DESPEDIDA…
 
Noches  grises
Y en los puños los sueños comprimidos.
Tantas tardes de vos y bienvenida
ya anidan en  rincones de olvido.
Y fue tu cuna
Tu cama
Tu amor a desmedida.
Refugio donde siempre revivías
El beso que sanaba tus heridas
El maná de tus días de agonía.
No reproches ni reclamos
No despedidas
Solo esperas,  idas y venidas
-Marchitar la vida, mientras él vivía-
¿Cuantos años?
¿Cuántas bienvenidas?
Sentada a la orilla de tu camino.
Hasta secar los manantiales de las pupilas
Y no hacerse   extraño ni el dolor
ni los labios sedientos de caricias.
Fue  hombro, mano y  palabra
que  te sostenían
Fue  tu todo y  tu  nada.
Fuiste  su  mundo
su agonía…
El tic tac del reloj le reclama
-ya es hora de la despedida-
Y el tun tun en la puerta, le responde
-Es  una más bienvenida-
…Y se lleva en sus puños comprimido,
 el último olor  de su perfume…
 
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