Programados para sufrir
Publicado en Mar 25, 2014
Prev
Next
EVA
Nunca supe cómo es que llegué a este momento, siempre pensé que por ser universitaria estaría exenta de algo así. Pensamiento tardío, para entonces ya sentía el puño despiadado y brutal sobre mi ojo. Desperté en el piso sintiendo el cuerpo pesado como un costal de basura. Debía moverme rápido, antes que le pasara el efecto de la borrachera. Desde ese ángulo podía ver la dimensión de su miseria, parecía un cerdo, con perdón de los cerdos; el rostro inflamado y rojo, lejano de aquel semblante de serafín con el que me convenció de su buena fe y su mucho amor. Tenía sed y el labio roto, me imaginé lo que dirían de mí mi familia y las amigas. Antes de pensar en el escarnio tenía que salir de ahí, ya luego encontraría cómo sacudirme la retahíla de sermones que me llegarían por carretadas.
Con la mano en el picaporte, estaba a punto de salir cuando dos palabras me paralizaron: “Te amo”. Su mano extendida hacía mí me dejó claro que lo decía desde lo más profundo de su alma, en ese momento su rostro había recobrado la expresión de inocencia que tanto me gusta contemplar por las noches cuando duerme. Lo ayudé a ponerse de pie, sabiendo que yo soy su ancla en este mundo, mientras en mi cabeza resonaba la hermosa canción: “Los ojos que lloran no saben mentir…”
CARLOS
No volveré a contestarle el teléfono ni a emborracharme por causa suya, tampoco me acostaré con desconocidas para ver si la olvido. Amanecí goteando de la verga un líquido muy extraño. ¿Serán así los síntomas de la gonorrea? Cada día estoy más flaco y me siento más pendejo. ¡Qué mal pedo es agarrar a tu vieja más querida cogiendo con tu mejor amigo! Ya supéralo pinche Carlos, ya fue. Next.
¡Puta madre cómo me duele el pecho! No vuelvo a fumar porro para calmar la pinche angustia que me despierta por las noches cuando entre sueños me imagino cómo le estará agarrando las nalgas mi compadre. Porque ese pinche puto además de mi bro era mi compadre. Mi vieja y yo le bautizamos el año pasado el chiquillo, y luego él le devolvió el favor. ¡Vieja cabrona! Jamás volveré a cruzar palabra con ella. No quiero ni mirarla.
¡Pinche celular como chingas! Si fuera por mí ya te hubiera echado a la mierda, pero puede llamar Miriam. A la mejor es ella, y no voy a perderme el gusto de escucharla rogándome que volvamos y si se humilla lo suficiente puedo considerar su propuesta.
MIGUEL
¿Usted puede creer que a cada rato me mareo y me mareo cuando estoy aquí en la panadería despachando? Luego me dan unos vahídos terribles y se me enfrían las manos, pero al mismo tiempo sudo y sudo. Quién sabe qué tenga, yo creo que es por tanto y tanto que trabajo. El patrón me dice que no venga los domingos, que me vaya a dar la vuelta para distraerme. ¿Usted cree? ¡Cómo voy a dejarlo solo con toda esta bola de huevonas que ni para empacar el pan sirven! Fíjese cómo envuelvo yo los pasteles, así con su moñito; le pongo su cartón, su celofán y esas florecitas de terciopelo que se me ocurrieron y que hago en mis tiempos libres para que se vea más bonita la mercancía.
Dispénseme si ando como dormido, es que me tomé una pastilla para la cabeza. Últimamente viera cómo me ha dolido. Eso es del diario, y nada, que todo el mundo me deja sólo aquí en el mostrador. ¡Nadie se acomide a ayudarme! El patrón me dio la tarde libre, pero que me voy a estar yendo y luego ¿Quién atiende y consiente a los clientes? Estas mujeres han querido imitarme y saludan a la gente así respetuosas como yo, pero no les sale, son muy inditas e ignorantes, hasta dan mala imagen aquí en la tienda. Ya ve que mucha gente fina viene a comprarnos. Por eso no me voy, porque hay que cuidar el negocio que nos da de comer. ¡Pero viera qué mal me siento!
TERE
Yo me sacrifiqué para que mis amigas fueran felices; yo ya tuve un novio y para ellas Juan y Rafa son su primer amor respectivamente. Aunque acá entre nos me da algo de tristeza pensar que les vaya a durar poco el gusto. Yo tengo ojo agudo para estas cosas y sé que a los dos les atraigo. Lo descubrí cuando se acercaban a preguntarme por mis amigas, cuando fingían estar interesados en ellas para hablar conmigo. 
También sé que ni uno ni otro se atrevieron a decirme lo que sentían porque son amigos entre ellos y no les quedó de otra que andar con Vero y Lucy. Esa felicidad que aparentan cuando me los he topado besándose en el revolcadero de la escuela es un poco fingida. A lo mejor ellas sí se han dado cuenta de que soy su rival porque se han distanciado un poco de mí.
La verdad es que la próxima vez ya no voy a inmolarme por la felicidad de nadie. Qué necesidad hay de llegar a extremos como el de Juan y Rafa que han tenido que decirme que no los moleste más y me mantenga alejada de ellos y sus novias. ¡Qué duro debe ser fingir esa indiferencia conmigo! Vamos, hasta llegar al punto de simularse enojados. En fin, siempre tendré la satisfacción de haberme hecho a un lado para que ellas fueran felices. 
Página 1 / 1
Foto del autor Laura Vegocco
Textos Publicados: 41
Miembro desde: Nov 05, 2012
0 Comentarios 606 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Sufrir es para algunos una vocacin de vida que se practica incluso con cierto refinamiento, para otros es una forma de pasar el tiempo. Lo cierto es cada uno lo justificamos mediante maneras ingeniosas.

Palabras Clave: Flagelo inmolacin sacrificio ocio.

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



Comentarios (0)add comment
menos espacio | mas espacio

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy