No quiero que nada vuelve a comenzar, así estuvo bien. Nunca dije que en este viaje quería volver atrás. Mi ruta es recta y recta seguirá.
Hubo tormentas donde me implore aflojar, pero descubrí que no tendria sentido  dejar que el viento destruyera mi dignidad, que se adueñara de mi viaje sin siquiera preguntar. No, jamás dejaría que nada me obligara a abandonar.
Aquella no era mi decisión y no estaba en mis planes parar. Sin ti, sin nadie,  no importaba, seguiría hasta el final.
Pero no todo fueron fuertes vientos, hubo suaves brisas que me acariciaron el alma y me regalaron sonrisas que alimentaron mi espirito, para asegurarme varios km mas.
Y así pasaron días, meses, años hasta que llegaba el momento, ya me acercaba al final del cielo, todo se volvía de un azul intenso y la paz me florecía  a cada paso, todo se volvía liviano. Me atrapo la calma, me deslizo despacio y me elevo. No puse resistencia, no lo hice porque la sabiduría se dejo ver y me hizo comprender, que mi camino había terminado, claro me lo habían avisado. - La tuta recta será hasta que llegue su final. Nunca te detengas ni mires atrás, de lo contrario, te podrías desviar y tal vez nunca encuentre la paz - .
Fiel obedecí, jamás retrocedí y que bueno que fue así. Tuve recompensa y no les puedo mas decir. Solo sigan su ruta y no olviden llenar su espirito del mejor combustible, lo demás deséchenlo, pues no les ah de servir.
Al final no se arrepentirán. No olviden  disfrutar casa paso que dan, pues la su ruta tiene un final, sepan aprovechar.