Nyanko Constantine y la Invacion de la Via Lactea (CAPITULO 7)
Publicado en Dec 12, 2013
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 Capítulo 7

 
La reina Eco se fue de la habitación y se dirigió a la cámara donde estaba Zaphyro. Nyanko se desato la tela que aun traía amarrada a la cintura. La extendió en el suelo y ahí estaba la Akmatira. Nyanko coloco sus manos enfrente del insecto. Comenzó a salir una luz blanca. Todos se asombraron al ver que la akmatira movía un poco su ala derecha. Cuando la akmatira se elevó en el aire, Nyanko salió volando hacia atrás chocando con la pared. Quedo con la cabeza hacia abajo, con el cabello sobre la cara y permaneció inmóvil por unos segundos hasta que se movió de nuevo, poniéndose de pie.  Sentía un dolor de cabeza muy fuerte y punzante que poco a poco fue desapareciendo. La akmatira se acercó hacia Nyanko y se posó en su mano. Minutos después, regreso la reina Eco seguida de Zaphyro. Tenía un aspecto sano, como si nada hubiera pasado. Nyanko se quedó petrificada unos segundos. Cuando regreso en sí, camino hacia su hermano y lo abrazo. A ambos les empezaba a correr lágrimas por las mejillas. Shane junto a Cornelia y a Nana donde estaban Nyanko y Zaphyro. Trono los dedos y desaparecieron. Reaparecieron en el palacio de Nyanko. En la sala principal estaban todos, algunos despiertos y otros dormidos.
-¡Nyanko! Volviste y traes a… no, no es posible… ¡Zaphyro!-dijo Enzo con una gran sonrisa.
Pocos segundos después, los que estaban dormidos se despertaron. Zaphyro camino hacia su hermano y lo abrazo. Cornelia y Nana se presentaron y saludaron a todos.
-Nyanko, ¿Podrías venir un momento?- pregunto Shane.
Shane y Nyanko se alejaron un poco de los demás 
-Lo he visto…Annej ha reunido muchas tropas de los planetas que ha  atacado hasta ahora.
A algunos les ha lavado el cerebro y a otros los ha amenazado. Faltan unos días para que se cumpla el primer mes… ¿Hay alguien más con quien debamos ir?-
-Tal vez allá alguien más que quiera unirse a nosotros-
-De acuerdo, ¿Cómo se llama?-
-Akira Shimanoko-                                              
- ¿Akira Sh…? ah ya sé quién es-
Shane le tomo a Nyanko de la mano, trono los dedos y desaparecieron. Nyanko cerró los ojos y cuando los abrió estaban en un patio realmente grande. Sin embargo estaba un poco seco, tenía algunos árboles verde oscuro y algunos rosales con rosas rojas y otros con rosas negras.
-Esta es la casa de Akira- dijo Shane.
Nyanko no contesto. Admiraba el jardín y noto que al fondo escondida entre los árboles, había una mansión. Ambos jóvenes caminaron hacia esta. Ya afuera de la puerta, Nyanko toco la campana. Segundos después, se abrió la puerta y salió una muchacha joven de cabello dorado, piel muy pálida, un poco más bajita que Nyanko y traía un vestido blanco con negro muy hermoso.
-B-buenas noches, ¿Qué se les ofrece?- dijo con un tono tímido.
-Buenas noches, buscamos al señor Akira Shimanoko-
-D-disculpa, ¿Quiénes lo buscan?-
-Oh, discúlpenos, yo soy Nyanko, era su compañera de escuela y…-
- ¿Es usted la chica que salvo a Júpiter de la malvada Sonke? El señor Akira me ha hablado mucho de usted-
- je, je, soy la misma…oh y él es Shane O’Malley, también era su compañero de la escuela-
- Mu…mucho gusto señor Shane y señora Nyanko, por favor pasen… creo que al señor Akira le agradara tener visitas… casi nunca tiene-
Al cerrar la puerta, la joven prendió  una vela.
-Disculpa la pregunta, pero, ¿Por qué esta tan oscuro?- pregunto Shane.
-oh, porque el señor Akira es altamente alérgico al sol-
¿Pero que estaba diciendo? Nyanko conocía a Akira desde hace mucho tiempo y podía estar en el sol sin que le pasara algo.
Al llegar frente a una gran puerta, la joven toco la puerta suavemente.
-Pase- dijo una voz proveniente de adentro.
La chica abrió la puerta y dijo:
-Disculpe la molestia señor Akira, pero hay una chica Nyanko y un joven Shane que quieren verlo-
Akira dejo de escribir y vio hacia donde estaban parados los 3 jóvenes.
La luz de las velas de su escritorio solo alumbraba una sonrisa muy amplia y siniestra.
-Gracias Jane-
-D-de nada señor Akira-
Jane cerró la puerta. Shane y Nyanko se quedaron parados donde estaban.
-Hola Nyanko y Shane, que alegría volver a verlos… ¿Cómo les ha ido?-
-Bastante bien ¿y a ti?- respondieron Shane y Nyanko.
-Pues bien…no me quejo…aunque si extraño la luz del sol- dijo Akira con un tono de tristeza.
-Oh, con respecto a eso, ¿Qué te ocurrió?- pregunto Shane.
-Nunca me paso nada… siempre ha sido así, desde que nací. Es solo que… lo he sabido ocultar bastante bien-
