UNA PREGUNTA AL PARTIDO ALEMN AFD
Publicado en Oct 09, 2017
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“Yo sé que Alemania es para los Alemanes. ¿Pero, qué hago yo, extranjero, si mi mujer alemana y mi hija no quieren vivir en mi país? ¿Tengo que abandonar su país, porque yo no quiero perder
Mi nacionalidad?.
 
Esta fue la sencilla pregunta que les hice a los partidarios y miembros de ese partido que utilizó la misma estrategia anti-migratoria de Trump para ganar votos en Alemania. Para sorpresa de ellos mismos y los alemanes, esta estrategia funcionó, que en solamente cuatro años de haberse formado el partido, ya es la tercera fuerza política de Alemania. Por eso, con una preocupación que ni mi hija, ni mi esposa ven, hice esa pregunta. No por mí –finalmente yo puedo vivir solo cerca del mar en México como mi padre porque mi mamá no lo quiso acompañar-, sino por mis niestos que, deseguro, no se verán muy alemanes.

Dos segundos después de haber subido este texto recibí la primera respuesta con chantaje familiar: “Si usted prefiere más su nacionalidad a su familia, es muy seguro que usted tendrá que abandonar nuestro país”. Naturalmente, yo también diplomáticamente: “Entonces entiendo que debo optar por la nacionalidad alemana para quedarme en su país, aunque me sienta mexicano con una familia alemana. Esperé la respuesta.

Un segundo después recibí la respuesta. Pero de otro miembro: “Si usted es un patriota como nosotros. Sí tendrá que abandonar nuestro país”. !Pucha!, con esa respuesta, me sentí solitario y sin ninguna defensa en ese foro. Me estaban dando duro como lo sospechaba mi mujer. Además, para no sentirme más extranjero, mis respuestas, por supuesto, tardan más, pues para sentirme más integrado a esa sociedad, trataba de responder con las menos posibles faltas de ortografía. Sobre todo con el final de las declinaciones y las correctas preposiciones las cuales son mis problemas.
Tres segundos después, por suerte, salió mi defensa que decía: “No se crea lo que le están diciendo estas personas. Primero que nada, le tengo que decir que usted es el primer extranjero que no quiere ser alemán para aprovechar, los supuestos, beneficios que trae el pasaporte. Pero, en realidad, eso no es necesario, pues usted, por ley, puede tener los mismos beneficios sociales que tienen su mujer y su hija siendo un mexicano legal”.

El debate se estaba poniendo caliente. De repente, ocho segundos después mi pregunta y los comentarios fueron borrados de la página de la Dr. Frauke Petry.
Pero, como soy un animal político, traté de seguir con el debate con otra pregunta: “¿Por qué borraron mi sencilla pregunta? Yo creía que en Alemania, sí hay una verdadera democracia”.
Luego cerré, la página del Face y abrí Words para seguir con el libro que estoy escribiendo. En realidad, pensaba que hasta ahí había llegado mi participación en ese foro. Con la sorpresa, una hora después, vi que el texto no fue borrado, por eso me animé a subir de nuevo mi primera pregunta, pero con una nota que decía: “Último intento”.

Otra vez, esperé dos segundos por la primera respuesta. Esta vez, sin patriotismo, más razonada y hasta amistosa por algunos de sus miembros: “Estimado Carlos, el AFD no está en contra de los extranjeros. Solamente, ustedes se tienen que adaptar y seguir la leyes alemanas”. A la que yo contesté que yo estaba casado desde hace 27 años con mi mujer. Pero que estaba preocupado porque la leyes se pueden cambiar como lo está haciendo Trump en Estados Unidos. Y en ese tono siguió el debate, más o menos, explicándome mis derechos en Alemania como extranjero, así como que no me preocupara por mi permanencia en “su país”. Solamente un comentario fue como los dos primeros que borraron: “Ya no le hagan caso al mexicano, nos está tomando el pelo, no han leído que él ya vive en nuestro país desde hace 27 años, seguramente, él ya conoce nuestras leyes y sus derechos”. Naturalmente, volví a responder con respeto y con buena ortografía –eso creo yo. Ahora, le voy a escribir al Partido Verde para que hagan una campaña en que todos los alemanes y los extranjeros integrados le abran las puertas en los supermercados a los viejitos que van en sillas de ruedas y que también le ayuden a bajar de los autobuses cuando anden solitos. Además que el Gobierno alemán ya no envíe armas en zonas de conflicto y que sus empresas ya no contaminen ríos ni selvas  en otro países…
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Foto del autor Carlos Campos Serna
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Miembro desde: Apr 11, 2009
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Descripción

Anti-inmigracin

Palabras Clave: inmigracin discriminacin racism nacionalidad

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Carlos Campos Serna

Derechos de Autor: Carlos Campos Serna


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