El lado izquierdo
Publicado en Sep 27, 2015
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-¿Qué te sucede viejo? ¿Por qué te sobas tanto?
- No sé qué le sucede a mi brazo izquierdo, por más que trato no puedo mover la mano.
-¿Será que te has golpeado, sin darte cuenta?
-No recuerdo vieja, pero me tiene preocupado.
-Llamaré a Cristina, ella debe saber que hacer.
-No, no molestes a la niña con éstos achaques de anciano… ya tendrá bastantes preocupaciones en su trabajo.
-Pero ella trabaja con ancianos, debe haberle pasado quizás a más de alguno – respondió su mujer (que ya se encontraba con celular en mano)
-Hola mi amor… tu padre amaneció sin poder mover el brazo y…. la niña dice que te apliques la crema que te dejó el mes pasado, esa de color verde. Llamará más tarde para saber cómo sigues.
-No debiste llamarla.
-Bah! Lo más bien que la cuidamos cuando fue bebé, ahora le toca a ella, es el ciclo de la vida.
 
Lo cierto es que el hombre, por más crema, calor, reposo, y otros menjunjes que le aplicó su mujer, no logro mover su mano en todo el día.
 
A última hora de la noche, su vecina, una mujer añosa que rara vez salía de su casa, se asomó por la reja de entrada para darle un consejo, que la mujer transmitió a su marido.
-¿Qué dijo qué? – increpó  él, cómo si le hubiesen dicho un disparate.
-Lo que oyes, que antes de dormir, le preguntes a tu mano izquierda que le sucede.
-¡Lo último que me faltaba! Que ahora le haga caso a la chiflada de la esquina. Eso pasa por lo copuchentas que eres vieja – contestó malhumorado.
-Me la encontré en el almacén, eso fue todo. Le dije que estaba preocupada por ti, y más encima te enojas, viejo gruñón, ya no te soporto, y salió rumbo al living.
 
El hombre rumió un buen rato a solas en su habitación y cuando ella llegó a dormir (sin que su mujer escuchara) le preguntó a su mano izquierda que le pasaba.
 
A las tres de la mañana sintió unas ganas enormes de levantarse, fue hasta su escritorio y su mano derecha escribió en un papel lo siguiente “Está molesta porque casi todo lo hago yo” pero dile que es porque soy diestro – contestó sin pensar el viejo. Al ver que su mano derecha no escribió nada más, volvió a la cama. Al día siguiente, intentó ocupar más su mano izquierda y las cosas fueron lentamente mejorando, hasta llegar al fin de semana que acabó con la movilidad total de su mano. No le comentó a su mujer lo que había pasado, por temor a que se burlase de él.
 
Dos semanas más tarde, al intentar levantarse en la mañana, su pierna izquierda no le respondía.
 
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Foto del autor Esteban Valenzuela Harrington
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Descripción

Un dolor, una sensacin, un problema...

Palabras Clave: izquierdo

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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