Nyanko Constantine y la Invacion de la Via Lactea (CAPITULO 5)
Publicado en Nov 07, 2013
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Capítulo 5
 
 
 
Nyanko tenía razón, la casa de Shane era muy bonita; la mesa que se encontraba en el comedor era un tronco cortado y tenía aplicada una especie de brillo, las sillas eran de madera decoradas con enredaderas verdes con flores de diversos colores, las cortinas eran de hojas rojas unidas por un hilo amarillo, las lámparas eran de flores amarillas con velas, las paredes estaban llenas de repisas con figuritas y libros de todos temas, colores, letras y tamaños. Shane se revisó su brazo que aun goteaba mucho.
- Yo me sé un hechizo para curar heridas… -
Nyanko coloco su mano sobre el antebrazo. De la mano de Nyanko salía una luz blanca. Shane se impresiono al ver que su herida paraba de gotear y que comenzaba a desaparecer. Nyanko se quejaba un poco, ya que la herida de Shane se curaba, pero a la vez esta  comenzaba a aparecer en el antebrazo de Nyanko. Cuando la herida del brazo de Shane estaba completamente curada, Nyanko sentía mucho dolor, hasta que poco a poco fue desapareciendo. Shane estaba atónito, su herida se había pasado a Nyanko y después había desaparecido.
- Me he quedado sin palabras... eso fue tan…impresionante...gracias - dijo Shane.
Nyanko inclino la cabeza en forma de gratitud.
Ya más tarde, Nyanko se había quedado dormida en una de las sillas del comedor, con la cabeza recargada en la mesa. Veía muchas imágenes en su mente con muchas personas heridas y otras muertas. Explosiones, guerreros con armaduras negras y en una de esas imágenes estaba Annej Coldwell. Empuñaba una espada realmente hermosa y casi no estaba herida. ¿Qué planeta estaría atacando ya? ¿A cuanta gente había asesinado despiadadamente? Nyanko despertó sobresaltada. Estaba muy sudada y sentía un mal presentimiento. Se sorprendió al notar que ella estaba dormida en una silla y ahora estaba acostada en una cama. Se levantó de esta y se dirigió hacia la sala de estar, pero no había nadie. Aplaudió una vez y apareció afuera del agujero del árbol. Sentado a la derecha del agujero estaba Shane.
- ¡oh!, Nyanko pensé que te quedarías dormida toda la noche... te habías quedado dormida en la silla, así que te acomode en mi cama -
- Ah, gracias. Pero, ¿Qué haces aquí afuera? -  Nyanko se sentó al lado de Shane.
- Me gusta observar las estrellas, las Lunas y también a Marte y a Saturno -
Nyanko volteo hacia arriba y vio el cielo. No tengo palabras suficientes para describir lo hermoso que se veía. Se veían las estrellas como focos brillando en una noche ya sin nubes ni niebla.
- Por poco y se me olvida... Una paloma amarillita trajo esto - dijo Shane entregándole un sobre blanco con cera roja para cerrarlo. El sello de esta tenía "M" muy estilizada.
- Es de Malakai- dijo Nyanko abriendo el sobre sacado una hoja negra con tinta plateada y leyó:
                   NYANKO:
 
LO HE PENSADO BIEN Y CREO QUE DEBERIAMOS, TU SABES...TERMINAR.NO FUI LO SUFICIENTEMENTE VALIENTE PARA DECIRTELO EN PERSONA Y POR ESO ME DISCULPO SOLEMNEMENTE. PERO, SE QUE TU AMAS A ALGUIEN MAS...SHANE, PUEDO APOSTAR LO QUE QUIERAS. ESPERO QUE TENGAS UNA VIDA MARAVILLOSA Y LLENA DE SUEÑOS CUMPLIDOS.
                  
