ltima noche
Publicado en Feb 06, 2018
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Silenciosamente, lloré por ti. Jamás me escuchaste, jamás lograste verme. Fue una ardua tarea, pero logré esconderme. Y una vez más, una maldita última vez, lo haré. Sin esperar algo a cambio, sin esperar tu recuerdo, ni mi esfuerzo, ni las palabras sordas por el ruido del viento. Una maldita última vez, lloraré por ti.
 
Qué se me permita sufrir, por lo que Dios más quiere, por lo que yo más quise, una última noche de desvelo. Qué se me permita dudar, y odiar, todo lo sentido y creído. Todo lo mostrado, todo lo oculto. Qué se me permita morir, una vez más.
 
Cada día es uno nuevo, pero en estas últimas horas de un melancólico verano, la noche muere conmigo, y las nubes que cubren las estrellas me enseñan por fin… Me desgarran los sentires y decires y pasados modernos enfriados en paños de enfermo. Sí, mañana será otro día. Pero éste… éste es el último. Y con él, yo me pierdo.
 
¡Qué se me permita caer, por Dios!, una vez más, sólo una vez… Que todo aquello con lo que no cargué, me cayó encima y desprevenidamente, perdido en los rincones de un corazón roto y enfermo. Lujurioso. Infantil. Mentiroso…
 
La mañana me espera con tanto que no puedo evitar retrasarla. El deber del no-sentir, el riesgo de mirar atrás. La trágica enseñanza con la que, nuevamente, me golpea sin piedad. Y aún sé, y siempre supe, que nunca ha de tenerla. No la entrego, no la espero. Lamento creer, aún, que la necesito…
 
Qué se me permita odiar, por una vez… Qué se me permita quemar todo cuanto hice para evitar aquel incendio. Todo aquello que, lenta y rigurosamente fue rompiendo mis entrañas, qué se me permita hoy permitirles hacerlo. Qué se lleven consigo todo lo que puedan. Todo. Qué no quede nada que no se pueda robar, quitar, romper, destruir, aplastar… Qué quede sólo todo lo que soy, que siempre fui, y que jamás debí dejar de ser.
 
La vida siempre es justa en su injusticia, he de saber. He de aprehender. He de dejar la misericordia ante mis flagelos, que son sólo el cincel que moldea la piedra. Que la escultura aún descansa en lo profundo. Pero… ¿qué tan profundo?
 
Qué se me permita gritarle en la cara a Dios que es una puta del tiempo y el olvido. Qué no haya oído al que no llegue el gemido furioso de una bestia marchita. Qué con mi sangre derramada se derrita también cada parte de tu tacto. Qué no vuelva a crecer en mi tan asqueroso y prostituto sentimiento.
 
El dolor se esconde cuando le conviene, es por ello imperativo perseguirlo. Y crucificarse con él al encontrarlo, y descender a todos los infiernos que el recuerdo pueda crear. Morir, para nacer. Nacer, para matar. Matar, para no morir…
 
Qué el corazón que palpita en mi boca se exprima hasta desaparecer, tragando mi garganta y dejando mis gritos mudos de tanta palabra que alguna vez hubo allí. Qué mi cabeza se expanda hasta llegar al último de los gemidos. Y que toda historia envuelta en mis oídos, caiga putrefacta, como el aborto que siempre fue.
 
Qué nunca sepas cuánto se hizo para salvar esa vida que tan poco quisiste. Y que al enterarte de todas formas, lo que pase frente a tus ojos no destruya tu pantalla, que tanto esfuerzo nos costó fabricar. Y que, al ser destruida, logres por fin encontrarte en ese miserable océano que, alguna vez, llamaste “amor”.
 
La muerte de la noche se llevará tu recuerdo. Se llevará mi vida también, como si la quisiera. La mañana es nueva y aquel sol iluminará mi frente sin vacilar. Mi frente, y la estrella en ella. Esa que buscaste infructuosamente entre mis sábanas. Esa que ahora buscas en otras…
 
Qué sea así, aquí, nuestra última noche. Pues yo y todos los que vinieron y los que vendrán, te juramos que jamás mereciste algo más que una melancólica noche de verano.
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Foto del autor Carlo Biondi
Textos Publicados: 81
Miembro desde: Oct 29, 2008
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Descripción

Palabras Clave: ltima noche

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Carlo Biondi

Derechos de Autor: Carlo Biondi


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Mara Vallejo D.-

Una historia amigo Carlos, contada con la fuerza que imprime el sentimiento.
Me ha gustao la forma como la guiaste!!!
Abrazos
María
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February 06, 2018
 

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