Nyanko Constantine y la Invacion de la Via Lactea (CAPITULO 9)
Publicado en Mar 09, 2014
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Capítulo 9
 
 
Nyanko asintió con una amplia sonrisa. Shane parecía no creerlo. Nyanko se acercó a él y lo abrazo. El sueño de ambos se había hecho realidad. Al día siguiente, como ya se había hecho cotidiano, desayunaron, y se fueron al castillo a entrenar. Nyanko esta vez no entreno con la espada, le pidió al Capitán Morgan que si le enseñaba su poder; la electricidad. Nyanko le dijo que aprendía rápido y que había aprendido controlar los vientos, a controlar el hielo, la nigromancia y a controlar las plantas. El Capitán Morgan le dijo que muy pocas personas podían aprender muchos poderes. Eran llamados bendecidos por los dioses. Morgan accedió y le enseño lo básico. Nyanko comenzó por aprender a lanzar rayos por las manos. Al principio era difícil concentrarse y dirigirlo, pero después fue más sencillo. Morgan le dijo que era un gran avance en unas horas. Cuando regresaron al palacio, los cocineros comenzaron a preparar la cena. Mientras tanto, todos se reunieron en la sala principal y se sentaron en los sillones. Se pusieron  a conversar en grupos. Cornelia y Remy se había hecho muy amigos en muy poco tiempo. Cornelia había logrado aprender muchas cosas en muy poco tiempo. Ya había logrado saber cuál era su poder y su habilidad era aún un misterio. Todos se habían asombrado al enterarse de que Cornelia nunca había ido a una escuela. Había sido instruida en casa por su madre y su padre era un  bueno para nada.
-¿Y que solía enseñarte tu madre?- pregunto Remy.
-Pues… el idioma antiguo, pero no era constante su enseñanza… así que, no le entendí mucho. Sé cómo se pronuncian algunas palabras, pero no todas y no se escribir muchas letras. Aparte de eso me enseño a cocinar y a limpiar… eso me aburría mucho. Yo solo quería aprender cosas que me divirtieran y aprenderlas bien- conto Cornelia.
-¿Entonces decidiste escaparte?- pregunto Nyanko.
-Si… ¿Qué iba a ser de mi vida con un padre bueno para nada, borracho y golpeador, una madre sumisa e igual que mi padre, excepto en lo golpeadora y un hermano que lo trataban como a un príncipe, y yo, deseosa de aprender otras cosas y aprenderlas bien. Yo tengo una personalidad fuerte, yo no servía para una vida como esa. Así que un día que mi padre estaba en el sillón de la sala, emborrachado a más no poder, mi madre llorando por la golpiza que le había dado mi padre y mi hermano tal vez tirado en las calles borracho al igual que ellos. Tome a Nana y corrí hasta que mis piernas no pudieron más. Nana siempre fue buena conmigo. Cuando nos encontramos con Nyanko y Shane estábamos descansando-
 Nadie dijo nada. Nyanko solo pensó, ¿Qué clase de vida es esa para un joven como Cornelia?
-¿Y ya no supiste nada de ellos?- pregunto Vaknor.
-No… y no deseo saber nada. Ellos y su vida- respondió con seriedad.
