Tranquila iba caminando, con sus pensamientos volando. No lo vio llegar, nunca lo escuchó,
  y en un abrir y cerrar de ojos vio su vida pasar como en las peliculas, una coleccion de        imagenes, de palabras, de momentos, todo en lo que nunca había pensado, en todo eso pensó  cuando sintió que con brusquedad le arrancaba el bolso y sólo pudo verlo irse.
 Ella gritó, lloró, pero no sirvió de nada. El delicuente escapó. 
Dos días después todavía estaba angustiada, si bien las cosas materiales se pueden recuperar a nadie le gusta perder todo por lo que se ha luchado tan duro. Llegó al trabajo y todos la quisieron consolar y pudó trabajar en paz. A media tarde se fue a descansar, llamó a su madre y tranquila pudó almorzar. Después de un rato, se puso a trabajar nuevamente, pero sus ojos no podían creer lo que estaban viendo, el tipo que le había robado se aparecio por el local a comprar.
Marianella se asustó tanto pero tanto que salió corriendo a avisarle a la encargada,
 la encargada fue a hablar con los guardias de seguridad, pero estos lo dejaron ir.