pintitas
Publicado en May 31, 2015
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Del cuello del hombre cuelga una llamativa corbata rosa con pintitas blancas. Tiene una enorme papada que se confunde con el nudo de la corbata y el cuello de la camisa. Parece un sapo. Su cara es grotesca y blanca, su cabeza luce entradas pronicniadas y una calvicie incipiente en la punta de la bocha, su boca es grande y el sonido de sus palabras grandilocuente. 
-No puede hacer nada, estas son las condiciones que ustedes aceptaron, ahora no me vengan con que no están satisfechos. Bueno si no hay nada más que discutir, estoy muy ocupado.
-El tema de si son las condiciones que aceptamos o no, es secundario. Las condiciones son impuestas, no es una elección voluntaria, ya que la opción es morir de hambre. El tema es que no estamos satisfechos y no tenemos porque estar satisfechos. 
-Como se atreve usted a hablarme así. Se exalto y la cara de sapo se puso roja como un pepino opacando el rosa de su corbata.
-Y como sabemos que a las condiciones impuestas se le oponen las condiciones deseadas y que las condiciones deseadas se logran por la fuerza, venimos a decirle que nos importa muy poco que no tenga tiempo y que desde este instante, usted ha sido tomado como garantía de seguridad mientras ocupamos la planta hasta ver satisfechas todas nuestras demandas.
Al gordo cara de sapo se le fue el color de la cara y se le derrumbo la papada. Estaba más pálido que las pintitas blancas de su corbata rosa. 
Se había creído demasiado aquello de que a los hombres se los manda por posición social. Ahora era una pasa arrugada a quien le temblaban los labios al hablar. Nosotros nos habíamos creído durante mucho tiempo que nuestra situación respondía a un orden natural de las cosas. Ya no creíamos, simplemente nos ubicamos en el mismo lugar que el de nuestro interlocutor.
Es la historia que reclama ser oída
desenterrada de los libros y 
los cementerios, 
hablando desde las vigas de los edificios
los ladrillos 
y los cielorrasos
donde las manos obreras
estamparon su firma.
En fin,
es la lucha de clases, estúpido.
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Foto del autor facundo aguirre
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Descripción

Del cuello del hombre cuelga una llamativa corbata rosa con pintitas blancas. Tiene una enorme papada que se confunde con el nudo de la corbata y el cuello de la camisa. Parece un sapo. Su cara es grotesca y blanca, su cabeza luce entradas pronicniadas y una calvicie incipiente en la punta de la bocha, su boca es grande y el sonido de sus palabras grandilocuente. -No puede hacer nada, estas son las condiciones que ustedes aceptaron, ahora no me vengan con que no están satisfechos. Bueno si no hay nada más que discutir, estoy muy ocupado. -El tema de si son las condiciones que aceptamos o no, es secundario. Las condiciones son impuestas, no es una elección voluntaria, ya que la opción es morir de hambre. El tema es que no estamos satisfechos y no tenemos porque estar satisfechos. -Como se atreve usted a hablarme así. Se exalto y la cara de sapo se puso roja como un pepino opacando el rosa de su corbata. -Y como sabemos que a las condiciones impuestas se le oponen las condiciones deseadas y que las condiciones deseadas se logran por la fuerza, venimos a decirle que nos importa muy poco que no tenga tiempo y que desde este instante, usted ha sido tomado como garantía de seguridad mientras ocupamos la planta hasta ver satisfechas todas nuestras demandas. Al gordo cara de sapo se le fue el color de la cara y se le derrumbo la papada. Estaba más pálido que las pintitas blancas de su corbata rosa. Se había creído demasiado aquello de que a los hombres se los manda por posición social. Ahora era una pasa arrugada a quien le temblaban los labios al hablar. Nosotros nos habíamos creído durante mucho tiempo que nuestra situación respondía a un orden natural de las cosas. Ya no creíamos, simplemente nos ubicamos en el mismo lugar que el de nuestro interlocutor. Es la historia que reclama ser oída desenterrada de los libros y los cementerios, hablando desde las vigas de los edificios los ladrillos y los cielorrasos donde las manos obreras estamparon su firma. En fin, es la lucha de clases, estúpido.

Palabras Clave: Del cuello del hombre cuelga una llamativa corbata rosa con pintitas blancas. Tiene una enorme papada que se confunde con el nudo de la corbata y el cuello de la camisa. Parece un sapo. Su cara es grotesca y blanca su cabeza luce entradas pronicniadas y una calvicie incipiente en la punta de la bocha su boca es grande y el sonido de sus palabras grandilocuente. -No puede hacer nada estas son las condiciones que ustedes aceptaron ahora no me vengan con que no están satisfechos. Bueno si no hay nada más que discutir estoy muy ocupado. -El tema de si son las condiciones que aceptamos o no es secundario. Las condiciones son impuestas no es una elección voluntaria ya que la opción es morir de hambre. El tema es que no estamos satisfechos y no tenemos porque estar satisfechos. -Como se atreve usted a hablarme así. Se exalto y la cara de sapo se puso roja como un pepino opacando el rosa de su corbata. -Y como sabemos que a las condiciones impuestas se le oponen las condiciones d

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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