Lucha interna
Publicado en Apr 27, 2015
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Jack se despertó bruscamente un lunes, había tenido una pesadilla. Después de ser despedido del trabajo a causa de sus arranques de mal genio, Jack se emborrachó en un bar de mala fama, en las oscuras calles de Nueva Jersey. Miró la luz del sol que se posaba en su ventana, acostumbraba a hacerlo después de las 5 de la tarde. Vaciló por un momento, sin recordar absolutamente nada de lo que había sucedido (Tal vez porque no se quería hacerlo). Se sentó en la cama, un gran dolor de cabeza nubló su mente. ¿Qué he hecho?, se preguntó.
Jack no era bueno para muchas cosas. Desde pequeño soñó con ser un gran guitarrista, como esos que tocaban en grandes bandas. Tenía afiches de Hendrix, Page, Clapton, los seguía guardando en su habitación, los tenía desde muy niño. Ya con más de 30 años encima, Jack se preguntaba qué sería de su vida ahora. La modesta empresa de seguros para la que trabajaba, y con gran esmero (consiguió a duras penas el trabajo gracias a las conexiones de un amigo), lo había despedido por sus malos hábitos: la bebida y su mal genio. Llegó a presentarse borracho al trabajo unas cuantas veces, y sus compañeros lo sacaban para evitar bochornos en la sala de espera. Pero ya no le quedaba nada. ¿Qué he hecho?, se preguntó de nuevo.
Jack había agotado sus escasas posibilidades de obtener una vida estable, y todo era culpa suya. Aunque luchaba de día para ganar el dinero para su sustento diario, en la noche bebía para olvidar lo molesto que le parecía aquel horroroso empleo de segunda mano, conseguido por el favor de un viejo amigo. Las lágrimas empezaron a caer, el recuerdo comenzaba a deprimirlo. No tenía esposa ni hijos, sus padres murieron en un accidente de tránsito cuando el cursaba sus estudios universitarios. Desde aquel momento, tuvo que conseguir un empleo como comerciante de cosméticos para pagarse sus estudios. También tenía una banda, con la que tocaba la guitarra los fines de semana en cavernas y bares de mala fama. No ganaba mucho, pero era suficiente. Jack contaba con dos hermanos, que no eran precisamente unos ángeles de Dios. Uno se había mudado a Nueva York con su esposa; el otro, había sido reclutado por las fuerzas aéreas. Ambos, después de la muerte de papá y mamá, forjaron sus propias vidas lejos de Jack.
Las lágrimas invadieron el pálido rostro de Jack. Se acordó de la pesadilla. En ella, él se encontraba en un coche a toda velocidad. Los semáforos cambiaban de color frecuentemente, era una locura. Tuvo otro arranque de mal genio, y vio a un auto que no le daba el paso para seguir avanzando. Chocó contra el auto violentamente. Al ver la sangre en la carretera, combinada con la lluvia y los charcos que ésta formaba, vio en ella el reflejo se sus padres. Jack no quiso recordar más, se sentía culpable por la muerte de sus padres, ya que el viaje que hicieron juntos en el auto era para recogerlo a él, que se había emborrachado con sus amigos.
La culpa se presentaba en formas inusuales…
Jack recordó la última parte de su pesadilla (¿Quería hacerlo?). En ella tomó el viejo revolver que papá siempre llevaba en la guantera de su auto. Seis tiros. Sólo uno en la cabeza y BUM! En ese momento Jack despertó. ¿Era lo que tenía que hacer? Después de todo, ¿quién lo necesitaba? Sus padres murieron, sus amigos le dieron la espalda, sus hermanos estaban lejos, sin extrañarlo. ¿Qué más podría hacer? Se incorporó lentamente, y levantó el colchón de la cama. Allí se encontraba el viejo revolver de su padre, se quedó con él después del accidente: era lo único que papá le había dejado. Cuatro balas. Dos de ellas las había utilizado Jack, borracho, para matar a unos pájaros que cantaban en la terraza, y no lo dejaban dormir.
Se apuntó a la sien. Estaba listo para morir. No, nunca estaría listo para nada. Jugó un rato con el gatillo, hasta que… Jack, pálido y decaído, se desplomó en el suelo. El arma cayó a su lado. Un destello de luz iluminó su visión. Una voz dulce tranquilizó a sus oídos. ¿Quién era? Era… ¿Madre?
“Jacky, Jacky…”
Si, era mamá. Y junto a ella, Jack vio a papá. Estaban juntos. Estaban felices.
Jack se arrodilló. Ahora se encontraba en una esfera de luz. No existía nada más. Sólo sus padres y él. Jack, el hijo no planeado. Jack, el menor y más desorganizado. Ése era Jack, el que más amaba a sus padres.
“Madre. No soy nada”, Jack, sollozante, cayó al suelo.
“No, hijo, no llores más”, su padre se acercó a él.
“¿Recuerdas cuando nos dijiste lo bueno que serías?”, dijo su madre. “Que nos harías sentir orgullosos de ti. Que lucharías por tus sueños.”
Jack la miró, todavía con lágrimas corriendo por sus mejillas.
“Tú no eres culpable de nada, Jack. No te sientas así. Lucha, Jack, lucha por vivir”.
Jack se quedó atónito, ninguna palabra salía de su mente y, aun menos, de sus labios. Bajó la cabeza, se encontraba sobre un inmenso lago de lágrimas. Y allí vio su reflejo: era el niño que triunfaría. El niño que lucharía por sus sueños. Era el (¿hombre?) niño que quería ser. Jack levantó de nuevo su cabeza para ver a sus padres, pero lo único que vio fue el polvoriento suelo de su apartamento alquilado. El revólver, que yacía a su derecha, brillaba con su color plateado. Jack se levantó. Vio el reloj, eran las 7 Pm. Se lavó la cara, se puso ropas limpias y su característico sombrero negro. Jack no sabía si lo que había sucedido era real o era una ilusión. Pero sucedió.
Jack salió de su apartamento con la vieja guitarra de su madre en manos. Corrió al teléfono de la recepción. “Tom, si amigo, soy yo. ¿Tienes algo para mí? Perfecto. No, no importa. Si, prepararé las mejores hamburguesas del lugar. No, no. Si, estaré en la plaza. Trae a los tuyos. Sí, quiero tocar un rato. No, no beberé, mañana comienza mi trabajo.”
Jack salió con su guitarra. Las palabras de su madre hacían eco en su mente. Ahora lo intentaría de nuevo. Y sería diferente.
 
 
 
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Foto del autor Elio Pirela
Textos Publicados: 1
Miembro desde: Apr 27, 2015
1 Comentarios 676 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Jack duerme pero, podr soportar la carga de otro desalentador da? No sabe si al despertar estar todo e orden. No sabe si en realidad quisiera despertar. En su corazn se encuentra un vaco que ha estado desocupado por largo tiempo. Acaso Jack es tan valiente para resistir el abrazo tierno de la muerte? Acaso es lo suficientemente capaz de seguir adelante con su ida?

Palabras Clave: Lucha depresin amor espiritualidad ficcin

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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Beto Brom

Me gustó tu estilo, amigazo.
Disfruté la lectura.
Shalom
B.B.
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April 29, 2015
 

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busy