Juguemos a algo,

tú harás como que yo no sé
y yo haré como que tú no sabes.

Juguemos 
a mirarnos a los ojos
y ver quien baja primero
la guardia de estos deseos.

Juguemos,
a desafiar
a cuanta distancia de las bocas
perderemos la resistencia del beso.

Juguemos,
quién dará ese roce perfecto

/In fortuito/ 
si has de llamarla así, 
a esta quimera,

que erice la piel del otro
y gane por hoy la apuesta.

Juguemos,
a que no me doy cuenta
que te mueres por mi cuerpo,
que me desnudas cada noche
y en cada noche te vuelves mi dueño,
que te inventas mil historias
y en cada historia amanezco en tu pecho. 

Juguemos, 
a que disimulas que no entiendes
la insistencia del encuentro,
esos abrazos /de nada ingenuos que te doy/
de amigos perfectos,
esos mensajes inesperados de medianoche,
ese botón de mas que he desprendido,
la forma que me maquillo,
el perfuma que te gusta,
el tono de mi voz 
cuando me acerco a tu oído,
juguemos.

Juguemos, 
a que no me doy cuenta
que te mueres por mi cuerpo,

a que disimulas que no entiendes
la insistencia del encuentro,
que tu me deseas, 
y que yo te deseo,
y desafiar a cuanta distancia las bocas
perderán la resistencia del beso.