguna pizca de resignación.Aunque querías solo un cruce de palabras, una excusa para mantener nuestro castillo a flote, ya todo se encontraba en ruinas.De pronto, mientras los resoplidos se volvían más intensos, miles de recuerdos invadieron mi mente; todos esos besos que me robaste, las veces que puse mi cabeza sobre tu hombro y pude descansar en paz. Y me encantaba como mi cuerpo calzaba tan bien con el tuyo. Solo la idea de poner nuevamente mi rostro sobre tu pecho y escuchar tus latidos me haría abrir la puerta, y justo frente a ti, perdiéndome en lo profundo de tu mirada turquesa, me sentí indefenso.Ya no tengo armadura. Me siento frágil como la vida misma. Me abro nuevamente ante el toque corrosivo de tus manos, esas caricias que me hacen sentir vulnerable, me hacen caer. Y caí, pero con ambos pies sobre la tierra.25 fueron los minutos que estuviste fuera de casa y gritando mi nombre. Con el pasar de cada uno de esos minutos, quise salir corriendo a tus brazos. No pude contener las lágrimas que me ahogaban por completo. Y no solamente se me quebró el corazón, también se me incendió el alma. Porque, con tu partida se me fueron todos los miedos y finalmente floreció la esperanza.