Amo la lluvia y te vestiste de tormenta
para nublar mis faltas de fe y de ganas;
desterrar con tus vientos mis pesares
al vago horizonte de los calendarios…
Bañaste la árida planicie cotidiana
lloviéndote en maneras y emociones;
filtrando prejuicios y temores…
Rompiste la penumbra de la duda
con rayos confidentes y certezas...
Y no se oyeron más tristes sentencias,
el trueno de tu voz ya las silencia…
Amo la lluvia y te vestiste de tormenta
Para nublarme la razón en dosis justa
y elevarme con tu brisa tempestuosa
-de un sentir que parece hasta irreal-
de una vida que a mí mismo es desleal…
Lloviznarme con suspiros y sonrisas…
Empaparme con las ganas de soñar…
Disolverme las sombras del camino
con tus ojos que descifran mí verdad...
Amo la lluvia y te vestiste de tormenta…