Entre noches de insomnio
te encuentro
Pegada a mi corazón,
Leyendo mis sentimientos.
 
Escuchando los gritos
de mi alma,
Interpretando la lengua de
Mi espíritu.
 
Sueños rotos,
Que caen al olvido,
Llevan tu nombre eternamente.
 
Lectora de mis sensaciones,
Interprete de mis deseos,
Ves derrumbarse todo
Y aún así me tienes fe.
 
Pegada a mi pecho,
Como hipnotizada,
Escuchando cada sueño
Que pensando en ti se suicida.
 
Recita un verso,
Derrama una lágrima y
Con la soga al cuello,
Se quita la vida.
 
Tú lo ves todo;
Pero no dices nada,
Ves mi agonía y
Sientes mis dolores.
 
Ahí están,
Los ecos de mi espíritu,
Resonando en cada
Rincón de mi corazón.
 
Heridas que no sanan,
Dolor que no se va,
Recuerdos que
Al olvido llegarán.
 
Sí la vida me ha
Tratado  mal,
Yo me trato aún peor.
 
Esta vida no ha hecho más
Que robarme la alegría,
Dejando sin color mi mundo.
 
Mi privado consuelo,
Recostado en mi pecho,
Escuchando cada grito
De mi alma.
 
No dejas de ser tú,
A la que amo,
La que espero y
Por quien escribo.
 
De amores se viste el mundo,
Y yo me visto de negro;
Pero ahí sigues tú,
Escuchando los gritos de mi alma.