Querida Maritza,
Si sientes que a algún hombre le falta el corazón,
no te contradigo en tu razón, pues es cierto que muchos llevan una piedra en ves de amor,
quizá los atrapo el olvido,
olvidaron amarnos como antes lo hicieron tan seguido,
Ya no escuchan, como piedras  oxidadas en el océano,
y como en el pasado ya no nos consuelan,
Quizá con un reclamo intentamos que vuelvan a latir sus duros corazones,
Quizá con un reproche intentamos que reaccione aquel que nos daba atenciones,
Pero parece tarde mi querida amiga,
porque las piedras ahora buscan sirenas que no somos y se sacian de mentiras que no podemos permitir.
Si sientes que algún cretino te ha olvidado y se ha convertido en piedra,
no llores a mares en el rió de la soledad,
porque Amiga mia esta noche tomare tu mano y volaremos  sobre este manto de amor eterno que nos cubre el todo poderoso que nunca nos abandona.