-Yo recuerdo que podías pararte en una zona con sol y no te pasaba nada- dijo Nyanko con cierta extrañeza.
Akira negó con la cabeza.
-Siempre ha sido igual. Solo que en la escuela con el que conversaban, el que asistía a clases, el que hacia bromas…- suspiro profundamente- era solo una ilusión. Era un clon mío que fue hecho y enseñado para que se pareciera a mí.  Ja, ja, ja, creo que lo logre después de todo. Realmente siempre fui así, desde que nací me maldijeron con esta maldición, pero mi mama me protegió un poco de ella, cuando cumplí 25 años, me empecé a  sentir diferente. Mi madre ya no pudo contrarrestar más la maldición. Ahora ya no puedo salir al sol, a partir de ahora ya no envejeceré, puedo tener 80 años y me veré exactamente como me ven ahorita, tengo beber la… sangre de las personas para no debilitarme o incluso morir, puede leer los pensamientos, controlar las mentes y duermo de día-
Nyanko sabía perfectamente cuál era la maldición que tenía Akira. Sin embargo, ni ella ni nadie la podía eliminar. Shane parecía tratar de acordarse lo que les habían explicado en la escuela.
 Reino el silencio por unos segundos.
-Pero basta de hablar de mí… ¿A que venían inicialmente?-
-Venimos a preguntarte… si querías unirte a mi ejército contra Annej Coldwell y…- dijo Nyanko entrecortadamente.
- ¿Hablas de la mujer que quiere adueñarse de toda la Vía Láctea?-
- Si… fue a la escuela con nosotros los últimos 3 o 4 años-
Akira se quedó callado. Se inclinó más  hacia adelante a la luz de las velas que estaban en su escritorio y así se vio su rostro. Era joven, blanco, muy, muy blanco y con ojeras moradas. Se dibujó una sonrisa siniestra en sus labios, mostrando sus largos y afilados colmillos, tenía el cabello hasta los hombros y estaba del mismo color azul marino peinado hacia atrás. Vestía un traje muy elegante que al parecer era negro.
-Cuenten conmigo, Nyanko y Shane.
Cuando se alejó de la luz de las velas, solo se veía el brillo de sus ojos y de su sonrisa.
-Bueno, Akira nos tenemos que retirar…- dijo Shane.
-¿Tan rápido?... ¿Por qué no toman te?-
-Bueno, creo que una taza de té no hará daño- dijo Nyanko.
Akira tomo un candelabro que estaba en su escritorio y guio a Nyanko y a Shane por un pasillo que parecía no tener fin. En las paredes había cuadros grandes de hombres y mujeres de rostros serios, ninguno sonreía. En las ventanas había grandes y pesadas cortinas negras, todas del tamaño exacto de la ventana. Finalmente llegaron a una sala que tenía una mesa muy larga con muchas sillas muy hermosas. En la mesa no había nada, excepto por varios floreros con rosas rojas.
-Jane, ¿Podías hacer te para nuestros invitados?- pregunto Akira amablemente.
-Por supuesto señor Akira, en seguida se lo traigo-
Jane salió por otra puerta distinta a la que los 3 jóvenes entraron.
-Y… ¿A que se dedican?-
-Pues… yo trabajo en un restaurante gourmet, con mi tía- dijo Shane.
-Me hubiera encantado ir- dijo Akira con una gran sonrisa.- ¿Y tú, Nyanko solo te dedicas ahorita a cuidar de tu reino y a reunir tropas?-
- Sí, quiero que Annej entienda que no nos vencerá y no se quedara con la Vía Láctea. No sé a cuantos seguidores habrá recaudado ya, pero no nos vencerá. Lo juro por mi propia vida-
-¿Me imagino que tienes un plan, no?
-Efectivamente-
Nyanko le conto su plan a Akira, se quedó serio por unos segundos y después sonrió igual que como lo hizo estando en su escritorio.
-Un muy buen plan… pero y si falla, ¿Tienes un plan B?-
-No, no tengo uno… pero no fallara, lo he pensado muy bien y nada fallara-
Después de algunos minutos llego Jane con una bandeja con 2 tacitas, una tetera y un tarrito de azúcar. Lo coloco en la mesa y le repartió las 2 tacitas a Nyanko y otra a Shane y vertió un poco de té en cada taza.
-Gracias señorita Jane- agradecieron Nyanko y Shane.
-Enseguida le traigo su copa, señor Akira-
-Sí, gracias Jane… entonces, ¿Buscan más tropas?-
-Sí, mientras más, mejor-
Akira se quedó pensando y después dijo:
-Yo conozco a una persona que te puede hacer el ejército ideal… ha trabajado por años en esto y por fin lo ha logrado… conozco a unos herreros que te pueden hacer armaduras, espadas y otro tipo de armas y uno de los herreros tiene una prima que está especializada en los animales de combate… si quieres les puedo enviar cartas a todos-
Nyanko se quedó pensando:
“¿Por qué no? Podría alojarlos en el palacio en lo que trabajaban, ¿qué más da?, hay espacio de sobra ¿Mi plan realmente funcionara?”