 En ese momento, llego uno de los sirvientes anunciando que la cena ya estaba servida. Cuando se levantaron de los sillones, se dirigieron al comedor. Nyanko los venía siguiendo hasta atrás. Se detuvo, recargándose en el marco de la puerta a la sala principal. Sentía un dolor punzante y fuerte en el estómago. Se apretaba el área donde le dolía mientras su respiración se aceleraba. Levanto la mano derecha más o menos a la altura de la boca. Sus dedos estaban manchados de un rojo oscuro. Comenzó a toser y escupir sangre y su vista se hacía borrosa. Sólo veía muchas sombras que se acercaban a ella gritando preocupadamente y sentía que caía en los brazos de alguien. Abrió los ojos. Veía una noche con mucha niebla. Por unos segundos estaba inmóvil pero después regreso en sí y se paró. Nyanko se encontraba en una entrada. Era de un gato negro con la boca muy abierta con dientes muy afilados, los ojos amarillos, las orejas muy afiladas y tenía 10 colas. Los ojos del gato se iluminaron y alrededor de Nyanko se oscureció demasiado. Solo había algo que hacer; entrar por aquella puerta. Camino lentamente hacia ella. Sentía miedo y frio. Extrañaba mucho a sus hermanos, a sus amigos, pero sobre todo, a Shane. Después de pasar aquella espeluznante puerta, noto que era un viejo parque de atracciones. Todo estaba oxidado y lleno de hierbas y matas silvestres. Había unos resbaladeros del color del arcoíris y finalizaba en una piscina muy grande. No había ni una sola gota de agua, solo basura y hierbas, había una Rueda de la Fortuna hasta el final del parque. Estaba oxidada y llena de enredaderas y hierbas verdes hasta la parte más alta. Había una Montaña Rusa muy oxidada y con pintura desquebrajada y llena de matas verdes y cafés. Enfrente de la Montaña Rusa estaba una estructura con letras rojas y escurridas que decían “Cool Zone”. No tenía algo adentro, ni ventanas ni puertas. Tenía hierbas secas y verdes. Alejado de la Montaña Rusa y del “Cool Zone” estaba otra estructura de dos pisos de madera pintada de blanco con estrellitas rojas, amarillas, azules y verdes. Tenía letras de colores rojos, azul y amarillo que decían “Fun House” por adentro estaba completamente oscuro. En medio, había uno de los carritos de la montaña rusa. El primer carrito tenía una cabeza de payazo con una sonrisa perversa. Era de color amarillo claro, pero también la pintura estaba desquebrajada. Atrás de la cabeza del payazo estaban 5 carritos más.  A unos metros, estaba otro de los carritos pero este era completamente negro y al carrito de enfrente tenía una calavera con la boca abierta y en los orbitales salía sangre. Y por último había un carrusel muy ornamentado de animales como caballos, peces, dragones, minotauros, etc. Nyanko caminaba por todo el parque esperando encontrarse con alguien, pero no había allí ni una sola alma. Se detuvo y se encendieron las luces de todo el lugar. En cuanto se encendieron, el parque de atracciones cambio completamente. En el “Cool Zone” aparecieron niñas y niños que tenían sangre en sus ropas o en sus caras. Solo veían a Nyanko con expresión de seriedad en sus rostros. Del “Fun House” salieron payasos son el maquillaje escurrido y sucio y también salieron jóvenes y niños. En pocos segundos, había mucha gente rodeando a Nyanko con expresión de seriedad. Todos estaban manchados de sangre. Nyanko se echó para atrás pero se tropezó con un saco negro. El saco se movía sin deshacerse el nudo. Nyanko se puso de pie y se acercó a él. Con las manos temblorosas deshizo el nudo. El saco se ladeo y de este salió un cuerpo que aparentaba estar partido en muchos pedazos, pero realmente estaba doblado. Tenía mucho pelo negro, pero el rostro del cuerpo estaba del lado al piso. Nyanko volteo hacia todos lados y vio que ya no había nadie rodeándola, seguían las luces prendidas pero ya no había nadie. Se acercó un poco más al cadáver y este torció la cabeza rápidamente ahora viendo hacia Nyanko.
-No vayas- dijo el cadáver con voz bajita y suave. Aquel cadáver era el de Jennifer Masters.
