MI GEISHA
Publicado en Jul 11, 2016
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MI GEISHA
 
Vivía entre mis libros y papeles, pues un simple tendero era, con quien podías pasar el tiempo si buscabas alguna quimera
Trabajaba de Lunes a Sábados,  tiempo suficiente para hacer que mi imaginación creciera, entre las de los grandes genios, que de vez en cuando yo leyera
Dormía solo, quizás algún animal de la calle entrase en mi casa al dejar la ventana abierta, pues era verano, y hacía calor en Chueca
Un Martes, como el acompañante del naufrago de las modernas islas griegas, empecé un libro sobre las Geishas
Esa artista poco conocida, que se confunden con prostituta,  si es que no sabes entablar una conversación culta como esa muñeca
Y al ser esa estación, no me molestarían con torpezas, pudiendo descubrir su mundo, un mundo donde el respeto llena los rincones del recibidor al verlas
El mayor valor, su humildad, no había ser inferior ni superior al que no hacer una reverencia
Y su más elevado problema era su belleza, esa asiática donde la rareza se mezcla con la delicadeza
Donde no cabe imperfección en un maquillaje que borraba hasta las desgana si es que el nuevo personaje no atrajera
En un minuto de lectura empezó a  volar mi mente, como cuando era niño y me leían cuentos de algún príncipe que luchaba por su princesa
Y en solo un breve instante estaba a su lado, con mi sencilla apariencia, pero recibido por una gran dama que me hacía sentir el más perfecto ser en la Tierra
Me dirigió hacia una habitación con sus pies pequeños, reducidos por un zueco de madera
Y cuando se descalzó vi su miembro de tamaño como el de una niña, que quizás no creciera
No sé porque levanté la mirada, quizás por volver a ver su sonrisa, que no dejaba que la despidiera
Y nos sentamos juntos, yo observaba su kimono, con cuello ya blanco, no rojo como las que empiezan
Descubrí un aroma tranquilo, como sus movimientos en cada minuto que yo allí estuviera
 
 
Y comprendí que solo podía captar ese olor por los baños calientes que como veterana se metiera
Me sentí FELIZ  porque pude comprender que dejó hace tiempo la servidumbre  y  el agua fría para refrescar sus pechos pequeños, pero de la más bella diosa que Zeus dejó en Asia al visitar esa Tierra
Y volví a entender porque se desea conocer a tan distinguida dama, que aunque disfrazada, mostraba su alma como la más ingenua de las muchachas de esa cueva
Me sirvió el té, un ritual, que en vez de excitarme, me producía tanto placer que quería dormir bajo esa bella tela
Y saboreé con mi paladar todo lo que ella me sirviera, porque mi único propósito era besar esa nuca que con una “w” se vistiera
Me dejé hacer, mientras observaba su corazón rojo en los labios que me hablaban con sutileza
Y descubrí el Mundo de la Paz, que me llevaría al Amor, porque quizás querría salir de esa elegante taberna
Le rocé la mano mientras me servía otro elixir, pero me prohibió tocarla, ya que no era el trato, pues es su elección, y yo iba vestido con ropa harapienta
Agaché la cabeza, debía ser más sutil, no era una dama cualquiera
Decidí tener una conversación inteligente, pues era de merecer todo tipo de atención esa elegante mujer que de finos modales llenaba su destreza
Y busqué dentro de mí, donde pude llegar, una escena de amor de los libros que leía en las tardes serenas en mi tienda
Y descubrí que nada se asemejaba ante tanta  perfección, por lo que decidí buscar en los libros de cuadros que alguna escena hermosa describiera
Di con el que a todos gusta, con el “El Beso”, e imagine rodearla bajo el color de su kimono, esa piel blanca, casi pura como la de una virgen aun no deshecha
Suspiré fuerte, agarrando la taza para controlar mis impulsos, que ella solo despierta
Y conté como dicen que se debe hacer cuando no quieres ninguna torpeza
Seguimos con rituales, que la verdad, me estaban enseñando la templanza que falta cuando un hombre se excita y no hay ninguna gana de comenzar a obligar, aunque quisiera
Todo fue lento, con calma, creo que la prisa se quedó fuera, donde los coches pasaban, y ahí solo había maderas limpias, donde se podría descansar si nada entorpeciera
Cerré los ojos, volví a contar, como las brujas, pero  sin saber que era lo que dejaba atrás al imaginar rozar la más grande curva perversa
Y el olor a limpio me desconcentró, quien fuera su mentora la había hecho la más astuta de las hipnotizadoras de esa particular trena
Porque me tenía enamorado sin haberme  mirado a los ojos, ni tocado por una de sus blancas mano, que  rozaba torpemente cuando se dejaba caer alguna gota a conciencia
Cerré los ojos, para comprobar al abrirlos que mi sueño permanecía a mi lado, a pesar de despertar cuando mi jefe me interrumpiera
Y pude ver el Paraíso, al descubrir que mi vida se había convertido en una bonita ilusión, que apartaría el aburrimiento de no poder compartir mi sabiduría, porque no había quien la entendiera
 Sonó el timbre, quise matar a quien me destruía tan grata estampa, cogí hasta un pisapapeles para darle en la cara
Pero era Miriam, mi adorada e inalcanzable amiga, que se asemejaba a la dulzura de mi quimera
Solté el objeto con la sutileza aprendida por mi Geisha,  conversamos como lo hacíamos cuando éramos jóvenes, y no tenía hijos que interrumpiesen a mi también amada y antigua compañera
Entonces comprendí que el Mundo está lleno de Geishas,  a las que les hace falta una conversación para descubrir una belleza escondida, no en un kimono, pero sí por una  dura y diaria batalla encubierta
Al anochecer cerré la puerta, ya ni recordaba la sensación de bienestar dado por aquella especie de sirvienta
Pero al llegar a mi casa, a pesar del calor, de no haber limpiado en una semana
En un rincón estaba un gato, mirando la limpia mesa, como enseñándome algo que quería que descubriera
Y apareció  un  vaso  de cristal fino con té helado, junto a una flor que hacía una bonita referencia
Entonces pensé, es otra de MIS GEISHAS, la vecina, que quizás no brillaba porque maquillaje no llevaba, pero me mimaba como lo hacía ella, quien inundaría todas mis solitarias noches cuando cerrara los ojos y soñara con La Luna  despierta
 
 
                                                                                             VALENTINA
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Foto del autor Sandra María Pérez Blázquez
Textos Publicados: 60
Miembro desde: Nov 23, 2012
3 Comentarios 1507 Lecturas Favorito 1 veces
Descripción

poesía romántica entre un hombre solitario y una imaginaria Geisha

Palabras Clave: Geisha

Categoría: Poesía

Subcategoría: Romántica



Comentarios (3)add comment
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ROCÍO GARCÍA LÓPEZ

Es cierto, el trabajo, las prisas y la soledad hace que no podamos compartir con nuestros amigos nuestras experiencias, ni aficciones
Responder
July 11, 2016
 

Sandra Mara Prez Bl�zquez

Gracias por leerla!¡!
Responder
July 11, 2016

Sandra Mara Prez Bl�zquez

Si pq detras de cada persona hay una vida, y siempre es bonito compartirla
Responder
August 05, 2016

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