26 de diciembre, 2018Pasar el rato contigo es sentir el tiempo partirse en dos. Se siente tan distante el bullicio, el mundo que alguna vez compartimos con el resto. Y ahora creamos uno nuevo con cada caricia magnética y furtiva.Me encantas en la mañana, cuando me costó un montón quedarme dormido, pero, al abrir los ojos, parece todo más brillante. Las sábanas tratan de amarrarme y mantenerme cobijado. Sé que un nuevo día ha comenzado, porque, cuando abro los ojos y veo uno de tus mensajes, el mundo se enciende y siento que todo florece dentro de mí.Quizá el mejor de los momentos se da en la sombra del atardecer. El color rojizo aterciopelado se desparrama sobre el cielo y va dando vida a nuestro encuentro. Y es sorprendente, pero, con cada metro que avanzas hacia mí, las manos me tiemblan y sonrío como estúpido. Finalmente, nuestros cuerpos se reúnen en un abrazo y cada partecita de mí se junta nuevamente.Las caminatas parecen cortitas y es que no quiero pasar ni un solo segundillo lejos de tu órbita.Y cuando llega la noche, escucho tu voz del otro lado del teléfono, y puede parecer agridulce, pero me pone contento el ratito que nuestro infinito nos permitió disfrutar. Porque, me siento afortunado con este destino, aunque elegiste estar a mi lado. Estoy agradecido de este destino que es tuyo y mío, pero, qué nos depara el futuro.