Nyanko salió corriendo hacia el “Fun House”. Azotó la puerta y se escondió allí. Escucho el grito de una mujer y sintió que algo la toco del brazo. Abrió la puerta y corrió viendo hacia atrás. Lo que la había tocado había sido una mujer con un traje de motitas rojas. No tenía ojos y grita desesperadamente. Nyanko se había estrellado contra algo. Volteo y vio la horrorosa cara de un payaso sin un ojo y el otro era de un color dorado. Nyanko siguió corriendo hasta encontrarse rodeada de nuevo. La señora del traje de motas rojas le hecho un líquido a Nyanko en los pies. El payaso con quien había chocado se acercó a ella y negó con la cabeza. Trono los dedos y Nyanko comenzó a arder en llamas. Nyanko despertó y se encontró en su cama rodeada de todos; Sus hermanos, amigos, sirvientes y algunos Guardias Reales, entre ellos el capitán Morgan. Nyanko respiraba rápidamente y veía a todos sin pronunciar ninguna palabra. A su lado estaba Shane, él estaba sollozando y los demás estaban cabizbajos. Algunos estaban abrazados y otros lloraban mucho. Nadie se dio cuenta de que Nyanko había abierto los ojos hasta que comenzó a acariciar el cabello de Shane despacio y suavemente.
-¡Nyanko está viva!- grito Shane.
 Todos rápidamente levantaron la vista hacia Nyanko. Estaba tan solo más pálida de lo normal y asustada. La habitación estallo en vítores y también felicitaron al profesor Vaknor por haber hecho la poción que le salvo la vida a la reina. Las enfermeras pidieron que desalojaran la habitación para que Nyanko pudiera reposar. Salieron enjuagándose los ojos y hablando bajito. Shane permaneció a su lado.  Nyanko le conto lo que había soñado o incluso vivido.
-Nos asustaste mucho… por… porque estuviste muerta por unos minutos- dijo Shane con voz entrecortada.
Nyanko volteo rápidamente hacia Shane con los ojos muy abiertos.
-¿Q…Que?- Shane asintió con seriedad. Tenía los ojos rojos de tanto llorar.- ¿Qué hicieron?-
-Pues Cornelia grito que escupías sangre y tenías una herida  en el estómago. Yo te alcance a detener cuando te ibas a desplomar. El señor Ganush se puso a hacer rápidamente una poción, pero estaba muy alterado por que la poción tardaba unos minutos. Cuando la termino de hacer te la dio rápidamente. Esa poción te regreso a la vida-
-No creo que allá sido la poción. Bueno, sí, pero no del todo. Fue el hecho en que Annej volvió a la vida. Le agradezco al señor Ganush y no tengo palabras para agradecerles a todos por sus cuidados y por regresarme a la vida- dijo Nyanko con voz monótona.
Nyanko estaba muy asustada en su interior. Ahora su vida colgaba de un hilo. En cualquier momento podía morir. Y si moría una, moría la otra. Más tarde, la enfermera termino corriendo a Shane diciéndole que Nyanko necesitaba descansar. Nyanko no escuchaba ningún ruido más que el de su propia respiración. Más noche aún se quedó dormida. Volvía a tener visiones. Esta vez veía a Annej acabar con más vidas inocentes. Parecía seguir en la Tierra. Al parecer los terrestres no eran como ella los conoció fugazmente. Ellos no se dejarían vencer tan fácilmente, no tenían tal vez la misma o mejor tecnología de la que poseía Annej de los demás planetas súper avanzados pero no dejarían de pelear por su planeta y por su terreno. Había explosiones grandes que exterminaban a una cantidad mísera de guerreros de Annej. El cielo estaba naranja oscuro, casi negro, había muchas nubes grises y muchos muertos tanto niños, como mujeres, como hombres. Annej portaba una máscara de gases al igual que los guardias que la cubrían a sus flancos y otros guerreros. A través de las máscaras se veían un par de ojos blancos. Completamente blancos. Nyanko quería que se detuviera todo eso, pero no podía pararlo. Era como si esas visiones se apoderaran de sus pensamientos. Abrió los ojos rápidamente y respiraba hondo. Sentía ardor en ambas manos. Tenía las marcas de sus uñas contra la palma de sus manos. Cerro los ojos he intento dormir, pero las pesadilla la perseguían.  Ya al día siguiente, la enfermera le dio en un vaso un líquido viscoso morado a Nyanko, que por cierto sabia a rayos. Ya estaban por irse al entrenamiento, cuando Nyanko detuvo a Shane sin que nadie se diera cuenta, quedando frente a frente.
-¿Pero qué demo…?-
Nyanko tenía los ojos muy abiertos y tenía ojeras moradas. No tenía ojeras como esas desde que estaba en la escuela.
