Sin dudas, es una mano poderosa.
Sin poder, nadie cambia el curso de los ríos.
La sangre recorre sus falanges anquilosadas.
Y ,un rayo de estirpe sudorosa, yace estrangulado
en un recoveco de sus sucias uñas.
En sus cutículas mueren,de inanición,
un ramillete de sueños de libertad;
De ideales con pies descalzos;
De gritos soterrados bajo el orgullo
de un látigo mezquino que desgarra,
con sus mentiras, la razón.
Aunque ella cree ignorarlo,Pero,
es el espejo opaco de su conciencia,
que le impide ver su horrenda realidad.
Sus callosidades huelen a cuellos,
a cuellos cocidos en el verso hiriente. 
En cada surco de sus dactilares huellas,
hay sembradas miles de injusticias que
germinando están bajo el sol de un nuevo día.
Y tanto orgullo perderá el aliento 
en la mañana de una sonora trompeta
que, aun no sabe que existe el viento.
"Versos Escritos junto a la caña".
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