 
                                                    Malakai
 
 Nyanko, al terminar de leer, se había quedado sorprendida. Tanto que Malakai la había cortado como el que no se sentía triste como normalmente se sentiría la gente. No sentía nada.
- Nyanko, ¿Todo está bien? - pregunto Shane con tono preocupado al ver que Nyanko se había quedado con la mirada perdida.
- No sé cómo responder ante eso... Malakai ha terminado conmigo... pero no sé lo que siento... -
Shane había sonreído involuntariamente. Nyanko lo noto y se le quedo viendo con una mirada fija hasta que Shane regreso en sí y borro esa sonrisa amplia quedándose en completa seriedad.
- ¿Porque te corto?... lo siento, trataba de recordar lo que... iba a decir -
- Porque... no, no creo que quieras saberlo -
- No me reiré... lo prometo -
- Bueno... el cree que... mejor lee la carta tu - dijo Nyanko dándole la carta a Shane. La tomo y la leyó en silencio.
- Pero, ¿Qué quiere decir? ¿Acaso tú me amas? -
Nyanko se quedó en silencio. No sabía que responderle a Shane.
- ¿Qué?... uh... pues... mejor dímelo tú primero -
Shane se puso nervioso y se sonrojo.
- Pues... no sé…tal…vez - Dijo Shane con un tono inseguro - Está bien, está bien... si... te…amo, desde hace 10 años -
- ¿hablas en serio?... Hmm, bueno, creo que yo ya no me puedo traicionar a mí misma... yo también te amo -
- Por eso abandone a Annej... ¡Ja! ahorita debe de estar furiosa -
- He tenido una visión... estaba ella, con un enorme ejercito de guerreros de armaduras negras - dijo Nyanko.
- ¿No has reconocido el paisaje? -
- No, estaba lleno de humo negro y explosiones -
- ¿Humo negro? Traían espadas los del ejército de Annej? -
- No...Era otra clase de armas que no lograba reconocer. Se parecían a las armas que de vez en cuando salían en los noticieros de la Tierra, pero las del ejército de Annej se veían más grandes -
- Luego deberíamos investigar sobre esas armas nuevas -
- Estoy de acuerdo, investigare luego-
Nyanko abrazo a Shane. En lo más profundo de su ser se despertaba un sentimiento de felicidad.
Al día siguiente, Nyanko se encontraba recargada en el árbol. Shane estaba más adelante de esa misma rama.
- ¿Que te ocurre Shane? ¿Estás bien? - pregunto Nyanko con un cierto tono de preocupación.
Shane volteo hacia donde estaba Nyanko al mismo tiempo que cerraba su mano izquierda donde había algo brillante.
- Ah!, uh…hola Nyanko... uh -
- ¿Que te ocurre? te vez... raro -
- ¡Ah! eso... cierra los ojos y extiende tu mano izquierda -
Nyanko cerró los ojos  lentamente y extendió su mano nerviosamente. Shane le puso un anillo en el dedo anular. Era un anillo realmente hermoso, tenía una piedra entre amarilla y anaranjada que tenía un brillo sin igual. Nyanko abrió los ojos después de que Shane se lo indico.
- ¡Ay!...es tan hermoso, muchas gracias Shane. ¿Tú lo hiciste? -
- Si...me pase toda la noche buscando la estrella más brillante y por fin la pude encontrar -
Nyanko no se sentía para nada afectada por su relación fallida entre ella y Malakai. Al contrario, por fin había podido estar con la persona que tanto amaba.
- Nyanko debemos ir al Valle del Trueno por la flor esa -
- ¿Dónde está el valle? -
- Es en... el Sur -
Nyanko tomo la mano de Shane y desaparecieron. Reaparecieron  en el Sur, donde era caluroso y muy lleno de vegetación de colores brillantes. Ambos jóvenes no sabían hacia dónde mirar primero. Todo era tan colorido y lleno de vida. Era un paisaje inimaginablemente bello.
- ¿Estamos en el Valle del Trueno? -
- No... Estamos cerca de  él - contesto Shane.
Nyanko solo siguió Shane por un pequeño sendero de pastillo rojo.
Caminaron esta vez a un paso más rápido.
- Shane, ¿Puedo hacerte una pregunta? -
- Claro... lo que sea -
- Como puedes saber... por ejemplo, ¿Dónde vivía Nyra o Elena? -
- Yo nací con esa habilidad. Por ejemplo, el árbol morado que esta unos metros tiene un cuervo en la copa, está haciendo su nido -
Nyanko no dijo nada. Camino esperando ver aquel árbol. Era verdad, era un árbol morado, claro, tenía el cuervo tal y como lo había descrito Shane. Shane de pronto freno a Nyanko.
- Espera... algo se acerca... viene hacia nosotros; es un... -
Algo realmente grande se acercaba tirando árboles y pisando arbustos. Era como un estegosaurio morado con musgo verde y anaranjado. El anillo de Nyanko se convirtió nuevamente en la espada.
- Hielo, congela mi espada -