-Tu puedes localizar cualquier cosa… tu mente es como un mapa. Por favor, ayúdame a encontrar al científico creador de una parte de la gran tecnología de Saturno, de Urano y de Marte… por favor, tienes que hacerme ese favor- dijo Nyanko desesperadamente.
Shane se quedó mirando a Nyanko un poco asustado, un par de segundos después cerro los ojos y suspiro profundamente. Abrió los ojos de nuevo.
-Está en el Oeste, en la calle # 73, casa 1309- contesto Shane con un tono suave.
Nyanko lo beso en la mejilla y salió corriendo por la entrada principal. Abrió un portal, entro a él y desapareció tanto Nyanko como el portal.
 Abrió los ojos y apareció en medio de una calle pequeña con ambos lados llenos de casa, todas del mismo tamaño, mismo color, todo era tan igual. Pero justo tenía enfrente la casa que necesitaba. Se acercó a la puerta, y al tocar se dio cuenta que había un rectángulo negro. Se encendió y apareció la cara de un señor de unos 57 o 60 años.
-Buenos días señorita… ¿Necesita algo?-
-Buenos días señor… yo soy la reina del Norte, Nyanko Constantine-
La pantalla se tornó negra otra vez y la puerta se abrió sola y recargado en el marco de la puerta estaba el señor de la pantalla. Era más o menos de la misma altura que el marco de la puerta, media aproximadamente 1.80 y tenía puesta una bata blanca, una camisa azul claro y pantalones de cuadriculados color verde y café.
-¿Qué decía?- dijo el señor moviendo ambas manos hacia afuera.
Nyanko intento esconder su asombro. Nunca había visto algo tan… nuevo.
Se puso seria y se aclaró la garganta.
-Yo soy la reina del Norte, Nyanko A. Constantine y vengo aquí a solicitar su ayuda-
-Mucho gusto Madame Nyanko, yo soy Azdan, científico inventor- dijo el señor haciendo una leve reverencia. – ¿Qué clase de ayuda ocupa?-
- Por lo que se, usted es el que creo una buena parte de la tecnología de Saturno, Urano y Marte… y bueno supongo que usted sabe lo de la guerra y…-
-Quiero mostrarle algo… pase-
Nyanko entro. La puerta se cerró sola tras ella.
Ella esperaba ver artefactos raros por todas partes, pero no. Era una casa normal, tenía un comedor pulcramente ordenado, al lado derecho del comedor estaba la sala, tenía un sillón azul aquí que combinaba con la pared beige, había un librero repleto de libros de todos tamaños y colores y junto al librero había un rectángulo con una palanquita.
-¿Me esperaría un momento, Madame Nyanko?… debo atender algo. Siéntase cómoda- dijo el señor Azdan. Abrió una puerta y se escuchó como si hubiese bajado unas escaleras.
A Nyanko le llama la atención ese rectángulo en la pared. Ya había visto uno como ese en la habitación donde dormía en la casa de sus abuelos, pero ese rectángulo no hacía nada. Tan solo podía bajar una pequeña palanquilla, pero no ocurría nada.
¿Ese acaso haría algo? No pudo resistir más y se acercó a él. Ya había acercado su mano a unos cuantos centímetros y se detuvo. Se armó de valor y subió la palanquita. Era sorprendente; la habitación se había iluminado un poco. Nyanko levanto la vista  noto algo inusual; la luz venia de un semicírculo que estaba en el techo. No era una vela y tampoco era algún tipo de conjuro. Era algo completamente nuevo. Bajo la palanquita y la luz se fue. La volvió a subir y la luz volvió. Nyanko estaba fascinada por “el semicírculo” en el techo
-Veo que descubrió el foco- dijo una voz que provenía no muy lejos de ahí.
Nyanko volteo rápidamente. No era el señor Azdan. Era un señor de unos 32 años o más. Tenía un aspecto extraño. Parecía enfermo. Su aspecto se parecía al de Akira.
