Cristales sedosos
Publicado en Sep 26, 2013
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A pesar de permanecer sereno y con facciones estáticas, no podía dejar de lado todo lo que le acontecía durante esos días. En vez de confirmar hechos sólo buscaba en las cosas otra interpretación, culparse de todo tratando de justificar las tragedias que cargaba en su corazón era lo único que lo hacia ser de una manera quizá lamentable, especial. Así era, pero esta vez había algo que no podía dejar de lado pues, de manera sorpresiva, esta vez alguién lo cameló de forma contradictoria pues no consistían en simples halagos, lo que le hizo cortejarla y pretenderla de forma muy formal. La mayor parte del tiempo le hacia ver que en realidad era un tonto y que lo único que necesitaba saber, era que la vida y el tiempo eran relativamente cortos, que en vez de pensar en cosas innecesarias comenzará a ver la grandeza que aveces guardan las cosas que carecen de importancia.
No parecía importarle nada, de hecho, las personas que no lo conocen tanto, nunca sabrían las cosas que le acontecen. Incluso yo no sabría nada si no me lo hubiera dicho. Dentro de sus ojos se guardaban recuerdos tan vivos que por ese motivo no expresaba sensación alguna de lamentación, su cara sin facciones le dibujaba una sonrisa de forma inversa. Manifestando una cara triste cuando estaba feliz y cuando estaba  triste se le veía muy normal. No dejaba de contarme el poder de atracción que tenían los ojos de su último amor, "son como piedras preciosas, cristales alojados en la entrada de un valle en donde los males y bondades coexisten de manera mítica" mientras continuaba enalteciendo el rostro de aquella mujer, en sus ojos se le notaba un brillo parecido al que se ve en el flash de una cámara fotográfica. A ratos esa luz como por arte de una fatiga natural se apagaba, buscaba de entre sus bolsillos sus cigarros y fumaba con la mirada cabizbaja. Cuando terminaba, sus ojos se enfocaban en las nubes y recordaba con la misma intensidad detalles de aquella mujer a la que aún seguía amando pues el brillo y la felicidad que desbordaba de su presencia lo hacían ridículamente obvio. "si tu probaras el sabor de sus labios, estoy seguro que no querrías volver a besar nada más que no fuese tan sedoso" e iluminaba a las personas, era como un gran faro cuando hablaba de la mujer que le cargaba de una energía radial.

—No sé, será que sólo tu vez eso en ella, —le respondí cuando su mirada comenzaba a tornarse ansiosa—.
—Tal vez, pero ¿no crees que eso es lo mejor? pues sólo yo puedo ver a ella de esa forma.
—No sé —le dije de nuevo, como si mostrara una falsa indiferencia—, en cierta forma es un poco tonto si lo vez de forma seria.
—Quizá tengas razón... Pero, ¿y qué', en la simpleza se suelen encontrar las mejores cosas que existen en la vida.

Me decía estas palabras mientras cruzaba sus pies y volvía a mirar al cielo con su sonrisa triste, lo que me irritaba y me hacia ser condescendiente, pues sabía que en el fondo el tenía razón. Me desplomaba su alegría de forma lamentable, me hacia sonreír de forma vislumbrante aunque por dentro estuviera muy dolido. Al final de todo, el había ganado de todas las formas posibles y yo no supe que más decir y justo después de terminar de sonreír me despedí y me marche.

Al día siguiente cité a Monica cerca del parque junto al centro comercial de Linda Vista  y con toda la razón que habitaba en mi corazón. Con una sonrisa triste, le dije que lo nuestro ya no podía ser.
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Foto del autor Emmanuel Carrillo
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Descripción

No lo quería alargar más.

Palabras Clave: Ojos

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficción



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