La espada se congelo. La hoja se veía de un color azul muy claro y le salía *vapor, pero la empuñadura estaba normal. Nyanko le soplo y de la espada salió un viento azul clarísimo con pequeños copos de nieve, que formaron una barrera de hielo entre los jóvenes y el Iwu.
- Eso no lo detendrá por mucho tiempo - dijo Shane con un tono asustado.
- Lo sé, pero nos dará tiempo de escapar - respondió Nyanko casi susurrando.
Pero en ese momento el hielo se rompo en millones de pedacitos que se derritieron en pocos segundos.
- No…no te muevas... un movimiento en falso y este lugar será nuestra tumba - dijo Shane quien estaba muy pálido y quieto como una estatua.
El animal se acercó hacia Shane, quien temblaba un poco. El iwu abrió su boca gigantesca que estaba llena de enormes dientes afilados. Se fue acercando a Shane lentamente sin cerrar su enorme boca. Nyanko no soporto más estar parada mientras el Iwu se acercaba peligrosamente hacia Shane.
Brinco al lomo del animal y grito con la espada a lo alto:
- ¡Congelamiento total! -
Clavo la espada en el lomo del iwu. Este se fue congelando como si hubiese pisado nitrógeno líquido mientras gruñía fuertemente. Finalmente quedó completamente congelado.
Shane seguía donde estaba parado; paralizado, pálido y asustado.
- Estoy vivo - dijo Shane mientras se desplomaba cayendo al suelo. 
- ¡Shane! -
Se bajó del animal y corrió hacia donde se encontraba tirado Shane.
- Responde, por favor -
No abría los ojos. "Casi parecería que hubiera... no, no eso es imposible" pensó Nyanko. Nyanko no conocía absolutamente nada del Sur y tampoco tenía la habilidad como la tenía Shane. Intento tele transportarse a otro lugar que no sea ese, pero no lograba concentrarse. Finalmente, Nyanko llevo a Shane debajo de un árbol enorme y se quedó con él. Pasaron minutos que se convirtieron en horas y Shane no despertaba. Nyanko estaba muy preocupada. Comenzaba a creer que Shane si había muerto de un paro cardiaco. Tanto era su estrés que comenzaron a correr lágrimas por sus mejillas. Acariciaba el blanco cabello de Shane lentamente.
Minutos después, despertó Shane. Estaba muy desorientado.
- ¿Dónde estamos? - pregunto Shane - ¿Por qué lloras?-
- Shane!... no puede ser... ¡Estas vivo!-
Nyanko abrazo a Shane mientras sollozaba
- Nyanko, no te preocupes... estoy bien, sigo vivo-
- Vamos, hay que continuar... el tiempo es oro-
Se levantaron y comenzaron a caminar.
-¿Crees que en el camino allá más de esas criaturas?-
- Si... son los guardianes de la flor y habitantes de esta selva - respondió Shane.
- ¿Estamos cerca? -
- Falta un poco más -
El paisaje del Sur era hermoso, podía dejar sin palabas a quien lo viera; había arboles gigantes, aún más que los del bosque Oswa, flores de colores muy vivos, algunas plantas carnívoras y muchos sonidos de pájaros.
- Que bello lugar es el Sur... nunca había  venido en mi vida. Las reuniones nunca eran aquí-
- Si, vaya que es bell... espera, ¿reuniones? -
- Si, eran como juntas que hacia el Rey Supremo. Hablábamos sobre como incrementaba la población, índice de robos, violencia, entre otras cosas -
Shane no respondió ante esto, no sabía que decir. Más adelante, en un montecito con pasto verde había una flor naranja muy tenue y el tallo era de color verde tenue.
- Esa debe ser la flor -
Caminaron hacia ella y Shane la encerró en una esfera casi transparente que comenzó a flotar en el aire. A los pocos segundos, la tierra comenzó a temblar y cayeron 9 rayos y aparecieron 9 iwus. Todos con los dientes pelados.
- Bueno... ¿cuál es el plan? - pregunto Shane.
- primero, estamos rodeados, no hay a donde escapar, si atacamos a uno se nos echaran encima los otros 8, si tu atacas a uno y yo ataco a otro se nos acharan encima los otros 7... ¡Ya sé!, con mi espada congelada. Congelo a uno y luego brinco a otro y así sucesivamente. Después de que todos estén congelados, tú los destruyes para que no se descongelen... ¿Qué te parece ese plan? - Dijo Nyanko.
- perfecto... ¿A cuál atacamos primero?- Pregunto Shane.
- Al que quieras... todos terminaran igual -
- De acuerdo... ambos al mismo tiempo, 1,2 y...3 ¡ahora!-
Nyanko brinco hacia la criatura que tuvo enfrente y Shane la siguió. El anillo de Nyanko rápidamente se convirtió en la espada.
- Hielo, congela mi espada –
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Foto del autor Nina Munguia D.
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Descripción

Palabras Clave: Nyanko

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasa


Derechos de Autor: Nina Munguia D.


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