-Discúlpeme por curiosidad… yo…-
-No tiene por qué disculparse… esto sigue asombrándome a mí también…- dijo el hombre con una sonrisa muy amplia. Era muy parecida a la de Akira y tenía un brillo raro en los ojos. –Por cierto… yo soy Lord Kelvin, inventor y colega del señor Názer-
-Mucho gusto Lord Kelvin… yo soy la reina Nyanko Constantine-
Lord Kelvin no dijo nada. Parecía contemplar a Nyanko. En ese momento llego el señor Názer.
 -Bien Madame Nyanko, ya estamos listos para la exhibición- dijo con un tono suave.
El señor Azdan llevo a Nyanko frente  un cuadro muy grande donde se mostraba un paisaje nevado con árboles blancos con troncos negros.  El señor Azdan puso su dedo índice sobre la pintura y esta se transformó en una pantalla pequeña y larga con números del 0 al 9. El señor Azdan tecleaba la contraseña y con solo deslizar su dedo en aquella extraña pantalla se movía o cambiaba de lugar algunas cosas.
-Madame Nyanko… los humanos ya lo han inventado… lo llaman  touch o algo así… pero nosotros lo hemos mejorado aún más-
Nyanko no respondió. Estaba contemplando la pantalla. Segundos después, el cuadro volvió a ser un paisaje nevado y la pared se deslizo como una cortina. Estaba oscurísimo ahí abajo; tan solo se veían los primeros escalones de la escalera y más ya no se veía. Bajaron en silencio. Más adelante en la pared, había muchas antorchas, todas a diferentes distancias entre sí. El señor Názer tiro de la segunda antorcha y salió  un rectángulo con el de la sala, pero este tenía un botón rojo. Lo presiono y la pared se hizo como de agua; se veía húmedo, sin embargo no lo estaba y estaba traslucida. Entraron y la pared volvió a ser sólida y ya no estaba traslucida. No sabía a donde voltear primero; todo era nuevo para ella, ni en la Tierra lo había visto. Había muchos aparatos por todas partes, algunos eran reparados y armados por androides con caras antropomórficas y algunas personas que parecían ser científicos.
-¿Cómo es que descubrió todo esto? Ni siquiera en la Tierra tienen esta clase de artefactos raros- dijo Nyanko con seriedad.
-Hace mucho tiempo, cuando estaba más joven, visité al Planeta Azul y vi toda clase de aparatos electrónicos. Los estudie muy a fondo y cree otros más nuevos y con más funciones útiles. También vi  que comenzaban a crear androides que solo decían unas pocas palabras y se movían muy lento. Yo y medio hermano los estudiamos y creamos otros más avanzados que podían hablar múltiples idiomas, se movían más rápido, podían correr, podían realizar diferentes actividades y los recubrimos con una “piel” plástica que luce como la piel real. Los nuestros ya son más avanzados que los de los humanos, además sirven para combate también…- conto el señor Azdan con una leve sonrisa.
-¿Usted conoce al señor Jones?- pregunto Nyanko.
-Si… él es mi medio hermano. A juzgar por lo que dice, veo que usted también lo conoce-
-Si… efectivamente. Él es el encargado de hacer el ejército de androides… debo admitirlo, me impresionan toda esta clase de artefactos y esta maravillosa tecnología que nunca me hubiera imaginado. Para mí todo esto es algo maravilloso y nuevo y útil- dijo Nyanko con un tono muy maravillado.
-¿Nunca paran de impresionante estas cosas, no lo cree usted, Madame Nyanko?- pregunto Lord Kelvin.
-Si… definitivamente. Yo nunca en mi vida me hubiera imaginado toda esta clase de objetos y aparatos. Sinceramente estoy impresionada y me gustaría hacerles un encargo que para mí sería un gran honor si lo aceptan, usted señor Azdan, usted señor Kelvin y todos sus colegas científicos-
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Foto del autor Nina Munguia D.
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Descripción

Espero lo disfruten ^.^

Palabras Clave: Nyanko

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa


Creditos: Nina M.D

Derechos de Autor: Nina M.D


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