La gran familia ( retoques y continuacin )
Publicado en Sep 25, 2018
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1 “De mi pueblo son las cerezas”, dicen. Y también las miradas como lanzas. Mi pueblo no tiene un aspecto diferente al mundo, pero la asfixia es mayor, casi material. Enclavado entre un río caudaloso y su afluente, destaca su campanario sobre el resto de abominables construcciones 
Aquel verano, como todos los demás, jugábamos a no vernos en un embrollo de calles, que subían y bajaban, que huían despavoridas. ¿ A dónde iban con esa premura si allí, arriba o abajo, nada esperaba? Quizá una ráfaga de viento encabritado, o el calor aplastante de aquel verano, apostado hasta en la sombra. Nada más. 
En ocasiones me escuchaba y me compadecía de esas cuestas susurradas por viejos de los de bastón y sus chismes incombustibles, también por sus rencillas vestidas de fanfarroneo.  Los niños, empujados por sus abuelos, y éstos por los retorcidos propósitos de sus hijos, salían como un rayo a casa de la "Patro" o del "Peje" para anunciar al forastero. En mi pueblo, si no vives durante las cuatro estaciones del año, eres "forastero". "Forastero" significa un estatus diferente, ni bueno ni malo, simplemente otro estado de cosas y personas.    

2
Existe todavía en lo alto de mi pueblo una iglesia de ladrillo marrón, sin espadaña, pero de grandes tañidos . La casa de la familia se sitúa a dos palmos del templo, a su cobijo. " Tolón, tolón" , así, formando una tediosa onomatopeya, algunos nos desvelábamos de noche, a cada hora.  Hasta hace poco ese sonido hubiera sido nostalgia, amor, familia, cariño... ahora me taladra la sien.
La sacristía tiene una entrada exterior, como queriendo no ser vista, pero yo la veía muy bien. La relación de mi abuelo con el cura también la veía yo bien, sin extrañeza, aunque escondido. Mi abuelo siempre tuvo buen trato con la iglesia y todo lo concerniente a la institución, sin embargo decía que “la calderilla p´al cura". Una calderilla que traducida en monedas de cobre ganadas al parchís. Esa forma despectiva de referirse al párroco y sus acólitos entroncaba con las ganas de llevar la contraria al más pintado, incluso los que pensaban como él y tenían idénticas creencias.  Mi abuela lo reprendía a veces, las menos, cuando soltaba perlas contumaces. " Tú qué sabrás, si en la radio no paran de decir que es bueno", refiriéndose a un venerado delantero centro que tenía la selección española de fútbol. Para mi abuelo era un "mierda seca", solo en palabras, claro, mientras éstas sirvieran para promover desasosiego.  Y ella de mirada torva y él sonriendo, por fuera y por dentro. 
3 El 23 de agosto me llamó mi prima. Noté su voz alicaída, cansada. - ¿ Te pasa algo?, dije cortando sus últimas palabras. Ella se mantuvo en silencio durante unos segundos. - No , no. Todo bien... hemos quedado en el cruce todos los primos. ¿ A qué hora llegarás?- Todavía no lo sé, depende de Charo . Viene desde Madrid en tren - Vale, llámame cuando llegues y voy a buscarte.- Un beso, Belén. Mi prima nunca ha sido especialmente risueña, pero sí alegre y distendida, por lo menos para nuestras conversaciones y también, creo, para lo cotidiano.  La quiero, aunque creo que no se lo diré jamás. 
4Dieron las 5 en la estación. Las traviesas vibraron y la suspensión chirrió implorando una revisión temprana. Ahí estaba.Cuando Charo pisó el último peldaño el andén se había vaciado de abrazos, sonrisas y ojos crisolados.
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Familia

Palabras Clave: Familia

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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Elvia Gonzalez

un texto cálido, describiendo las vivencias de una familia con sus costumbres y taras que hacen al cotidiano vivir, me gusta cada tanto visitar el pueblo de antaño ese que visitaba en mi niñez pero al mismo tiempo lo miro como anclado en el tiempo y por otro lado amo la simpleza de su gente, no tienen ese doblez de las grandes ciudades, muy buenas letras, felicitaciones
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September 28, 2018
 

javier castillo esteban

Gracias Elvia por tu aportación. En verdad opino como tú respecto a esa doblez, ese filo bicéfalo que supone la alienación consecuencia de la urbe. También es verdad que los pueblos esconden duras batallas para quien poco lo visita, queda esa sensación de anquilosamiento en el aire
Abrazo
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October 01, 2018

Mara Vallejo D.-

Relato con sabor a compartir . . .La familia es eso amigo mío, vivir cada segundo con los vaivenes que ella nos regala y solo así tendremos mucho para llenar nuestras alforjas con recuerdos, para cuando las vivencias sean historia . . .
Me ha encantao !!
Abrazos

María
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September 25, 2018
 

javier castillo esteban

Me alegro María que te haya gustado. Vivira para y muchas veces a través de esa familia, con sus huellas indelebles y con el pasado como " río que fluye hasta el presente". Un torrente de recuerdos que inspiran literarura
Abrazo para tí
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October 01, 2018

Raquel

Hola Javier Soy Raquel....Me fascinó como describes a ese pueblo...Las calles, que suben, que bajan, que no se sabe que quieren encontrar, que tal vez una sombra;calor infernal, río caudaloso y una Iglesia con su campanario, y por supuesto el cura párroco.
El tolón...tolón de la campana típico del llamado a misa. Un vez te dije que me recordaba a mi pueblo, donde también había un río caudaloso, que acarreaba grandes problemas cuando había tormentas con fuertes lluvias y se inundaba casi todo porque acarreaba muchas y furiosas aguas. hoy visito a mis tíos y primos de ese mi ex pueblo de niñez.¡Créeme Javier , mis expectativas son las mismas que las tuyas: El tolón de las campanas ya no es el mismo para mi....ahora es fuerte ruido que me hace mirarlas sin nostalgias.¡Ah...! A las primas hay que decirles que las quieres...que están bonitas..¡Mis primos lo hacen conmigo! Besos
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September 25, 2018
 

javier castillo esteban

Gracias Raquel. Esa familia a la que muchas veces, merced a nuestros miedos, no tenemos el valor de arribarlas con el mismo ánimo.
Tu pueblo, o el mío, son uno. Viajan a través de los años como lo hace el adobe destartalado de esas construcciones.
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October 01, 2018

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