Había hecho un plan para proteger al Norte  y a su instituto de la amenaza de la malvada Lady Sonke. Esta vez tenía que funcionar. Era de vida o muerte.
-Si esa gente acepta, será bienvenida- dijo Nyanko. Después se llevó la taza a los labios.
Momentos después, comenzó a llover muy fuerte.
-¡Oh no!... Nyanko nos tenemos que ir-
-Oh, bueno… Akira nos tenemos que ir… dentro de unos días se cumple el primer mes… ojala acepten esas personas. Por favor si aceptan, ¿les podrías decir que por favor vayan al palacio del Norte?-
-De acurdo, yo les digo, mañana les mando una carta a cada uno-
-Gracias de verdad, te lo agradezco mucho- dijo Nyanko finalmente.
-Nos vemos luego Akira- se despidió Shane.
 -No hay de que… nos vemos-
Nyanko y Shane cerraron la puerta después de que salieron. Shane trono los dedos y desaparecieron. Reaparecieron en el palacio de Nyanko, el jardín. Ahí también estaba lloviendo fuertemente. Corrieron hacia la entrada principal. Cuando entraron todo estaba silencioso. No había nadie en la sala y al parecer los sirvientes estaban limpiando los pisos altos del palacio.
-¿Dónde están todos?- susurro Nyanko.
Pocos segundos después, se escuchó un sonido muy fuerte y Enzo salió volando dejando un agujero en uno de las paredes.
-Me las pagaras… ya verás-
Nyanko salió corriendo hacia su hermano seguida por Shane. Lo ayudaron a ponerse de pie de nuevo.
-¿Qué es lo que ocurre? ¿Estás bien?-
-Sí, si… uf, creo que Zaphyro exagero un poco con la fuerza…oh y lo de la pared… el señor Vaknor dijo que él lo repararía con una poción o algo así…ah y tu amiga Cornelia aprende rápido…-
Del agujero de la pared salió Zaphyro y Cornelia.
-¡Ja! Lo vez te dije, no te metas con nosotros… y felicidades Cornelia aprendiste bien y…ah, hola Nyanko y Shane-
Segundos después salió Vaknor Ganush con un frasquito con una sustancia verde brillante con el fondo rojo. Tomo un trozo pequeño de la pared y lo echo al frasco.
La derramo en el agujero de la pared y comenzó a aparecer pared en aquel agujero.
-Traemos buenas noticias- dijeron Nyanko y Shane.
Zaphyro regreso a la habitación ahora con pared renovada diciéndoles a las personas que Nyanko y Shane tenían buenas noticias. Todos se dirigieron a la Sala principal. Era una habitación grandísima con largas ventanas. Tenía sillones adornados con piedras preciosas y en las paredes había pinturas de Edgar y Acacia con sus hijos.
-Bien, ya que están todos reunidos quiero anunciar algo…- suspiro- Esta noche fuimos con un viejo amigo nuestro. El conoce gente que puede proporcionarnos ayuda. Una de las personas es un grupo de herreros, pueden hacernos armaduras, espadas y otro tipo de armas, otro puede hacernos un ejército muy poderoso… pero no comento de que era, y por último, la prima de uno de los herreros se encarga de los animales utilizados en combate-dijo Nyanko con un tono serio- Y les recuerdo que dentro de un par de días se cumple el primer mes-
-Entonces empezaremos a  entrenar duro a partir de mañana. Entrenaremos en el campo no muy lejos de aquí, ahí no hay nada que podamos destruir o derrumbar- dijo Zaphyro.
-No. El castillo donde se encuentra toda la guardia del Norte está disponible y para eso está, para entrenar- dijo Nyanko con un tono fuerte.
-Nyanko, ¿Te servirán los pingüinos Derkhaz? (Son pingüinos negro con blanco, son altos y tienen filosos dientes, por eso son utilizados generalmente en combate)- dijo Celia.
-Sí, serán de mucha utilidad-
 
Al día siguiente, muy temprano, todos se sentaron en el comedor a desayunar. Nyanko pidió que le dieran a Nana una silla más alta.  Ya cuando todos acabaron de desayunar, Nyanko condujo a todos al último piso del palacio. Ahí había una puerta doble de madera muy oscura y tenía guardias con armaduras plateadas y empuñaban una espada de acero reluciente. Algunos se vieron entre sí. ¿Qué es lo que habría ahí dentro que Nyanko tenía bien  resguardado? Los guardias al ver a Nyanko abrieron las puertas. Nyanko agradeció inclinando la cabeza y les indico a los demás que entraran. Ya después de estar todos adentro, los guardias cerraron las puertas. Era una habitación muy larga, y al final había un pedestal con una esfera azul aqua.
Se acercaron a esta. Nyanko les indico que pusieran las manos por algún lado de aquella gran esfera azul.
-Al castillo de Norte- dijo Nyanko con voy clara y fuerte.
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Foto del autor Nina Munguia D.
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Descripción

Palabras Clave: Nyanko

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa



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