Sola en tan solo cuatro paredes.
E charlado sigilosamente con el silencio.
Con ese silencio que me da paz, locura.
Con el silencio que me ha susurrado tantas veces un mundo maravilloso.
Que me ha susurrado sin ninguna intención el reflejo del tiempo que se ha ido.

Charlando con el silencio
De repente mi alma se libera del miedo
Pero que en cuestión de segundos se llena de ellos.
Es inexplicable el silencio a veces me baila la danza del amor.
Y otras simplemente esa danza del rencor.

El silencio me abraza y me suelta.
Me otorga tranquilidad y a la vez soledad. 
Esa soledad que me atrapa.
Que me hace pensar y pensar sin parar.
Esa soledad que danza y danza en estas cuatros paredes sin querer escaparse.
El silencio que crea en mí la necesidad de necesitar compañía.
Que me dice a gritos que tengo la insoportable necesidad de hablar con alguien.

En esta soledad fría que posee mi habitación.
El silencio me insinúa mis complejos.
Que quiere que me los crea.
Como siempre intento alejarlos.
Pero el silencio de vez en cuando me convence sin yo misma darme cuenta.
Charlando con el silencio.
También ha dicho que sea libre como un ave en el cielo.
Aunque a veces me atrapa y no deja que salga de ese encierro.
Cosa que me ha parecido muy contradictoria en estos días.
Al igual me ha dicho que persiga mis sueños.
Otras que los abandone que no vale la pena seguir luchando.
Charlando con el silencio me ha hablado.
Del tiempo que he perdido en algún momento.
Que me olvide del pasado, que viva el presente.
Charlando con el silencio me a susurrado al viento 
Que dance con el amor otras con la oscuridad.